Qué ver en MARSELLA, la daga del Mediterráneo

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Volcada al Mediterráneo con una fuerte componente militar, migratoria y rebelde

Llamada en occitano Marselha, los orígenes de Marsella se remontan a la fundación de la polis de Massalia por los griegos focenses (situados en la actual Turquía) en el 600 a.C. Este hecho revestía importancia, ya que desde aquí los griegos alcanzaron la península Ibérica y fundaron Ampurias (entre otros) y también introdujeron el cultivo de la vid, que cobraría gran importancia en toda Francia. Una ciudad de considerable esplendor por su comercio, después fue conquistada por los romanos y tomó el nombre de Massilia. La leyenda cuenta que María Magdalena comenzó a difundir el cristianismo por toda la Provenza desde su llegada al puerto de Massilia, lo que la convirtió en una ciudad de especial significado para los católicos.

Catedral de La Major, Marsella
Marsella
Le Panier, Marsella
Marsella

 

Con la caída del imperio romano, Massilia fue ocupada por los pueblos bárbaros, incluyendo saqueos piratas y moriscos, hasta que llegó el dominio de los condes de Provenza, en torno al siglo X. Algunos siglos más tarde, su condición de puerto y gran tráfico hizo que fuera una de las puertas de entrada de la peste negra a Europa, lo que mermó de gran manera a su población. Esto fue aprovechado algo más tarde por los aragoneses, que conquistaron la ciudad en su expansión para asegurar los dominios del Mediterráneo y del Reino de Nápoles. Aunque Marsella se unió a la corona de Francia en el siglo XV, fue una ciudad con cierto grado de rebeldía, incluyendo levantamientos contra gobernadores. Desde el siglo XVI comenzó a fortificarse la ciudad, ante las temidas invasiones germanas (ya que el Sacro Imperio Romano Germánico se extendía hasta bien cerca) y otras incursiones. Su condición de ciudad rebelde hizo que la Revolución Francesa de 1789 triunfara aquí con especial entusiasmo, y cientos de voluntarios marcharon a París para defender al nuevo gobierno revolucionario. Este fue el origen de La Marsellesa, la canción que cantaban estas tropas en su marcha, que hoy es el himno oficial de Francia.

Marsella
Marsella
Marsella
Marsella

 

En el siglo XIX, Francia se extendía colonialmente por otros continentes y Marsella incrementó su importancia como puerto fundamental en su expansión por África. Fue un periodo de modernización e industrialización de la ciudad, que crecía comercialmente, algo que se acrecentó con la apertura del Canal de Suez: Marsella conseguía ser el principal puerto del Mediterráneo, ya que la mayoría de rutas acababan aquí su viaje desde el resto del mundo. Marsella siempre fue una ciudad cosmopolita y multicultural, y ya desde el siglo XVIII la mitad de su población era extranjera, principalmente genoveses, españoles y griegos. Durante la II Guerra Mundial, Marsella fue ocupada por las fuerzas alemanas (esta parte de Francia se encontraba bajo el gobierno colaboracionista de Vichy), lo que no impidió que también resultara destruida parcialmente.

Marsella
Marsella
Marsella
Marsella

 

Hay que mencionar el periodo de la inmigración, por el que recientemente ha sido conocida Marsella. A partir de 1950 recibió una cantidad ingente de argelinos, y a partir de 1962 (cuando Argelia se independizó de Francia), muchos ciudadanos franceses que habían nacido en Argelia (conocidos como pies negros) también eligieron residir en Marsella. También muchos procedentes de otras colonias francesas de ultramar como las Islas Comores. Ello reconfiguró la ciudad y la hizo conocida como puerto de entrada de inmigrantes a Francia, lo que le valió distintas famas. Por un lado, le valió para ser la Capital Europea de la Cultura en 2013, exprimiendo su legado de diferentes culturas. También una creciente repercusión en el mundo de la cultura, como por ejemplo ser un centro referente para el hip-hop. Por otro, una mala fama que persigue a la ciudad como el lugar más peligroso de Francia, de alta delincuencia y atracos. Esto es algo interiorizado entre los franceses, que no suelen borrar esta mala imagen de la ciudad.

