Qué ver en PRAGA en un día

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Praga es la mejor estampa de una ciudad centroeuropea. Su patrimonio gótico y barroco respira un ambiente oscuro, melancólico y romántico, y la convierten en una de las ciudades más visitadas del mundo

Praga, una de las ciudades más bellas de Europa

 

Praga se fundó en el siglo IX y fue la capital de Bohemia, un reino que estuvo vinculado al Sacro Imperio Romano Germánico, hasta formar parte del reinado de los Habsburgo. El nacionalismo checo cobró importancia durante el Imperio Austrohúngaro, hasta que con su caída se formó Checoslovaquia, con capital en Praga. La República Checa fue de los primeros territorios en ser ocupados por Hitler, debido a su proximidad y a la presencia de alemanes en los Sudetes. Con el fin de la guerra, pasó a estar bajo influencia soviética y se estableció un régimen comunista. La famosa Primavera de Praga, en 1968, fue un intento de emanciparse de tal poder y de liberalizar el país y conseguir libertades, que fue duramente reprimido debido a la actuación del Pacto de Varsovia. Pocos días después de la caída del muro de Berlín, la Revolución de Terciopelo hizo lo que no se había conseguido en el 68: el comunismo cesaba en Checoslovaquia y se daba paso a un Estado democrático. En 1993, Checoslovaquia se separó amistosamente en la República Checa y Eslovaquia, y en 2004, ambas entraron a formar parte de la UE.

Nuestra Señora de Tyn
Praga, 2004

 

Con dos millones de habitantes, Praga es una de las ciudades más visitadas del mundo y atributos no le faltan. Praga puede ser la base perfecta para recorrer la República Checa y otras ciudades de Europa, debido a su posición central en el continente quedan muy cerca ciudades como Dresde (Alemania), Wroclaw (Polonia) o Viena (Austria). Puedes dedicar tantos días a Praga como sea tu ritmo de viaje, aunque en un día se puede ver lo esencial, que te lo muestro aquí:

Praga
Praga

 

Un día en Praga

Empezamos el día en el Puente de Carlos (Karluv most), una maravilla que luce mejor tanto al amanecer como durante la noche. Conecta la ciudad vieja con el barrio de Mala Strana. Su nombre se debe a Carlos I de Bohemia y IV de Alemania, cuyo reinado fue el apogeo de Praga y cuando se construyó este puente en los siglos XIV-XV. Con dieciséis arcos y 516 metros de longitud, atraviesa el ancho y caudaloso Río Moldava o Vltava, el río más largo del país y que nace cerca de Cesky Krumlov hasta desembocar en el Río Elba. Sobre él hay 30 estatuas del siglo XVIII en estilo barroco, de santos y patronos checos, como la de San Juan Nepomuceno. En la torre de entrada al puente se puede ver el número 135797531, que significa las 5:31 horas del 9 de julio de 1357, momento en el cual el rey puso la primera piedra aconsejado por astrónomos que le propusieron esta secuencia de números impares capicúa.

Praga
Torre de entrada al puente
Cruzando el Puente de Carlos
Río Moldava-Vltava
Puente de Carlos, Praga
En el puente de Carlos con la Catedral de San Vito al fondo
Puente llegando a Mala Strana
San Juan Nepomuceno

 

Al otro lado del río se encuentra el barrio de Mala Strana (pequeño barrio), establecido en el siglo XIII. Aquí se alza la imponente Iglesia de San Nicolás (Kostel sv. Mikulase), barroca del siglo XVIII. Es muy interesante la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria (Kostel Maria Vitezne), donde está el Niño Jesús de Praga, una pequeña estatua de cera que representa a Jesús en su etapa infantil, y que perteneció a Santa Teresa de Jesús, considerada una imagen milagrosa. Mala Strana es un barrio de palacios que a día de hoy sirven como embajadas, y de calles muy bonitas. Entre ellas destaca Nerudova, donde vivió el novelista Jan Neruda y del cual Pablo Neruda escogió su nombre literario.

Mala Strana
Calles de Mala Strana, con San Nicolás al fondo
Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria
Niño Jesús de Praga
Iglesia de San Nicolás
Nerudova
Mercadillos en Mala Strana

 

Nos dirigimos hacia el Castillo de Praga (Hradcany), ascendiendo por empinadas calles y largas escalinatas. Desde arriba se obtienen unas vistas muy bonitas de la ciudad, y al fondo se ve la Torre Petrin, como una mini torre Eiffel, pero bastante más cutre. El Castillo de Praga, construido en el siglo IX, es considerada la fortaleza medieval más extensa, y no esperéis un castillo medieval como tal. Más bien es su emplazamiento, y en este espacio hay diversos atractivos que en su día fueron el centro de decisión del país. Pronto veréis una amplia plaza con el Palacio Arzobispal, barroco del siglo XVIII, y el Palacio Real, sede de la presidencia checa, donde también hay cambios de guardia.

