TALLIN, sabor medieval en el Báltico

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Tallin es una modesta ciudad vestida con un encanto medieval, que podría ser un perfecto escenario de cuentos de princesas y hadas

Tallin, Estonia

 

La ciudad surgió como un puerto que permitía el comercio entre los países escandinavos y Rusia, y también como lugar donde realizar los germanos las cruzadas bálticas. El establecimiento formal de la ciudad llegó cuando comerciantes de Visby se establecieron aquí. Desde el siglo XIII hasta el XIX, Tallín (o Reval, su nombre germano e histórico) fue una ciudad hanseática de destacada importancia, y estuvo bajo dominio danés (según la leyenda, en una batalla de las cruzadas entre los daneses católicos y los estonios paganos, la bandera danesa descendió del cielo, y es considerada la bandera más antigua del mundo y con ese origen cruzado-cristianizador. Y otra curiosidad: Estonia, pueblo históricamente pagano, sigue siendo en la actualidad el país europeo con mayor número de no creyentes), sueco y ruso. En 1918, Estonia declaró su independencia junto a Letonia y Lituania, tras el fin de la I Guerra Mundial, países que fueron invadidos años después y formaron parte de la URSS. Es el año en el que Reval pasa a llamarse Tallin. Dentro de la URSS, Tallín fue un destacado puerto como sede naval, debido a su localización en el Báltico que no se congela, hasta tal punto que las competiciones marítimas de los JJOO de Moscú 1980 se celebraron aquí. No fue hasta 1991, cuando por medio de la Revolución Cantada, lograron la independencia.

Calle Viru

 

Tallin es una ciudad relativamente pequeña, y no llega al millón de habitantes. Al igual que sucede en Riga, debido a la intensa rusificación del período soviético, casi la mitad de la población es de origen ruso; y por contrapartida, la histórica población alemana fue expulsada. Estonia es un país muy llano y cubierto de bosques, ríos y áreas pantanosas. Estonia ingresó en la UE en 2004, y utiliza el euro como moneda. Es un país pionero en las tecnologías de la comunicación, donde existe unas de las mejores velocidades de internet en el mundo, y donde a principios de siglo XXI casi la totalidad de la población estaba ya conectada a la red. Además, muchas empresas como Skype son de aquí, y es considerado el bastión europeo de la ciberseguridad.

Tallin

 

Visité Tallin en 2013, en Helsinki Express. Llegamos en autobús procedentes de Riga, estuvimos en Tallin durante un día y medio, que cayó en domingo. Tallin es un punto muy frecuentado por los cruceros, y vaya si se nota. Fue quizá lo que menos me gustó de la ciudad: durante el día estaba a rebosar de gente (todo híper turístico: gente disfrazada, tiendas de souvenirs llenas…), pero sobre las 7 de la tarde ya no quedaba nadie en la ciudad, todos se habían ido ya. Y me pareció una ciudad un tanto vacía, un decorado, un esqueleto. Sí, todo es original y es muy bonito, pero está excesivamente turistificado.

Olde Hansa

Lo primero que hicimos fue ir al puerto y comprar el billete de ferry para el día siguiente. Con la empresa Tallink, el trayecto Tallin-Helsinki nos costó 50€. Recuerdo que en la terminal había muchas tiendas con alcohol y demás productos, ya que los finlandeses vienen hasta aquí por los precios más baratos.

Puerto de Tallin

 

Tallin es una ciudad amurallada, y llegó a contar con 46 torres, aunque actualmente solo quedan 26. Una de las puertas de entrada a la ciudad, cercana al puerto, es la del bastión de Margarita la Gorda. Aquí ya empezamos a sentir el ambiente medieval tallinés. Fuimos recorriendo todo el perímetro de la muralla, paseando entre jardines, hasta que empezamos a ascender por la colina de Toompea.