Marsella
Marsella
Marsella
Marsella

 

Actualmente, Marsella es la capital de la región de Provenza-Alpes-Costa Azul y la segunda ciudad más grande de Francia con un millón de habitantes. Una de sus actividades principales es la de su puerto, el más importante de Francia y de todo el Mediterráneo, y tercero en Europa por tráfico de mercancías tras Rotterdam y Amberes, y volcado sobre todo al petróleo. Marsella es importante por la presencia de numerosa industria química y alimentaria, además de un nudo de comunicaciones viario, aéreo y marítimo, punto de conexión entre distintas partes del Mediterráneo y puerta de entrada del norte de África a Europa (sobre todo, por la conexión histórica con Argelia). También de otros grupos de inmigrantes como los armenios y los judíos, siendo la ciudad europea con más número de estos últimos.

Marsella
Marsella
Marsella
Marsella

 

A mí me gustó Marsella. Es una ciudad muy grande, inmensa, con partes bien diferenciadas. Verdaderamente, hay barrios con un aspecto degradado, que da sensación de peligro o de sentirte vulnerable (por ejemplo, donde nos alojamos, entre Bougainville y National), y otras partes de la ciudad (el centro) están completamente cuidadas. Tiene un aire muy mediterráneo, de buen clima, buena gastronomía y excursiones muy bonitas y cercanas que realizar, como ir a calas y playas cercanas. No es una ciudad que goce de un estilo refinado e imperial francés, sino que más bien es la esencia de la provenza mezclada con un alma más desperchada. Aquí te cuento qué ver en Marsella y alguna excursión que realizar.

Les Calanques
Jabón de Marsella
Marsella
Marsella

 

Qué ver en Marsella

1.-Puerta de Aix

Este arco del triunfo fue ideado en 1784 en honor al Rey Luis XIV para festejar el fin de la guerra de la Independencia de los EEUU. Se ubicó en la puerta norte de las murallas de la ciudad, que comunicaban con la ciudad de Aix-en-Provence. Sin embargo, la idea fue abandonada y retomada en 1823, para rendir los logros del Duque de Angulema en territorio español y a su victoria en Trocadero. Se terminó de construir en 1839. Tiene 18 metros de altura y contiene representaciones de las batallas de Austerlitz y Heliópolis, entre otras.

Porte d’Aix, Marsella
Porte d’Aix, Marsella

 

2.-Barrio de Le Panier

El barrio de Le Panier es quizá el más emblemático de Marsella. Se trata de un entramado de calles irregulares y empinadas, que ascienden sobre una pequeña colina. En lo alto se encuentra la Vieille Charité, que alberga el Museo de la arqueología mediterránea y el Museo de artes africanas, oceánicas y amerindias. En sus orígenes, fue un centro de acogida de pobres que se comenzó a construir en los siglos XVII y XVIII. El barrio fue objeto de renovación y ahora hay numerosas calles con jardineras, espacios de arte (con cuadros colgados en la calle), cafeterías y bares donde tomar un aperitivo a mediodía, así como numerosos grafittis y murales callejeros. La avenida de la Rue de la Republique fue abierta a finales de siglo XIX, en un estilo Haussmaniano, de grandes avenidas al estilo parisino, y que conecta con el puerto viejo.

Rue de la Republique, Marsella
Le Panier, Marsella
La Vieille Charité, Marsella
Le Panier, Marsella
Le Panier, Marsella
Le Panier, Marsella
Le Panier, Marsella
Le Panier, Marsella

 

3.-Catedral de Santa María La Mayor

Conocida como La Major, la antigua catedral de Marsella fue construida desde el siglo XII donde antes se ubicaba otra otra iglesia. Sobre esta se levantó la nueva catedral en 1893, con un estilo romano-bizantino que suele evocar un aire oriental, construida con mármol exquisito. Ver atardecer aquí es una maravilla y suele ser un lugar frecuentado por jóvenes que bailan y juegan por aquí.

