Qué ver en MONGOLIA: información para viajar a Mongolia, el país nómada a caballo

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Mongolia es el escondite del tiempo, un país todavía no descubierto por las grandes masas turísticas y que ofrece experiencias únicas. Sobre la interminable estepa se hunde el pasado glorioso del Imperio Mongol de Genghis Khan, la autenticidad de una cultura budista y un abanico natural desde la taiga al desierto del Gobi.

Confieso que visitar Mongolia nunca había estado entre mis prioridades, pero quería hacer la misma ruta que el concurso de Pekín Express y aprovechar al máximo lo que el país ofrecía. Al final resultó ser una de las mejores experiencias y los mejores recuerdos que guardo son de aquí. Creo que Mongolia cambió un poco mi vida.

Centro de meditación budista en P. N. Gorkhi – Terelj

 

PLANIFICAR TU VIAJE A MONGOLIA

Resulta algo difícil planear un viaje a este país, donde las conexiones de transporte son escasas y no hay facilidades de compra por internet. Mucha gente que hace el Transmongoliano sólo lo hace para cumplir la conexión de Pekín con Rusia, y nada más que para en Ulán Bator. Recomiendo que aprovechéis el tiempo y dediquéis varios días a ver Mongolia, pues tiene mucho que ofrecer. Ulán Bator seguramente será vuestra base para moveros por el país, o al menos, vuestra llegada y salida de Mongolia. Pues, empecemos con esto.

Para llegar a Mongolia desde Rusia: nosotros cogimos el tren desde Ulán Udé (UU) a Ulán Bator (UB). Los billetes se compran en rzd.ru, sin embargo, en este trayecto no existe billete electrónico, por lo que te avisan de que tienen que ser entregados por correo a tu hotel o en persona. Como veníamos de hacer toda la ruta del Transiberiano, contacté para que nos esperase una mujer en la estación de Ulán Udé, quien nos entregó los billetes del Transmongoliano (UU-UB). El tren ya no es ruso sino mongol: se nota en el personal, en las alfombras, la música… me pareció mucho más confortable. Teníamos hasta dos cojines para cada uno. El tren lo cogimos a las 16.00 hora local y llegamos a Ulán Bator a las 7.50 de la mañana.

Estación de trenes de Ulán Bator

 

Para salir de Ulán Bator a Pekín: estuvimos barajando entre volar con la compañía MIAT hasta Pekín, lo cual nos ahorraba muchas horas de viaje y salía más o menos por el mismo precio, pero al final decidimos que íbamos a hacer la ruta sobre el terreno para recorrer todos los kilómetros. El tren directo UB – Pekín no sale todos los días de la semana. Creo recordar que sólo salía los lunes y los jueves. De todas maneras, compruébalo en mongoliatraintickets.com. Sí que hay más trenes otros días que van hasta Erlian (en la frontera), o hasta otras ciudades como Jining (también llamada Ulanqab). Una opción era ir hasta Zamin Uud (último pueblo mongol), cruzar la frontera en taxi hasta Erlian (China) y ahí esperar para coger otro tren hasta Pekín. Estos billetes han de comprarse presencialmente y no existe posibilidad de venta por internet. Tras sopesar varias ideas, llegamos a la conclusión de que preferíamos hacer el trayecto directo y ahorrar tiempo para aprovecharlo en Pekín. Como no queríamos quedarnos sin billete y salir el mismo día que teníamos pensado, contacté con una agencia (Solid Ways, mediante la web de traintomongolia), que nos compraron los billetes con antelación y nos lo enviaron a nuestro alojamiento en Ulán Bator. Salió caro, 175 $ por persona en segunda clase. El tren sale a las 8.30 y llega a las 11.40 del día siguiente, lo que fue el trayecto más largo de toda nuestra aventura. Este tren iba lleno de turistas, aunque a nosotros nos tocó con una chica acompañada de su tío que iba a estudiar a la universidad, e iban todo el rato comiendo sin parar. El aire acondicionado está muy fuerte, y realiza varias paradas como en Choir o Sainshand, donde te puedes bajar a la estación. Por el camino se ve el desierto del Gobi hasta llegar a los terrenos cultivados de China.

La estación de SainShand, en medio del Gobi
Tren UB – Pekín

 

IMPORTANTE: Para entrar a Mongolia se necesita visado. El proceso es muy similar al ruso. La oficina está en Barcelona, y hacedlo con antelación y vigilad sus periodos de cierre. La dirección es consuladomongolia.com El precio es 70€. Al pasar la frontera te piden que rellenes información sobre lo que transportas, y te dan unos papeles que tienes que guardar y entregar a la salida del país. La frontera ruso-mongola está muy vigilada, al menos 4 veces se subieron a inspeccionar el vagón, incluido con perros, hacer que nos pusiéramos de pie, etc.

