Qué ver en ZAGREB, el corazón croata

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La capital croata está llena de corazones. Es su símbolo, que encontrarás en colgantes, en pasteles, en anuncios… Verdaderamente, Zagreb es una urbe de aspecto totalmente centroeuropeo y menos balcánico, con un ambiente de pueblo que te hace sentir como si estuvieras en casa.

El símbolo de Zagreb: el corazón se utilizaba para pedir la mano de la esposa

 

Croacia es conocida por su costa, en la región de Dalmacia, con joyas como Dubrovnik o Split. Su capital, Zagreb, a menudo suele pasar desapercibida ya que se encuentra en el interior del país. Su población no llega al millón de habitantes, pero su ubicación central (en el corredor de la llanura del Sava), que conecta los ejes de transporte de los Balcanes con Europa occidental, y el acceso al mar Adriático, hacen que su importancia sea vital para el conjunto del país.

Dolac y Kaptol

 

Contexto histórico

Croacia fue un reino independiente hasta que decidió unirse a Hungría en el siglo XII. Poco después, eligió a los Habsburgo como sucesores del trono, y estuvo hasta bien entrado el siglo XX bajo dominio austrohúngaro, lo que se refleja en la arquitectura muy centroeuropea, con estilos barroco y secesión. Después de la caída de este imperio se integró dentro del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Durante la II Guerra Mundial, el Estado Independiente de Croacia fue un estado títere nazi, bajo las órdenes de la Ustasha, que fueron derrotadas por los partisanos comunistas serbios. Después de Belgrado, Zagreb era y es la mayor ciudad de la antigua Yugoslavia. Ante el casi dominio absoluto serbio, los croatas reclamaban más independencia hasta que la declararon unilateralmente junto con Eslovenia. La cruenta guerra se ocasionó en gran medida, por las minorías serbias residentes en Croacia (sobre todo, en la Krajina, región fronteriza) que no querían integrarse en un nuevo estado croata (en gran parte, por el recuerdo Ustasha antiserbio), y querían seguir perteneciendo a Serbia. Ello motivó que el ejército serbio invadiese grandes zonas de Croacia y quemase poblados enteros croatas, siendo el más conocido el sitio de Vukovar. Ante tal desbarajuste de minorías, los croatas también hicieron lo propio esta vez en Bosnia. Pero eso ya lo contaré en otro artículo. Aunque muchos serbios emigraron a Serbia o a la República Srpska de Bosnia y Herzegovina, la todavía existente y numerosa minoría serbia se localiza sobre todo en las áreas limítrofes con Bosnia (tanto en el centro-sur (Knin), como en el noreste (cerca del Danubio).

Hoy en día, Croacia ha superado todas las heridas de la guerra. Desde 2013 es miembro de la Unión Europea y también lo es de la OTAN. Croacia mantiene muy buenas relaciones con Alemania por la ayuda financiera, con Hungría por su pasado, y con Polonia, Italia y España por ser los principales países católicos. Asimismo, es un fuerte apoyo de Kosovo, por lo que aunque las relaciones actuales con Serbia son buenas, no dejan de ser “los otros”.

Frontera croata
Parque en la herradura verde
Edificios en la herradura verde

 

Mis impresiones de Zagreb

Zagreb me pareció un cambio radical en mi viaje de la Balkan Race. Veníamos de Serbia, que es un país de alma más balcánica, y llegamos a la capital croata que me pareció como entrar en plena Europa. Ojo, no quiere decir que esto sea bueno o malo. Solo es diferente. Zagreb está mucho más cuidada, más limpia, es más tranquila… Los edificios son muy centroeuropeos, como si estuviéramos en alguna ciudad de Austria, Hungría o Polonia. Hay muchos jardines bien cuidados. El centro tiene aspecto de pueblecito, bastante silencioso. Pero quizá no la vi tan alegre como las ciudades serbias. Aun así, amo Croacia y prueba de ello es que empecé a estudiar croata, así que disfruté mucho mi estancia en Zagreb. Nos alojamos en el Carla Studio Apartment, un apartamento situado en la ciudad baja, muy cerca de la herradura verde, que fue una delicia. Igor, el propietario fue un fantástico anfitrión. A continuación os sugiero qué hacer cuando estéis en Zagreb.

Carla Studio
Carla Studio

 

Qué ver y qué hacer en Zagreb

La ciudad se divide en dos partes bien diferenciadas: la parte alta, o Gornji grad, al norte, sobre una pequeña colina y de calles más sinuosas; y la parte baja o Donji grad, al sur, llana. La plaza de Ban Jelacic es el punto de unión entre estas dos partes, y muy cerca de aquí, en la calle Tomiceva, se encuentra un funicular para subir hasta la parte alta. La estación de trenes y autobuses se ubica al sur de la ciudad baja.

