Viajar a SERBIA, el país de los valientes
Geografía, historia, paisajes, etnias, patrimonio… Serbia es un tesoro
Serbia ocupa el corazón de los Balcanes y reúne una geografía variada: en el sur se encuentran las mayores altitudes y un terreno muy montañoso, por el que las carreteras zigzaguean y en el que la lluvia, la nieve y el frío suelen ser frecuentes. Aunque este fue el germen y cuna de Serbia, se trata de un área pobre, en el que prima la ganadería porque los suelos son poco productivos, y que en los últimos siglos se ha visto bastante atrasado y estancado. Aquí habitan numerosos grupos étnicos, como bosníacos, gitanos, albaneses, turcos, además de los serbios. Las altitudes van descendiendo gradualmente, y ayudadas por enormes valles fluviales que sirven como arterias de comunicación (como el corredor del Gran Morava, de Nis a Belgrado; o el corredor del Morava Occidental o de Serbia central, de Cacak a Krusevac), hasta que llegan a las inmediaciones de Belgrado: es el gran dominio del Danubio, que impregna cada faceta de la realidad en esta área.
El Danubio, un gran río que recorre toda Europa central, llega a Serbia cargado de un ingente volumen de agua que, además, se ve aumentado por los aportes de otros grandes ríos como el Sava, el Drava, y multitud de tributarios como el Drina, el Bosna, el Morava, el Tisza… es en esta parte norte, una fosa ocupada por un valle drenado por todos estos ríos, donde se desarrolla la agricultura más productiva, en una fértil llanura panónica, tanto en la región del Banato como en Voivodina. Las bondades para el asentamiento de la población, disponibilidad de agua y capacidad de producción alimentaria, facilidad para el asentamiento, clima menos extremo y su ubicación como cruce de caminos entre Europa central y el Sureste del continente, hizo que desde siempre fuera una región multiétnica, con presencia de numerosos pueblos. También muy disputada: en concreto, la confluencia entre el Sava y el Danubio, donde se fundó Belgrado, hizo que fuera un punto de primer nivel estratégico.
Los serbios, pueblo eslavo que siempre ha sido un tapón entre los imperios Austrohúngaro y Otomano, y entre las religiones cristiana y musulmana, han sido considerados un pueblo belicoso que ha tenido que hacer frente a numerosas invasiones y dominios extranjeros, hasta su independencia en el siglo XIX. La cultura serbia tiene su origen en el medievo en la Rascia, la zona montañosa situada entre Kosovo, Montenegro y Serbia (coincidente en gran parte con el Sandzak o Sanjacato de Novi Pazar), y la capital transitó por numerosas ciudades como Kragujevac o Krusevac antes de trasladarse a la zona más fértil y estratégica de Belgrado. Serbia jugó un papel preponderante sobre todo a partir de la unificación de los pueblos eslavos del sur tras la I Guerra Mundial bajo el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, cuando se erigió a Belgrado capital y Serbia era la nación más pujante. Pronto, este reino cambió de nombre a Yugoslavia, para significar la unión de los eslavos del sur. Tras la II Guerra Mundial, los partisanos comunistas que habían luchado contra la invasión nazi formaron la República Federal Socialista de Yugoslavia, que aumentó sus territorios y, con Tito al frente, fue un ejemplo de convivencia pacífica, con notable progreso, influyente en el Sureste europeo y en la línea de países no alineados.
Tras su muerte, la desintegración yugoslava y las sucesivas guerras balcánicas desolaron este espléndido espacio. Las ideas ultranacionalistas de Milosevic y la Gran Serbia como madre de los eslavos del sur provocaron que Belgrado intentara hacerse con el control de todo el espacio yugoslavo, contra los sentimientos de las demás naciones bosnias, croatas, eslovenas, macedonias y albanokosovares; aunque en cada república ganaron terreno las propias ideas nacionalistas y la limpieza étnica se extendió por cada nación (por ejemplo, muchos serbios fueron expulsados de la Krajina croata). La cruenta guerra bosnia acabó con los acuerdos de Dayton en 1995 que en parte reflejan la geografía de las minorías étnicas con fronteras algo difusas. Serbia solo mantenía el control de menos de la mitad del territorio en la nueva Yugoslavia y posterior Unión de Serbia y Montenegro, hasta que en 2006 perdió su acceso al mar tras declarar Montenegro su independencia. La guerra emprendida contra los albaneses en Kosovo ocasionó la intervención de la OTAN bombardeando el país y la creación de Kosovo como territorio administrado por la ONU. El Estado actual de Serbia data de 2006, que contiene el núcleo histórico serbio y la capital Belgrado, más las provincias autónomas de Voivodina al norte y la disputada región de Kosovo (provincia serbia de Kosovo y Metohija para los serbios, República independiente de Kosovo para los albanokosovares).