Sobre el dinero: la moneda es el tugrik. El nivel de vida es muy barato (en supermercados y comida), salvo las atracciones turísticas que ahí es precio estándar de turista. En la frontera pasan mujeres cambiando dinero. Yo me llevé dólares para pagar en Majestic Gobi, y como teníamos todo incluido, solo cambié unos cuantos euros a tugrik. Aun así, aceptan dólares y euros y el regateo es algo omnipresente y necesario si no quieres que te timen.

 

GESTIONAR TUS DÍAS EN MONGOLIA. QUÉ VER EN MONGOLIA.

Mongolia es un país pobre con una red de transporte muy deficitaria. Es un lío el transporte público, ya que se le junta este déficit con la nula información que hay, imposibilidad de planear por internet… Yo me informé bastante sobre lo que quería ver en el país, y le dije a los dueños del alojamiento que habíamos reservado en Ulán Bator (Majestic Gobi) que nos llevaran a los sitios que yo quería. Planeé un recorrido de 3 días (no teníamos más), en el que siendo solo nosotros dos, nos costó 90$/persona/día. Puede parecer caro, pero compensó. Todo iba incluido (alojamiento, comidas, transporte, entradas a los sitios, botellas de agua), así que sólo fue ese importe.

Día 1. Baatar es el chico responsable, quien nos recogió de la estación de tren cuando llegamos el primer día por la mañana, y nos hizo un recorrido por algunas zonas de Ulán Bator (Gandantegchinlin, Budda Park, Zaisal), y ese día fuimos a ver Tsonjin Boldog y el Parque Nacional de Gorkhi-Terelj, que están bastante cerca de Ulán Bator.

Día 2. Al día siguiente, Baatar no pudo acompañarnos, y mandó a otra chica en su lugar, a Baima, que junto con un señor conductor nos llevó a Elsen Tasarkhai y a dormir con una familia en un ger o yurta, tal como les había pedido.

Día 3. Continuamos con Baima hasta Jarjorin y volvimos a Ulán Bator. El resto del tiempo lo pasamos con Anuska, la chica que está siempre en el piso donde nos alojamos, y continuamos viendo la ciudad.

Día 4. Este día cogimos el tren UB – Pekín.

Gandantegchinlin, Ulán Bator
Tsonjin Boldog
Yak en Gorkhi-Terelj
Elsen Tasarkhai
Noche con la familia
Erdene Zuu, en Jarjorin
Con Anuska en Ulán Bator

 

En resumen, la ruta combinaba tiempo en la ciudad de Ulán Bator (para ver monasterios, miradores y pasear por el centro), el complejo de Tsonjin Boldog (estatua de Genghis Khan), el Parque Nacional de Gorkhi-Terelj (donde ver yak, naturaleza, valles y ríos), Elsen Tasarkhai (llamado Pequeño Gobi, la porción de desierto más cercana), paseo en camello y caballo, noche en una yurta con familia local, y Jarjorin (donde está Erdene Zuu, imprescindible).

Hay mucho más por ver en Mongolia. Comenzando por el Gran Gobi, pero no teníamos días suficientes y tuvimos que conformarnos con Elsen Tasarkhai. Para ir al Gran Gobi se necesitan 3 días dedicados exclusivamente a ir en avioneta desde UB hasta Dalanzadgad, otro día de excursión por ahí y otro de vuelta. También es muy interesante acercarse al noroeste del país, la más montañosa y alejada, que también lleva 3 días. Deseché estas dos ideas porque su duración era incompatible, y pensé que Elsen Tasarkhai ya cumplía con mi deseo de ver el desierto, y la parte altaica era similar a lo que me podría encontrar en Siberia.

 

 

NOMADISMO EN MONGOLIA. LA CULTURA DEL CABALLO

Caballos negros en la estepa

 

Mongolia es una amplia estepa que se encuentra jalonada al norte de cadenas montañosas que la separan de Rusia. El norte es bastante húmedo y verde, donde llega la taiga, mientras que en el centro del país se extiende la estepa. Al sur está el desierto del Gobi. Me llamó la atención que prácticamente no había ningún cultivo. La agricultura es muy reducida, sólo vi un par de parcelas llegando a Jarjorin. El resto del campo es una gran llanura con montañas salteadas en la que se extiende una gran ganadería. Todo está lleno de rebaños de ovejas y caballos.