Ban Jelacic
Funicular visto desde la ciudad baja

 

Donji Grad: la ciudad baja es la zona más moderna de Zagreb. Destaca la llamada “herradura verde”, que es una sucesión de parques y jardines en forma de U, entre los que se encuentran varios monumentos. Aquí, las calles y edificios con de estética de principios de siglo, muy cuidados. En el lado derecho (este) de la herradura se encuentra el Pabellón de Arte, la Academia Croata de Ciencias y Artes y la estatua de Strossmayer, obispo católico y fundador de esta institución.

Estatua Strossmayer
Pabellón de arte

 

En el costado sur de la herradura está el jardín botánico; y en el lado izquierdo (oeste) están los archivos croatas, facultades de la Universidad de Zagreb y el Teatro Nacional Croata, que data de 1840. Fue muy bonito verlo de noche, a pesar del frío que hacía. Toda esta parte son edificios muy monumentales, pero que me llegaron a cansar ver una sucesión tras otro.

Teatro Nacional Croata

 

La Plaza Ban Jelacic, al norte de la herradura, separa ambas partes de la ciudad. Ban Jelacic es el héroe nacional croata. “Ban” es algo así como un título de gobernador, quien consiguió cierta autonomía croata dentro del imperio Austríaco. Esta plaza es el centro de la ciudad, desde donde parten los tranvías a todos los rincones y donde se organizan diversos mercadillos. Cuando llegamos había uno artesanal bastante bonito, donde probamos algunas cosas.

Mercadillo artesanal en Ban Jelacic

 

Muy cerca de esta plaza está el mercado Dolac, que es un espacio con muchas mesas de madera y tablas para montar puestos. Es conocido por sus sombrillas rojas, aunque cuando llegamos ya quedaban pocos puestos debido a la lluvia que hacía esa mañana. A este mercado llegan productos de toda Croacia desde 1926, y es uno de los reclamos turísticos de la capital. Usualmente, las vendedoras son mujeres entradas en años, por lo que hay también una estatua a estas abuelas vendedoras. Muy cerca de aquí comimos en un restaurante croata, una de las mejores comidas del viaje.

Mercado Dolac
Abuelas vendedoras

 

Desde aquí veréis la Catedral de Zagreb, en el barrio de Kaptol. Está dedicada a la Asunción de María y a San Esteban y San Ladislao de Hungría. Es de estilo neogótico, y una de sus torres siempre está en remodelación. En la entrada está la fuente de la Madonna, con cuatro ángeles de oro.

Kaptol, Catedral de Zagreb
Catedral de Zagreb
Murallas frente a la catedral

 

Aquí empiezan las murallas de la ciudad alta, por lo que pronto veréis la Kamenita Vrata (puerta de piedra). En 1731 un incendio destruyó gran parte de la ciudad, donde solo quedó una imagen de la Virgen con Jesús, lo que hizo que se convirtiera en una capilla y lugar de culto. Siempre hay gente en silencio rezando frente a los carteles que agradecen a la Madre María.

Kamenita Vrata
Hvala ti, majkom

 

La ciudad alta es una ciudad de casitas bajas, con numerosas terrazas y tiendas, en un ambiente muy relajado y apacible. El centro es la plaza donde está la iglesia de San Marcos, del siglo XIII y culto católico. Su estilo es mezclado, predominantemente gótico. Lo más llamativo es su maravilloso tejado, con tejas de colores que representan el escudo de Zagreb y el del Reino de Croacia. Los escudos datan de 1880. En esta plaza también está el Parlamento.

Calles en la ciudad alta
Detalle del tejado
El icono de Zagreb
Interior de San Marcos

 

Desde aquí, hacia el sur y volviendo a la ciudad baja, tenéis muy cerca el Museo de las Relaciones Rotas, el cual personalmente, no me motivó para pagar la entrada. Pocos metros más adelante está la torre Lotrscak, del siglo XIII, cerca del funicular y con unas vistas muy bonitas hacia la ciudad baja. A la derecha, hacia el este también está la iglesia de Santa Catalina.

Mirador de la ciudad baja
Iglesia de Santa Catalina
Vista desde la ciudad alta

 

Acabamos el día en la ciudad baja, tomando un chocolate con licor en la Plaza de las Flores (Cvjetni trg), en una terraza refugiándonos del frío y la lluvia con mantas. En esta plaza está también la catedral ortodoxa de la transfiguración. Siguiendo hacia el sur está la estatua en honor a Nikola Tesla, en el cruce entre Masarykova, Nikole Tesla y Preradoviceva.

Plaza de las flores
Chocolate con licor para combatir el frío
Estatua de Nikola Tesla

 

Y por fin nos fuimos a cenar y a dormir a nuestro genial apartamento, tras un día pasado por agua. A la mañana siguiente tocaría adentrarse en Croacia.

Sopa deliciosa
Comida en el mercado central
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