HEBRÓN, la convulsa ciudad de Abraham
El segundo lugar más importante para el judaísmo es la ciudad más tensa en la convivencia entre israelíes y palestinos
A unos 30 km de Jerusalén se encuentra Hebrón, quizá la ciudad más convulsa en el conflicto entre israelíes y palestinos. Situada en la región de Canaán, Hebrón está rodeada de campos muy bonitos en los que se pueden ver frutales y una rica agricultura, sobresaliendo el cultivo de uvas. Según el Antiguo Testamento, Hebrón fue la ciudad de Abraham, donde este compró una parcela de tierra (Dios le había mostrado la tierra que le pertenecería a su pueblo) y donde enterró a su mujer Sara. Después también serían enterrados Abraham y su descendencia: Isaac y Rebeca, y Jacob y Lea. Sirvió como la capital de Judá antes de que David fuera proclamado como rey y se trasladara a Jerusalén.
Hebrón siguió siendo una ciudad importante por su comercio, aunque sufrió las sucesivas invasiones y destrucciones, por parte de macedonios, persas… así como el saqueo de los macabeos. Con el dominio romano, Herodes el Grande construyó la muralla que rodea la Tumba de los Patriarcas, pero también masacraron a los judíos y los supervivientes fueron vendidos como esclavos. Con la época bizantina, se prohibió a los judíos residir en la ciudad y fue una ciudad cristiana. Los persas la tomaron en el siglo VII, aunque respetaron los lugares judíos ya que entre sus filas había muchos de ellos, y convirtieron la iglesia cristiana en mezquita. La ciudad era algo pobre y sin fortificar, aunque vivía al ser una parada en la peregrinación hacia La Meca en la ruta desde Damasco, y tenía fama de ser muy hospitalaria con abundancia de comida y frutas.
En el siglo XI, Hebrón fue tomado por los caballeros cruzados, quienes la renombraron Castellion Saint Abraham, y más tarde San Abraham de Bron. Vista como una isla cristiana en un océano musulmán, los cruzados francos convirtieron los templos en iglesias. En el siglo siguiente, Saladino conquistó la ciudad para los musulmanes, y templarios y hospitalarios intentaron tomarla de nuevo. Bajo el control musulmán ayubí, Hebrón (llamada Al-Jalil en árabe) fue una ciudad de convivencia entre las tres religiones, pero con la llegada de los mamelucos, estos prohibieron el acceso al santuario de judíos y cristianos, por lo que la situación empeoró. Viajeros de la época cuentan como los muy pocos judíos que quedaban se hacían pasar por musulmanes para poder entrar al templo.
Hebrón fue tomada después por el Imperio otomano, quienes cuidaron mucho la ciudad y los templos. En esta época también tuvo lugar la expulsión de numerosos judíos de Europa, muchos de ellos vinieron a asentarse en Hebrón. La ciudad alcanzó gran fama no solo por su producción agrícola, sino también por la fabricación de vidrio. En el siglo XIX sufrió una gran revuelta contra el poder egipcio, y Hebrón quedó gobernada por la élite local, antes de volver al control otomano. Fue un periodo de sucesivas crisis que afectó a la economía y a la población, que sumió a Hebrón en un declive acusado. Únicamente la industria del vidrio seguía a flote con cierto renombre. Según cuentan, Hebrón era una ciudad muy conservadora y recelosa de sus lugares sagrados, un asilo de pobres y espirituales, que tenía unos problemas muy enconados propios, y desde el Imperio otomano se le dio gran autonomía para no entrometerse en sus asuntos.
Tras la I Guerra Mundial, fue el Reino Unido quien ocupó estos territorios que antes habían pertenecido al Imperio otomano. La gran mayoría de la población era musulmana, y las propiedades pertenecían a asociaciones benéficas islámicas. Esta fue la época del inicio del conflicto entre árabes e israelíes, en busca de sendas liberaciones. En Hebrón se produjo un horroroso atentado en 1929 en el que decenas de judíos fueron asesinados, y más tarde la comunidad judía tuvo que ser trasladada ya que no se podía garantizar su seguridad. Tras el plan de partición de 1947, Hebrón quedó bajo control árabe y ocupado por los jordanos. La ciudad comenzó a crecer muchísimo debido a la llegada de los musulmanes que habían sido expulsados de otras partes de Israel.