Tradicional aliado de Rusia, Serbia se encuentra en una delicada situación de alianzas internacionales. Por una parte, su histórica afinidad con la madre eslava, con la que comparten cultura, alfabeto y la animadversión a la OTAN; y por otra, las esperanzas de progreso que la UE les brinda y un entorno geográfico más cercano a la esfera europea. Serbia se siente como un enclave euroescéptico y en parte, maltratado por la UE frente al resto de sus vecinos. Los serbios no olvidan los bombardeos, el embargo económico y la pérdida de Kosovo, contrapuesto a sus vecinos integrados en la UE y/o ayudados económicamente por esta. Hay un fuerte sentimiento nacionalista, que entre otros, promueve el uso del alfabeto cirílico frente al latino, como símbolo antioccidental, y también diferenciador del croata (histórica rivalidad), que básicamente es el mismo idioma pero con caracteres latinos. La sociedad se encuentra dividida sobre qué rumbo ha de tomar el país, aunque la mayoría se muestran a favor de la pertenencia al club europeo, que no a la OTAN, aunque en ningún caso renunciar a Kosovo. De todas maneras, Serbia transita entre varias órbitas y juega a varias caras, como una creciente influencia china en materia de inversión y apoyo diplomático. Serbia ya es candidato oficial de membresía a la familia europea y ha abierto varios capítulos en los últimos años, además de tratar de superar el escollo de las relaciones serbokosovares, con mediación de la UE.
Me acuerdo de estar de pequeño en Budapest, y mirar el Danubio pensando qué sería de él aguas abajo, cuando su giro de 90º lo hace fluir hacia el sur y penetrar en Serbia. Me imaginaba un terreno desolado, triste, peligroso, por todas las historias que había escuchado y visto en la televisión de las guerras yugoslavas. Nada más lejos de la realidad, ese tiempo ya pasó. Amo los Balcanes y me siento muy cómodo en Serbia. El país no es el más turístico de la región, pero es muy interesante por haber sido el promotor y la cabecilla de todo progreso en Yugoslavia, un centro industrial, pero también con grandes tradiciones, con una música identitaria (el turbofolk), una hospitalidad y amabilidad enormes y, sobre todo, la influencia de la religión y uno de los cuerpos eclesiásticos con más historia. Se consideran muy valientes y fuertes, un pueblo que sabe sobreponerse a cualquier adversidad y eso lo reflejan en cualquier momento de su vida, entre risas.
En Serbia hay una hora más que en España, y la vida comienza antes que aquí, pero eso no quiere decir que acabe antes: los serbios son un pueblo muy fiestero, siempre dispuestos a beber (rakija, a menudo hecha casera) y a invitar y a acoger a todo el mundo. La moneda es el dinar serbio (RSD) y los precios son muy muy baratos, sobre todo para la comida, así que aprovecha. Eso sí, en Belgrado mucha gente habla inglés (o alemán), pero en el resto del país tendrás que acostumbrarte al serbio, que se suele escribir en cirílico. El Aeropuerto de Belgrado (BEG), nombrado en honor a Nikola Tesla, suele ser la principal entrada del país. Para moverse por Serbia, lo mejor es ir en tu propio coche (si deseas visitar el país en profundidad, sobre todo en partes más inaccesibles como el sur o el oeste), pero entre grandes ciudades (Nis, Kragujevac, Belgrado, Novi Sad, Subotica) los transportes están muy bien y con bastante frecuencia.
Qué ver en Serbia
1.-Belgrado
La capital de Serbia es indispensable y verdaderamente es bastante bonita, así que mínimo prepárate para un par de días aquí. Es la metrópoli más influyente de los Balcanes, y su nombre quiere decir “ciudad blanca”, A orillas de la confluencia entre el Sava y el Danubio, tienes que visitar el Kalemegdan, una impresionante fortaleza, y recorrer todas las calles de edificios yugoslavos (algunos todavía bombardeados).