Catedral de La Major, Marsella
Catedral de La Major, Marsella
Vistas desde la Catedral de la Major, Marsella
Atardecer desde la Catedral de la Major, Marsella

 

4.-Fuerte de San Juan

El rey Luis XIV, conocido como el Rey Sol, mandó fortificar el puerto de Marsella para protegerlo ya que era el emplazamiento militar de primer orden del Imperio francés en el siglo XVII. El fuerte de Saint Jean ya albergaba la conocida como Torre de René, en honor al rey Renato I de Nápoles o René de Anjou. Era aquí donde se encontraba el arsenal de las galeras, de lo que hoy en día solo queda la capitanía. DEl siglo XII al XVII también fue el lugar donde se hospedaban los caballeros de la Orden de Malta, en sus corredurías y cruzadas hasta Jerusalén. En este fuerte se encuentra el Museo de las civilizaciones de Europa y del Mediterráneo (MuCEM), el más visitado de Marsella y que recoge la historia principal de los pobladores de la ciudad. También hay unas vistas muy bonitas tanto del promontorio del faro, como del mismo puerto de Marsella (una vez que entras al Fuerte de San Juan). Dentro del fuerte, lo más llamativo es la plaza de armas y las vistas y jardines que hay. Por ejemplo, también puedes ver la Iglesia de St. Laurent (San Lorenzo), construida en el siglo XIII en estilo románico provenzal, considerada la parroquia de los pescadores.

Museo de las civilizaciones y Fuerte St Jean, Marsella
Fuerte St Jean, Marsella
Iglesia St Laurent, Marsella
Fuerte St Jean, Marsella
Palacio del faro desde el MuCEM, Marsella
Marsella
Museo de las civilizaciones, Marsella

 

5.-Puerto Viejo

El puerto viejo es el corazón y núcleo fundamental de Marsella. La ciudad gira en torno a este lugar, que fue el mismo origen del poblado griego. El puerto es grande y jalonado de embarcaciones, que le da una imagen muy llamativa y tradicional, muy bella. Aquí hay espacios para reparar barcos, y también por las mañanas suele haber un mercado de pescado al aire libre. Aprovecha para comprar productos típicos de Marsella, probar la gastronomía (el pescado) y no olvides el jabón de Marsella. La venta de este jabón de aceites vegetales está registrada desde 1370, y desde el siglo XVII el rey Luis XIV introdujo una limitación de comercialización para garantizar que el nombre “Jabón de Marsella” era el estrictamente producido en este área, lo que puede constituir una denominación de origen antiquísima. En el puerto hay numerosas jabonerías e incluso un museo del jabón. También puedes ver el Hôtel de ville, o el Ayuntamiento, de 1653, un estilo que se asemeja a las construcciones genovesas, y de los pocos que sobrevivió del entorno del puerto viejo a las destrucciones alemanas de la II Guerra Mundial.

Port Vieux, Marseille
Ayuntamiento de Marsella
Port Vieux, Marseille
Port Vieux, Marseille
Port Vieux, Marseille
Port Vieux, Marseille
Jabones de Marsella

 

6.-La Canebière

La Canebière es una de las principales arterias de Marsella. La avenida tiene 1 km de longitud, y lleva desde el puerto viejo hasta la Iglesia de los Reformados; y desde aquí continúa hasta casi llegar al Palacio Longchamp, más a las afueras. Su nombre viene del cannebis o el cáñamo, ya que Marsella era uno de los principales productores de este material para la fabricación de cuerdas, sogas y cestas.

Esta calle está llenísima de gente y de todo tipo de tiendas. En ellas puedes ver el Palacio de la Bolsa, justo al inicio; o la Iglesia de San Vicente de Paúl, o también conocida como Iglesia de los reformados, de culto católico y data de 1886, construida en un estilo neogótico. También aprovechar para visitar los mercadillos de Marsella. Simplemente déjate callejear y verás pequeñas plazas abarrotadas de todo tipo de productos, que más bien recuerdan a un zoco árabe.