Praga desde el Castillo
Palacio Arzobispal
Palacio Real

 

Desde aquí, entrarás al recinto donde puedes estar tanto tiempo como desees, y que naturalmente está masificado de turistas. La entrada es gratis, pero para acceder al interior de los edificios (e incluso al Callejón de Oro) hay que pagar. Destaca la Catedral de San Vito, del siglo XIV en estilo gótico, donde se coronaban y enterraban los reyes de Bohemia. En su interior están las joyas de la corona checa. También se encuentra el callejón del oro y la alquimia, donde también vivió Franz Kafka, autor de “La metamorfosis”; la capilla de la Santa Cruz, Basílica de San Jorge, Convento de San Jorge, Torre Daliborka (cuenta la leyenda que aquí fue apresado un violinista que socorrió a unos siervos que se habían rebelado contra unos nobles, y tocando el violín desde la torre, todos los ciudadanos venían a escucharlo), Torre Blanca y Negra, Palacio Lobkowitz, y muchos puestecillos donde probar comida típica de Praga, como gulash, patatas con muchas especias, jamones asados a la leña, y los famosos Trdelnik, rollos de masa con azúcar hechos al fuego.

Entrada al Castillo
Catedral de San Vito
Catedral de San Vito
Jamones asados
Trdelnik

 

El centro de la ciudad medieval es la Stare Mesto, y es nuestro siguiente destino. Esta parte es la más bonita de Praga, con sus enrevesadas calles llenas de fachadas muy elegantes, cafeterías por todas partes y coches de caballos a cada esquina. Frente al puente de Carlos está la Iglesia de San Salvador, y detrás de ella se abre el Clementinum, un conjunto de edificios que albergan la biblioteca más importante del país. Antes fue una capilla y colegio jesuita. La biblioteca tiene un salón barroco que es muy bonito, aunque solo se puede ver desde la puerta y no entrar, y vale 12€. La animada calle Karlova está atestada de gente, ya que es el camino que va desde el Puente hasta la Plaza de la Ciudad Vieja (Staromestske Namesti).

Iglesia de San Salvador
Calle Karlova
Calle Karlova

 

Antes de llegar a esta plaza nos desviamos hacia el norte para visitar Jozefov, el barrio judío y antiguo gueto de Praga. Aquí hay varias sinagogas que se conservaron ya que los nazis querían hacer de este barrio un museo al aire libre de una raza extinta. Entre ellas, está la sinagoga de Maisl, la Sinagoga Vieja-Nueva, una de las más antiguas de Europa que data del siglo XIII. Según la leyenda, en el ático está el cuerpo inerte del Golem (coloso de piedra) creado por un rabino. También la sinagoga española (su nombre se debe a su decoración), y la de Klausen, que me pareció la más bonita, y está frente a un mercadillo. Muy cerca de aquí y pegado al río está el Rudolfinum, sede de la Filarmónica de Praga, de estilo neoclásico, llamado así por Rodolfo de Habsburgo, heredero del trono checo.

Sinagoga Maisl
Edificios en Jozefov
Sinagoga nueva-vieja
Mercadillo en Jozefov
Sinagoga Klausen
Rudolfinum

 

Ahora sí volvemos a la plaza de la ciudad vieja, donde está uno de los símbolos de Praga: la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, de estilo gótico, data del siglo XVI y es símbolo del movimiento husita. Protegida por casas, hay que acceder a ella por una calle cubierta. Mirando hacia esta iglesia está en medio de la plaza, la estatua de Juan Hus, reformador protestante que se alzó contra el rey de confesión católica, y que fue quemado vivo.

Nuestra Señora de Tyn
Nuestra Señora de Tyn
Entrada a Nuestra Señora de Tyn
Juan Hus

 

En esta plaza también está la barroca Iglesia de San Nicolás, y la torre del Ayuntamiento y Reloj Astronómico del siglo XV, uno de los principales atractivos de Praga. A cada hora salen numerosas figuras como los doce apóstoles, y otras como la muerte, la vanidad, la lujuria, la avaricia; y otras fijas como el astrónomo, cronista, filósofo y un ángel… Marca completamente todo: hora, fecha, amanecer y atardecer, zodiaco, posiciones de los astros…

Fachadas de la Ciudad Vieja
Iglesia de San Nicolás
Torre del Ayuntamiento
Interior de San Nicolás
Reloj astronómico en obras
Fachadas junto al Reloj Astronómico

 

Una buena idea puede ser perderse por las calles de esta parte de la ciudad, y encontrar animados mercadillos como en la calle Havelska. Desde aquí se puede visitar el próximo Teatro estatal (llamado Teatro de los Estados, aquí se estrenó Don Giovanni de Mozart en el siglo XVIII), la Torre de la Pólvora, torre de entrada a la ciudad en estilo gótico, del siglo XV, llamada de la pólvora porque en el siglo XVIII almacenó este material; y la más reciente Casa municipal (Obecni dum).