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2.-Monasterios de Studenica y otros cerca de Kraljevo
En la cuenca baja del Río Ibar se encuentran unos monasterios-fortaleza, que son el auténtico centro para la nación serbia. El de Studenica es el más famoso, pero puedes visitar otros muchos como el de Gradac, Zica, o visitar la ciudad de Kraljevo, con bastante vida, para servir como sede por esta ruta de impresionantes monasterios.
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3.-Novi Sad
Novi Sad es una bella ciudad, capital de Voivodina, conocida por ser una ciudad intelectual, abierta y multicultural. La ciudad ha recibido varios galardones como la Capital de la Cultura, y no es para menos. Mereces darte un paseo por este “jardín”.
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4.-Nis
Nis es la tercera ciudad más grande de Serbia y suele pasar desapercibida, pero vaya si tiene cosas que ver. Empezando por su pasado romano, que la hizo una de las más importantes, y continuando por todos los atractivos que reúne de etapas más modernas. Una de mis preferidas de Serbia.
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5.-Subotica
La ciudad más húngara de Serbia, Subotica es conocida por ser refinada, culta, estilosa, y ejemplo de arquitectura art nouveau. Una tranquila ciudad a pocos kilómetros de la frontera con Hungría que es la segunda más grande de Voivodina.
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6.-Mokra Gora y Uzice
Užice es símbolo de resistencia partisana, y una ciudad algo tosca, muy de bloques destartalados y aire yugoslavo nostálgico; pero Mokra Gora es otra historia, un referente turístico para la cultura serbia, ideado por el cineasta Emir Kusturica.
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7.-Novi Pazar
Novi Pazar es clave para entender los Balcanes. Aquí era donde estuvo el origen de la Rascia serbia, pero también es la región del Sandzak, donde viven mayoritariamente los bosníacos. Una ciudad algo más desfavorecida, pero sin duda, muy interesante (y sus alrededores, aún más).
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8.-Fruska Gora y Sremska Mitrovica
La montaña de Fruska Gora se alza solitaria en mitad de una llanura cultivada. Esta isla boscosa fue elegida como lugar sagrado, donde hay numerosos monasterios. A sus pies, Sremska Mitrovica era en tiempos romanos una importante ciudad, que ahora exhibe sus restos arqueológicos.
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9.-Alrededores de Belgrado: Zemun, Pancevo, Smederevo
Belgrado es mucho Belgrado, pero sus alrededores no se quedan atrás. Desde ir al cercano Zemun, con unas vistas impresionantes sobre el Danubio; visitar Pancevo, ciudad industrial por excelencia; o llegar hasta Smederevo, con una curiosa e imponente fortaleza… estas son algunas de las excursiones que realizar desde Belgrado.
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10.-Recorrer los pueblos de Voivodina
La fértil y multiétnica Voivodina es una región amable, de sabor muy húngaro, donde hay algunos pueblos acogedores como Zrenjanin, en el Banato; o Sombor, cercano a la frontera con Hungría. Lugares donde comprobar la convivencia entre etnias y admirar su arquitectura.
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11.-Kragujevac
Situada en mitad de la Serbia Central, Kragujevac está algo aislada y tiene un aspecto de ciudad olvidada, pero fue la primera capital de Serbia y un importante centro para la producción de armas.
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12.-Recorrer Vranje y Presevo
En la frontera sur serbia, las tensiones étnicas entre albaneses y serbios han llegado a crear conflictos armados. No es un lugar turístico, pero te recomiendo que leas este artículo sobre mi visita a Presevo, el centro de los albaneses en Serbia.
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13.-Leskovac
Leskovac es conocida por su rostilj con especias secretas, y también por ser “la pequeña Mánchester”. Un bonito pueblo cercano a Nis donde comprar y comer.
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14.-Krusevac
Krusevac también fue capital por un breve periodo de tiempo, y en su ciudadela se conservan restos muy interesantes. Además, cerca de aquí también hay bonitos monasterios.
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15.-Puertas de hierro
La parte que me quedó por visitar de Serbia es el recodo más oriental: donde el Danubio se encaja y forma las “Puertas de Hierro”, que después son ocupadas por viñedos en la zona de Negotin y Zajecar.
¿Cuál es tu lugar favorito de Serbia?