Desde la guerra de 1967, Israel ocupó toda Cisjordania incluyendo a Hebrón, y los Acuerdos de Oslo de 1995 dividieron a la ciudad en dos sectores: H1, controlado por la Autoridad Nacional Palestina; y H2, controlado por Israel. Desde entonces, los colonos israelíes han aumentado considerablemente su presencia, tanto en nuevas construcciones a las afueras (totalmente modernas, nuevas y ajardinadas) como en la propia ciudad vieja. La ciudad está muy militarizada con numerosas torres de vigilancia en cada colina, tejados, calles, y muchos controles de todo tipo. Según me contaron, los musulmanes tienen prohibido pasar al sector H2, aunque los judíos sí pueden transitar por el H1. Entre lo que vimos y lo que nos contó nuestro guía, vimos bastante discriminación.
Es una pena en lo que se ha convertido Hebrón. El nombre de la ciudad viene de “amigo”, y actualmente parece que no hay nada de eso. Hebrón es una ciudad de callejuelas estrechas y enrevesadas, con las casas llenas de depósitos en sus tejados. Pero sobre todo llama la atención lo tenso del lugar, y es que este es un lugar bastante peligroso. Por ello, no quisimos visitarlo solos, y contratamos a un guía que nos enseñó la ciudad. Su nombre es Shareef Jibreen, podéis encontrarlo en Tripadvisor, en Instagram @palestine_bethlehem.guide y Facebook “Palestine Tours”. Shareef es muy profesional y buen guía, os lo recomiendo. Su whatsapp es +970 598 753 648. Con él visitamos tanto Belén (que te lo cuento en este artículo) como Hebrón. Nos recogió con su coche en Belén y fuimos en nuestra primera parada al yacimiento arqueológico Elonei Mamre, el centro espiritual de Hebrón en tiempos bíblicos.
Poco después aparcamos muy cerca de la Tumba de los Patriarcas para ver el lugar más importante de Hebrón. El templo está dividido en dos: por un lado se entra al lado judío, y por otro a la mezquita de Ibrahim. Este es el segundo lugar más sagrado para los judíos después del Muro de las Lamentaciones, ya que es el lugar donde está enterrado el patriarca Abraham y su descendencia, pero también lo es para los musulmanes, ya que Ibrahim fue uno de sus profetas, por lo que su tumba está separada por un cristal. Estas medidas extremas de seguridad se tuvieron que tomar sobre todo después de la masacre de 1994, cuando un judío entró en la mezquita y disparó a 29 musulmanes. Nosotros no pudimos pasar ni a uno ni otro lado por no ser ni musulmanes ni judíos, no nos dejaron, pero parece que eso depende del soldado que esté custodiando el lugar, pero Shareef nos tomó unas fotos.
El centro de viejo de Hebrón es un lío. Hay controles y barreras para pasar cada poco, y el aspecto es desolador, con calles muertas y cerradas, como la Shuhada, donde antes había comercios… una auténtica pena. La calle principal del sector H1 está protegida con una malla, ya que los israelíes viven arriba y los musulmanes debajo, y se lanzan todo tipo de desechos. También verás muchas ventanas con rejas, casi como cárceles… y más edificios destruidos, bastante pobreza… Ello contrasta con lo colorido de los puestos de mercado que están abiertos, con tiendas de dulces (puedes ver cómo se hacen caseros), de animales… y de una tienda de vidrio donde había un hombre haciéndolo in situ, fue muy chulo.
También nos llevó Shareef a la casa de una familia árabe que nos dejó subir a su terraza, desde donde se veía toda la ciudad con los depósitos en sus tejados, y las alambradas y una misma torre de vigilancia con soldados prácticamente sobre su techo. Ese mismo día parecía que estaba muy muy tensa la ciudad, con soldados israelíes patrullando todos los sectores, y la gente escondiéndose a su paso. Fueron momentos realmente tensos, y vivimos situaciones que nunca vamos a olvidar por la tristeza de esta realidad. En el lado H2 no entramos, pero en ese lado judío parece que está la cosa más relajada, aunque se pueden ver las numerosas placas de asesinatos que han sufrido colonos y estudiantes judíos. Al fin pudimos salir y por el camino Shareef nos mostró en la distancia que se veía un campo de refugiados, también extremadamente vigilado.
En general, me gustó conocer la realidad de la convivencia en Hebrón, y comprobar cómo, efectivamente, es el punto de mayor fricción entre las dos comunidades, con injusticias a uno y otro lado, y una situación muy delicada. Si decidís viajar aquí, veréis que hay varios tours que te muestran la ciudad primero un guía judío y otro musulmán, pero personalmente los vi carísimos. Yo recomiendo a Shareef, que nos gustó la experiencia y nos sentimos protegidos.
Buscando información acerca de la ciudad e Hebrón, encontré tu página. Gracias por compartir fotos, relatos y contar acerca de la situación que allí se vive diariamente debido al contexto histórico. Me ha sido de mucha importancia este material
Gracias por compartirlo.
Desde Málaga. María Claudia.
Me alegro mucho de que te haya gustado!! Gracias por leerme 🙂