La Canebière, Marsella
Palacio de la bolsa, Marsella
La Canebière, Marsella
La Canebière, Marsella
Iglesia de los Reformados, Marsella
Marsella
Marsella
Marsella

 

7.-Palacio Longchamp

El Palacio Longchamp fue construido en 1869 para conmemorar la llegada de las aguas del río Durance a Marsella. Hasta entonces, Marsella carecía de un suministro de agua estable y por ello se diseñó el trasvase desde este río, lo que suscitó una gran celebración. El espacio es bastante bonito, un lugar de aire palaciego y ajardinado, donde hay mucha gente entrenando o paseando a su perro. Alberga el Museo de Bellas Artes y de Historia Natural.

Palacio Longchamp, Marsella
Palacio Longchamp, Marsella
Palacio Longchamp, Marsella
Palacio Longchamp, Marsella
Marsella

 

8.-Barrio de Noailles

El barrio de Noailles se extiende al sur del puerto viejo, y es un barrio algo más cuidado, de bonitos edificios e importantes calles donde suele haber tiendas de ropa y calzado de grandes firmas. Aquí se encuentra, por ejemplo, la Ópera de Marsella, de 1787, en una bonita plaza; o el cercano palacio de justicia, en la Place Monthyon.

Palacio de la justicia, Marsella
Barrio de Noailles, Marsella
Noailles, Marsella
Ópera de Marsella

 

9.-Abadía de San Víctor, Fuerte de San Nicolás y Palacio del Faro

En el extremo suroccidental del puerto viejo, a la entrada del mismo, se encuentran varios puntos de interés histórico y que también ofrecen buenas vistas de la ciudad. La abadía de San Víctor es considerada uno de los lugares más importantes, ya que se dice que aquí se ubicaba el templo cristiano más antiguo de Europa. Las partes más antiguas de esta abadía datan del siglo XI. Casi adyacente se encuentra el fuerte de San Nicolás, el único de los fuertes construidos por el Rey Sol que sigue ocupado por el ejército francés en la actualidad. Y un poquito más adelante, puedes subir hasta el palacio del faro, fue construido durante la segunda mitad del siglo XIX, en el periodo de mayor crecimiento de la ciudad. Con unos bonitos jardines y que domina la entrada al puerto, uno de los mejores sitios para ver el paisaje de la ciudad.

Abadía de San Víctor, Marsella
Marsella desde la abadía de San Víctor
Abadía de San Víctor, Marsella
Palacio del faro, Marsella
Marsella desde el palacio del faro
Marsella desde el palacio del faro

 

10.-Playa de los Catalanes, la Corniche y Mouillage de Malmousque

Una de las playas más cercanas al casco histórico de Marsella es la Playa de los catalanes, pequeñita pero perfecta para un baño ya que se puede ir andando. Desde aquí comienza un paseo marítimo conocido como la Corniche, ya que discurre a cierta altura sobre la costa, y que por todo el camino te va ofreciendo muy buenas vistas de las playas y acantilados. Desde aquí verás el Castillo de If, una fortaleza edificada en 1529 para proteger a la ciudad de Marsella. En el siglo XVII se convirtió en una prisión, y es célebre por la ambientación de la novela El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas. También el monumento a los militares y combatientes franceses en África y en Oriente. Y, sin duda, lo más bonito es el paisaje de los distintos barrios y pueblos pesqueros que dan a este mar. Por ejemplo, el Vallon des Auffes, con un bonito puente sobre un viaducto y un pequeño puerto; o el Mouillage de Malmousque, que me evocaba a historias de corsarios y relaciones mediterráneas. ¡Me encantó!

