Los castillos de Rumanía: SINAIA Y BRAN

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Si alguna imagen proyecta Rumanía al exterior son sus castillos. De todos  ellos, dos son los más conocidos: el de Peles, en Sinaia, y el de Bran. La leyenda del archiconocido Conde Drácula revolotea por los tejados de estos castillos tenebrosos, que son una perfecta excursión de un día desde Bucarest o Brasov.

 

Sinaia: el castillo de Peles

Empezamos nuestro día en Bucarest, donde cogemos sobre las 8 de la mañana un tren desde la bulliciosa Gara du Nord. El paisaje es monótono, ya que vamos por la llanura valaca que está llena de poblados en mal estado a los lados de las vías del tren, de industrias anticuadas y de campos verde-grisáceos. Pero pronto el terreno comienza a volverse abrupto, ya que ascendemos a los Alpes Transilvanos. Esta cordillera es el límite natural entre la región histórica de Transilvania y la región de Valaquia. Esta barrera montañosa nos ofrece unas vistas de paisajes tan verdes como negros, de niebla y lluvia, y de poblados con un aspecto más acogedor.

Gara du Nord abarrotada
Estación de tren de Sinaia
Sinaia

 

Sinaia es un pequeño pueblo de apenas 10.000 habitantes, muy turístico de Rumanía, tanto por el castillo como por ser un destino de esquí. El pueblo está bastante cuidado, hay hoteles lujosos, cafeterías, bancos, y muchas casas residenciales de montaña bonitas de ver. Desde la estación de trenes subimos hasta el centro del pueblo, y lo primero que vemos es el Monasterio de Sinaia, en torno al cual nació el pueblo. Su origen se remonta al siglo XVII, con bonitos frescos y paredes pintadas, aunque ya estábamos saturados de monasterios del día anterior.

Monasterio de Sinaia
Monasterio de Sinaia
Frescos de Sinaia
Mercadillo entre el monasterio y Peles

 

Poco después del monasterio empieza un camino que discurre entre el bosque y donde encontrarás un mercadillo de souvenirs y productos típicos, con cosas muy interesantes. Tras pasar un pequeño arroyo, el castillo de Peles se abre a nuestros ojos. Este castillo es posiblemente, el más bonito de Rumanía. Fue construido a finales de siglo XIX para ser la residencia del rey Carlos I de Rumanía, y fue el primer edificio en tener electricidad en Europa. En los patios del castillo hay muchas estatuas, fuentes, y miradores para contemplar las montañas y praderas.

Postal de Peles
Vanesa en Peles
Castillo de Peles
Castillo de Peles
Rey Carol en Peles

 

Al lado de este castillo se encuentra el de Pelisor, que es menos llamativo, pero igualmente no está de más pasar por allí.

Castillo de Pelisor

 

Bran: la turistada de Drácula

Debíamos pasar por Brasov para ir desde Sinaia a Bran. Así que nuestro tren llegó a la estación de Brasov, donde había policías que estaban deteniendo a niños por robar. Buscamos allí algún bus para ir a Bran, pero los que salen de allí están pensados para turistas y son bastante más caros. Así que fuimos en taxi, tras un intenso regateo, a la estación de autobuses 2 situada al noroeste de la ciudad. Allí, nada más llegar, había varias furgonetas cochambrosas que te llevaban a Bran por muy poco dinero. El trayecto no debía durar más de media hora a lo sumo, pero la carretera era de un solo carril para cada sentido y se produjo un accidente que nos retuvo casi una hora y media en aquella furgoneta tan cutre.

Castillo de Bran

 

Bran cuenta con unos 5000 habitantes y es muy pequeñito, por lo que no tendrás problema en perderte por aquí. Además, el castillo se ve desde todos los lados. Eso sí, estaba a rebosar de turistas y por ende, a rebosar de comercios, mercadillos y tiendas. Vimos una cola larguísima para entrar al castillo que apenas se movía… y pensábamos que si hacíamos toda la cola no nos daría tiempo a entrar ya que cerraban a las 6 de la tarde. Así que no sé cómo pero nos colamos justo los primeros y ya entramos al castillo que, adelanto, nos sobró tiempo.

Alegre camino de subida a Bran empalando gente
Mercadillos y tiendas de Drácula

 

El castillo de Bran es conocido por representar la historia del Conde Drácula. Digo representar porque en verdad, ni lo construyó él ni vivió aquí. Como mucho, pasó una noche. Y eso es todo. Ahora sí, es donde Bram Stoker ambientó la novela de “El conde Drácula”. Entonces bueno, aceptamos barco. Sí, sabemos que no es una ubicación real, pero queríamos sentirnos envueltos en esa atmósfera tan típica rumana, y es que no hay otro lugar para hacerlo: el verdadero castillo de Drácula está en ruinas y es muy difícil acceder a él, en un sitio recóndito. Cosa que, por cierto, nos llamó bastante de Rumanía. Si muchos viajeros asociamos estas leyendas a este país, no están nada explotadas. Se podría sacar mucho más provecho turístico, ya que apenas vimos referencias a Drácula en todo el país, solo aquí en Bran.

Castillo de Bran
Patio del castillo y pozo
Patio del castillo

 

Pues dicho esto, más allá del exterior del castillo que es muy bonito, y de la postal paisajística, el castillo no vale para mucho. El interior es muy enrevesado, con pasillos y escaleras muy estrechas, muchas salas pero pequeñas y prácticamente sin decoración. Y la que hay está tan restaurada y artificial que no nos gustó nada. Además muy agobiante por la cantidad de gente que había, nos llegamos a preguntar si controlaban el aforo o no. El patio con el pozo es más bonito, pero aun así, concluimos en que no merecía la pena entrar al interior, sobre todo porque el precio es elevado. Si fuera menor, quizá por ver el patio esté justificado, pero con verlo desde fuera es suficiente. Y de hecho, pasamos más tiempo en la ladera de la colina haciendo fotografías y contemplando la fachada.

Piel de oso en el interior
Buen lugar para fotografías
Un vampiro salvaje apareció

 

Después de la decepción que nos supuso Bran, esperamos el autobús en una parada abarrotada de gente, y cuando por fin llegó el autobús todo el mundo se echó a subirse… de tal forma que el conductor dijo que no cobraba entrada y nos subimos todos apretadísimos. Yo en particular iba justo pegado a la puerta de atrás, que a mitad del camino empezó a abrirse. Y yo comenté en voz alta “Voy a morir”, y una mujer rumana me entendió (el rumano es bastante parecido al español por ser lengua romance) y empezó a dar gritos a la gente diciendo “Haced sitio y no permitamos que el chico muera”. Un show.

Bran

 

Cómo llegar a Sinaia y Bran

Para ir a Sinaia es muy fácil, pues está muy bien comunicada para acceder desde Brasov o Bucarest. Puedes ir en tren o en autobús, hay salidas muy frecuentes. Para ir a Bran es necesario que lo hagas desde Brasov en autobús o en furgoneta (salen desde la estación de trenes y desde la estación de buses 2, al noroeste de la ciudad), o bien que lo hagas en un tour contratado.

Estación de tren de Brasov
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