Parada de caballos en Tsonjin Boldog

 

Todo esto es seña de identidad del pueblo mongol. La agricultura significa fijarse a un sitio, la ganadería es móvil. El gran país del histórico nomadismo sigue teniendo un 30% de nómadas. En Mongolia, no existe la propiedad del campo. El terreno es de todos, del pueblo, como lo ha sido durante toda su historia. Cada familia vive con su rebaño y se desplazan por el país, trasladando su ger (la yurta mongola) según las épocas del año. La tradición y las costumbres hacen que cada familia sepa dónde tiene que instalarse y por dónde llevar a pastar su ganado. Esto me lo explicó Baatar. “Si sabes que una familia siempre viene en verano a una zona, no llevas a tu ganado por esa zona, lo llevas a la de al lado, pero no por ahí”. El respeto a la comunidad y a la tradición nómada hace que tengan total libertad de establecer su yurta por el país. Incluso en jardines de la capital había yurtas. Del modo contrario, no está permitido edificar de forma permanente (ladrillo) en el campo. Únicamente se puede hacer en las ciudades, o en algunos puntos cerca de las carreteras.

Caballos y ger

 

La riqueza familiar se mide en caballos. Considerado el animal nacional, los caballos de Genghis Khan asolaron toda Asia y parte de Europa en el siglo XII y XIII. La fuerza del caballo es tal que cuando se ahorra, se compra un caballo, símbolo de prestigio. Los caballos no se comen, sólo se utilizan como transporte y se tratan como si fueran un hijo. Si se tienen problemas económicos, se vende un caballo. Es como tener el dinero en un banco, pero en la puerta de la yurta.

 

DESIGUALDAD EN MONGOLIA

Mongolia es un país con una elevada tasa de pobreza. Es frecuente ver a niños a las orillas de la carretera durante horas sosteniendo bolsas de frutos para venderlos. Los productos que se venden son en casi su totalidad, importados desde Rusia, China, Japón o Alemania. Como anécdota, el desodorante es un producto exclusivo. Los supermercados comunes son pequeños bajos con muy pocos productos, y en ninguno había desodorante. Tuvimos que para en las afueras de UB en un gran almacén, donde solo encontré un pequeño desodorante de señora. Mongolia no produce casi nada, más allá de algún producto natural (como las bayas), la carne, leche, y básicamente lo que exporta son productos minerales.

Niños en la carretera vendiendo
Gente por las afueras de la ciudad
Supermercados de carretera

 

De los 3 millones de mongoles del país, aproximadamente la mitad vive en la capital. UB es una ciudad con grandísimos atascos debido a las carreteras insuficientes, y con barrios diferenciados. En las afueras se extienden extensos khoroos (barrios) de gers (yurtas), que a menudo están rodeadas de muros. Por otra parte, hay sectores como el de Buddha Park, que son urbanizaciones de nueva construcción, con centros comerciales y polideportivos. La vida en el campo transcurre de forma tradicional, y para entrar a UB hay que desinfectar el coche en unas barreras que limpian las ruedas de un posible virus zika.

Buddha Park
Entrada a UB y cola para desinfectar

 

LA COMIDA EN MONGOLIA

Cordero. Fin.

Ese sería el mejor resumen que se podría hacer de la gastronomía mongola. Como habíamos contratado el tour con Baatar, nos llevaban a comer siempre a restaurante o bar, por lo que probamos muchos platos. El primer día comimos en Nalayh, camino a Tsonjin Boldog, una hamburguesa de cordero con queso, y arroz blanco de guarnición. Ese día cenamos en un restaurante típico de UB un wok de cordero con verduras. Al siguiente día, comimos en un bar de carretera unas rodajas de salchicha (de cordero) con arroz, y cenamos en el ger con la familia unos tallarines secos con trozos de cordero y zanahoria. Otra comida fue trozos de cordero con arroz, y la última noche le pedimos por favor a Anuska que nos llevara a un KFC que habíamos visto, para no comer más cordero.

Wok de cordero
Cena en el ger
Salchichas de cordero y arroz

 

A mí el cordero no me gusta, y en todos los sitios, en la carta, ponía que había pollo y ternera. Pues nunca quedaba. Solo había cordero. El pescado ni aparecía. Vamos, que si vas a Mongolia vas a tener que comer cordero sí o sí. El KFC nos supo a gloria, y era, con diferencia, lo más caro de UB. Se ve que como era una marca extranjera, gozaba de gran reputación, pues nada más que había gente super arreglada cenando ahí, y los precios eran los más caros de todos los que vi en Mongolia.

Otra cosa muy típica es que llegues donde llegues, lo primero es que te ponen una taza de leche de oveja bien caliente. Quién más ruido hace al sorber, mejor.

Leche en un supermercado-bar de carretera

 

En los siguientes artículos os contaré detalladamente mis días en Mongolia.

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