Mouillage de Malmousque, Marsella
Playa de los catalanes, Marsella
Castillo de If, Marsella
La Corniche, Marsella
La Corniche, Marsella
Vallon des Auffes, Marsella
Vallon des Auffes, Marsella
Marsella

 

11.-Basílica de Notre Dame de la Garde

También conocida como la Buena Madre, es muy querida por los marselleses y considerada la patrona de los pescadores. La basílica fue construida en 1864 en una bonita arquitectura romano-bizantina (muy semejante a la de La Major) y culminada con una estatua de cobre dorado de la Virgen del Niño. Se encuentra a 162 metros, en lo alto de un pequeño monte donde anteriormente había una capilla, y donde también el rey Francisco I construyó una fortaleza para hacer frente al asedio del rey Carlos V. La basílica tiene una cripta excavada en la roca y una iglesia con mosaicos muy bonitos. Llegar hasta aquí puede ser costoso físicamente, así que nosotros fuimos en Uber… ¡y ya bajamos andando!

Basílica de Notre Dame de la Garde, Marsella
Basílica de Notre Dame de la Garde, Marsella
Basílica de Notre Dame de la Garde, Marsella
Basílica de Notre Dame de la Garde, Marsella
Basílica de Notre Dame de la Garde, Marsella
Basílica de Notre Dame de la Garde, Marsella
Basílica de Notre Dame de la Garde, Marsella

 

12.-Unidad de Habitación de Le Corbusier (Cité Radeuse)

El famoso arquitecto francosuizo Le Corbusier, considerado uno de los más relevantes e influyentes dentro de la arquitectura moderna, construyó en Marsella una de sus principales obras: la conocida como Unité d’Habitation, incluida como “contribución excepcional al Movimiento Moderno” por la UNESCO. La también llamada Cité Radeuse data de 1952 y es un ejemplo de la arquitectura brutalista. Se trata de un enorme bloque de pisos de hormigón, considerada como “la primera obra de la posguerra” y aclamada como la contribución más significativa para las viviendas colectivas. Sus principios se basan entre lo individual y lo colectivo, racionalizando la construcción e implantando los sistemas tecnológicos modernos. En su azotea se encuentra el Museo de arte contemporáneo MaMO.

Unidad de habitación de Le Corbusier, Marsella
Unidad de habitación de Le Corbusier, Marsella
Unidad de habitación de Le Corbusier, Marsella

 

Bonus Track: les Calanques o las bastidas

En los alrededores de Marsella hay muchas posibilidades de excursiones que hacer pero, sobre todo, es imprescindible acercarse hasta las Calanques. Estas son calas, formadas en un terreno calizo que ha ocasionado un paisaje muy abrupto, de relieves vigorosos y jóvenes, con imponentes y puntiagudos picos, barrancos, y unas tonalidades blanquecinas. Estos acaban directamente en el mar, formando una costa de acantilados impresionante, y formando calas pequeñitas pero de enorme belleza. Las aguas son cristalinas y de un azul intenso, perfectas para un chapuzón. Desde Marsella se ofrecen numerosos cruceros de día para visitar el archipiélago de Frioul, que incluyen parar en alguna calanque, la más famosa es la Calanque de Morgiou. También puedes optar por hacer una ruta de senderismo e ir hasta el Belvedere de Sugiton, el mirador más bonito y totalmente impresionante de aquí. No pudimos ir porque era una ruta de 5 horas… y hacía un calor inmenso, pero lo tengo pendiente. También puedes hacer otras rutas de senderismo directamente a calanques como la de Morgiou o la calanque d’En-Vau. Otra opción, la que nosotros hicimos, es acercarnos hasta Cassis, el principal pueblo de esta zona, y desde ahí ir a la calanque de Port-Miou, que parece un auténtico canal; y a la cercana calanque de Port-Pin, donde nos pegamos un baño delicioso. ¡Muy recomendado!

Por último, otra cosa que hacer es visitar una bastida. Las bastidas eran las residencias que la burguesía marsellesa tenía en el campo, en las cercanías a la ciudad. Muchas de ellas son auténticos palacios o castillos, como el castillo de la Buzine. Parecido es el Castillo Borély, ubicado en un bonito parque frente a las playas del Prado. Esto tenemos que volver.

Calanque de Port-Miou, Marsella
Calanque de Port-Miou, Marsella
Calanque de Port-Pin, Marsella
Calanque de Port-Pin, Marsella
Calanque de Port-Pin, Marsella

 

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Marsella

 

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