Calle Havelska
Mercadillo en Havelska
Teatro estatal
Torre de la Pólvora
Casa municipal y Torre de la Pólvora

 

La última parte de la ciudad que nos queda por visitar es Nove Mesto, llamada así a la nueva ampliación de la ciudad que se realizó en el siglo XIV. Puede ser buena idea dejar la noche para esta parte de la ciudad, ya que aquí hay relativamente pocos atractivos artísticos que visitar, y es más una zona para descubrir cómo es la vida de los praguenses. Desde Revolucni y la Torre de la Pólvora nos dirigimos hacia el sur, hasta llegar a las inmediaciones de la Plaza de Wenceslao (Vaclavska Namestie). Está presidida por San Wenceslao, patrón de Bohemia. Anteriormente era el lugar de un mercado de caballos. La importancia de esta plaza radica en que aquí se han desarrollado acontecimientos históricos recientes que han supuesto la consolidación de Chequia como Estado. Aquí se leyó la proclamación de independencia en 1918, después de la disolución del Imperio Austrohúngaro, también fue donde el estudiante Jan Palach se quemó vivo en protesta durante la Primavera de Praga de 1968, y ha sido escenario de protestas y manifestaciones, como un año después (1969) cuando Checoslovaquia ganó un partido de hockey a la URSS, o durante la Revolución de Terciopelo de 1989. Al fondo de la alargada plaza está el Museo nacional, en un edificio neorrenacentista, fundado a principios de siglo XIX; y al lado de este, la antigua ópera alemana, construida para este sector de la población (llamada oficialmente Ópera estatal de Praga), de finales de siglo XIX, en estilo neorrenacentista.

San Wenceslao
Plaza San Wenceslao
Plaza San Wenceslao

 

Si os apetece beber alguna cerveza checa, quizá uno de los mejores sitios sea la cervecería U Fleku, la más antigua de la ciudad y con música en vivo. Está muy cerca del Teatro Nacional, (Narodni divadlo) de finales de siglo XIX, sede de la ópera nacional y símbolo del incipiente nacionalismo checo; y a poca distancia de la Casa danzante, de 1997 de Frank Gehry, en estilo deconstructivista y simbolizando una pareja de bailarines. Desde aquí solo queda deambular por las calles de Praga, volviendo al Puente de Carlos para verlo de noche, y dejarse llevar por el ambiente oscuro, melancólico y romántico de Praga.

Cervecería U Fleku
Teatro Nacional
Tacni dum, la casa danzante

 

Cómo llegar a Praga

El aeropuerto de Praga-Vaclav Havel está conectado a la ciudad mediante dos líneas de bus: la 119, que te deja en la estación de metro de Dejvicka; y la 110, que lo hace en Zilicin. Desde ambas puedes enlazar con metros para llegar al centro de la ciudad. También puedes coger un Uber. Considera también el pequeño aeropuerto de Pardubice, una pequeña ciudad que está a una hora y media. Si bien algo lejos, suelen llegar vuelos de bajo coste hasta aquí.

Barcos en el Moldava

 

Precios y alojamiento en República Checa

Aunque debe adherirse al euro en los próximos años, actualmente la moneda es la corona checa (kc), que suele tener un cambio de 1€=25 kc. Visité esta ciudad en 2004 y los precios eran baratísimos. En 2018, los precios siguen siendo bastante baratos para lo que es España, pero ya no es lo que era antes. Praga es más cara que el resto del país por ser más turística. Los precios en la capital suelen ser los mismos que en cualquier otra ciudad europea, pero en general se puede comer bastante bien por unos 10-12€ por cabeza. Nos alojamos en el Hotel City Center, ubicado en Revolucni y a muy poca distancia de la Torre de la Pólvora. Recomiendo el hotel, es bastante asequible y situado en muy buena zona.

Revolucni, al fondo el hotel

 

Excursiones desde Praga

Praga, por su posición central, suele estar en los recorridos de Centroeuropa, ya sea en el itinerario Praga-DresdeBerlín o en el clásico Praga-VienaBudapest. También hay otras ciudades con las que se puede combinar como Wroclaw, Munich, o la totalidad de Eslovaquia. En cuanto a excursiones de un día desde Praga, en la misma ciudad están el Monasterio de Strahov y la Torre Petrin; y a media hora está Karlstejn, un bello pueblo con un castillo impresionante. La ciudad balneario de Karlovy Vary es otro punto turístico, a los que se suman Cesky Krumlov y Ceske Budejovice como los más visitados. Otros destinos de la República Checa son Kutna Hora, Hradec Kralove, Ostrava, Olomouc, Brno, Tabor y Plzen. Recomiendo Karlstejn, Cesky Krumlov y Karlovy Vary como el top 3.

Puente de Carlos y San Vito de noche
Puente de Carlos de noche
Tyn de noche

 

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