Escala en BIRMINGHAM, la gran ciudad industrial inglesa

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Nuestra vuelta de Islandia a España la planeamos con escala en Birmingham. Aquí te ofrezco un breve review de mi estancia en la ciudad industrial por excelencia de Inglaterra.

Victoria Square, la plaza principal de la ciudad.

 

El día anterior (click aquí) habíamos esperado hasta las 12 de la noche en el aeropuerto de Keflavik para coger nuestro vuelo flybe hasta Birmingham. Llegamos a las 3.40 (hora local inglesa, las 2.40 islandesa y las 4.40 española) de la madrugada. El vuelo con flybe fue bastante bien, aunque era un avión muy pequeño, con dos asientos a cada lado, no tuvimos queja.

El aeropuerto de Birmingham no me gustó nada, lo encontré anticuado y algo caótico. Además, no podías dormir en el suelo apoyado a la pared porque había barras metálicas como si fueran rodapiés que te impedían pegarte a la pared. Como llegamos a tan mala hora, decidimos ir a un Costa Café del aeropuerto, y acostarnos allí (como muchos otros viajeros) hasta que abrieron bien temprano, y aprovechamos para tomar algo caliente.

Teníamos hasta las 14.40 (hora que salía nuestro Ryanair hasta Alicante) para dar una vuelta por Birmingham. Como estábamos hartos de estar allí, nos fuimos bien temprano a la ciudad, tomando una lanzadera directa desde el aeropuerto hasta la New Street Station.

Plano de Birmingham. Fuente: planetware.com

 

Birmingham es la segunda ciudad del Reino Unido con una población en su área metropolitana de más de 3.680.000 habitantes. Famosa por ser la ciudad industrial por excelencia de Inglaterra, es conocida como “el taller del mundo” o “la ciudad de los mil oficios”. Aquí, en las West Midlands, es donde se desarrolló la Revolución Industrial en el siglo XVIII, que fue intensamente bombardeada por los alemanes durante la II Guerra Mundial. De hecho, hay una gran parte de la población que es asiática o negra, y que vino a trabajar en las fábricas de la ciudad. Birmingham no es una ciudad turística, sino que es un motor del país, y sobre todo, una ciudad de negocios.

En Birmingham también hay cabinas como en Londres.

Una vez llegados a la New Train Station, lo primero que vimos fue St Philip’s Cathedral, o la catedral de San Felipe. Finalizada en 1715, es de estilo barroco y se encuentra en un bonito parque. El interior, como veréis, es totalmente opuesto a lo que habíamos encontrado en Islandia: con columnas, capiteles, vidrieras, grandes lámparas y banderas.

Catedral de San Felipe en Birmingham.
Interior de la catedral de San Felipe
Qué diferencia respecto de las iglesias islandesas.

 

Desde aquí, continuamos recto por Colmore hasta lo que es el centro de la ciudad de Birmingham. En la Victoria Square se encuentra la casa consistorial que sirve actualmente de Ayuntamiento. Me pareció lo más bonito de la ciudad, con las fuentes y estatuas que decoran la plaza, y los edificios con bonitas fachadas que la rodean. Justo aquí tomamos un desayuno típico inglés: yo me pedí un cruasán con huevos y bacon que estaba delicioso, aunque era muy aceitoso.

Casa consistorial en Victoria Square.
Estatuas y bellas fachadas en la Plaza Victoria.
Victoria Square.

 

Justo al lado de Victoria Square se encuentra el edificio del ayuntamiento en sí, construido en 1832 de estilo neoclásico, y también al lado, el Memorial de Chamberlain, que fue alcalde de Birmingham. También está al lado la biblioteca de la ciudad.

Ayuntamiento de Birmingham
Memorial de Chamberlain, frente al ayuntamiento.

 

Desde aquí, volvimos hacia el sur y la zona de la estación de tren para llegar hasta el Bullring. Fuimos pasando por calles que nos recordaban a ese pasado floreciente industrial de la ciudad, de ladrillo visto y estilo georgiano. El Bullring es un centro comercial inaugurado en 2004, y su nombre se dice que viene por los comerciantes españoles que traían toros a la ciudad y los ataban aquí. También hay una estatua en bronce de un toro. Desde aquí, vimos la estampa de fusión entre modernidad y tradición, al estar muy juntas entre sí la catedral gótica de San Martín y el edificio Selfridges, un icono de la ciudad, con formas ondulantes, estructura metálica y miles de burbujas.

Arquitectura de Birmingham entre el barrio de la New Train Station y el Bullring.
Selfbridges y catedral de San Martín.

 

Terminamos nuestra mañana en Birmingham paseando por sus calles y sus comercios, para volver pronto al aeropuerto y coger un Ryanair hasta Alicante. He de admitir que la ciudad en sí no me gustó, incluso me pareció fea, aunque fue interesante ver el pasado industrial y desayunar allí. Quizá me faltaron por ver muchas cosas de la ciudad, pero no teníamos más tiempo, al ser sólo una escala. Nuestra aventura llegaba aquí a su fin. ¡Hasta otra!

 

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