Margarita la Gorda
Murallas de Tallin
Puertas en la muralla, lado oeste
Murallas de Tallin

 

Toompea era una ciudad independiente de Reval. Está situada en la parte alta de Tallin, sobre una colina. Aquí comenzamos a ascender por una larga escalinata, a la sombra del edificio del gobierno estonio. En esta parte está la Catedral de Santa María (Toomkirik), la más antigua de la ciudad, del siglo XIII, con un interior sobrecogedor por tal cantidad de escudos; la Catedral de Alexander Nevsky, en un estilo renacentista ruso de finales de siglo XIX; y el Parlamento (Riigikogu), situado en el Castillo de Toompea, antigua fortaleza danesa, que cuenta con tres torres, la más famosa es la llamada Pikk Hermann, del siglo XIV.

Ascenso a Toompea bajo el edificio del gobierno
Iglesia de Santa María
Interior de Santa María
Interior de Alexander Nevsky
Catedral de Alexander Nevsky
Pablo y yo en Alexander Nevsky

 

Y sobre todo, aprovechad los miradores que hay desde Toompea, o desde las torres e iglesias de la ciudad. Entre ellos destaca el de Patkuli, donde se obtienen las mejores vistas de la ciudad.

Tallin desde Toompea

 

Desde la Catedral de Alexander Nevsky descendemos por los jardines hasta llegar a la torre de Kiek in de Kök. Aquí ya estamos en la ciudad vieja (Vanalinn), el centro histórico de Tallin, con un entramado irregular de pequeñas calles empedradas que confluyen en la Raekoja plats, la plaza del Ayuntamiento, lugar donde en el medievo se establecía el mercado de la ciudad. Es un edificio del siglo XIV, en un estilo gótico, y en lo alto de la torre hay una veleta con un guerrero que es el símbolo de la ciudad. En esta plaza también está la antigua farmacia del siglo XV.

Kiek in de Kök
Tallin
Ayuntamiento de Tallin, Raekoja Plats
Raekoja Plats
Ayuntamiento de noche

 

El Pasaje de Santa Catalina es una calle muy pintoresca de la ciudad, con unos arcos que la cruzan que te hacen retroceder siglos atrás. Cerca de aquí, en la calle Vene está el patio de los maestros, otro rincón con encanto donde tomar un café. Al otro lado hay una calle con un montón de puestos, especialmente de lana, que llegan hasta las cercanías de la Puerta de Viru, quizá la entrada más bonita de la ciudad. En esta parte es donde vivían todos los artesanos y mercaderes.

Pasaje de Santa Catalina
Pasaje de Santa Catalina
Calle entre Catalina y Viru
Puerta de Viru
Viru Gate

 

Lo mejor de la ciudad vieja de Tallin es recorrer sus calles y perderse por ellas. La calle Pikk es la principal de la ciudad, y donde encontrarás casas de comerciantes, como la de la Hermandad de las Cabezas Negras (como en Riga), con una puerta renacentista muy bonita; o varias iglesias, como la de San Olaf, del siglo XIII, la Iglesia del Espíritu Santo, con la torre más alta del país y el reloj de Tallin más antiguo; o la de San Nicolás, del siglo XIII.

Reloj del Espíritu Santo
Puerta de las Cabezas Negras
Edificios de Tallin

 

Fuera de la ciudad vieja está la ciudad nueva, donde destacan los edificios del teatro, demás museos y la Plaza de la Libertad (Vabaduse väljak), con una cruz en honor a los caídos en la Guerra de la Independencia, frente a la Iglesia de San Juan.

Plaza de la Libertad

 

La noche tallinesa me pareció bastante aburrida (quizá porque era domingo, repito), pero aprovechamos para ver los escaparates de algunas galerías de arte y recorrer de nuevo la ciudad. Una cosa que me quedó por visitar de Tallin es el Palacio Kadriorg, que está más alejado. Fue construido por Pedro el Grande en el siglo XVIII para su esposa Catalina. Es un palacio barroco con unos bellos jardines muy adornados que ahora sirve como residencia del Presidente de la República y como museo de arte.

Tallin de noche
Arte estonio
Arte estonio

 

A la mañana siguiente emprendíamos la travesía hasta Helsinki.

Zarpando de Tallin

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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