Qué ver en Voivodina: ZRENJANIN y SOMBOR
Si los Balcanes es una región que destaca por su abundancia de etnias, culturas y religiones, Voivodina es el crisol de su multiculturalidad
Voivodina es una provincia autónoma que se encuentra dentro de Serbia, y que es conocida por su elevadísima multiculturalidad. No solo serbios viven aquí, sino una amplia minoría de húngaros, y otras minorías como rumanos, eslovacos, croatas, bosníacos, búlgaros, turcos, gitanos, rusinos, y bastantes más que llegan a los veinte grupos étnicos. De hecho, hay seis idiomas oficiales de esta región: serbio, húngaro, eslovaco, croata, rumano y rusino.
Es sabido que el Imperio Austrohúngaro era el imperio más diverso y por ende, con más nacionalismos (como se vio tras su desintegración). La Voivodina, área natural de expansión de Hungría y la llanura panónica, y regada por los ríos Danubio, Tisza y Sava ha sido desde antaño un terreno muy fértil que ha atraído a todos los pobladores de países vecinos. En esta región es muy importante la agricultura, y su desarrollo ha posibilitado el establecimiento de grandes ciudades como Subotica o Novi Sad, además de ser un cruce de caminos en medio del corazón austrohúngaro. Después del Tratado de Trianon que puso fin al Imperio Austrohúngaro tras la I Guerra Mundial, quedó bajo dominio del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Sin embargo, quizá por el elevado número de etnias y culturas tan igualado, sin que una tuviera mayor preponderancia que otra, hizo que Voivodina nunca reclamase independencia ni sufriera los estragos de la guerra, sino que se caracterizó por una inusitada convivencia y ambiente pacífico entre sus habitantes, de lo que se sienten orgullosos. Croatas y eslovacos católicos conviven con serbios y rumanos ortodoxos, con judíos, con bosníacos y turcos musulmanes, con gitanos, etc.
En este artículo te cuento un recorrido por dos pueblos tradicionales de Voivodina: Zrenjanin y Sombor. Pero, si te quedas con ganas de más, no olvides visitar estos artículos sobre otros lugares que ver en Voivodina: como la capital, Novi Sad; Subotica, una ciudad elegante y cultural; o esta excursión a la montaña de Fruska Gora.
ZRENJANIN
Las primeras referencias a Zrenjanin datan del siglo XIV, cuando era una pequeña aldea de nombre Bečkerek que pertenecía a Hungría. El territorio comenzó a poblarse de serbios, y cuando el Imperio otomano comenzaba a expandirse por los Balcanes, se formó un Despotado al mando de los serbios y vasallo de Hungría. Poco después, cayó ante los otomanos quienes administraron la ciudad por siglos, aunque permitieron que no pagaran impuestos de guerra por su buena convivencia. En el siglo XVIII, el territorio del Banato (la parte más oriental de Voivodina, al este del Tisza) pasó a depender de los Habsburgo y era administrado desde Timisoara. Se encontraba casi despoblado ya que los turcos habían huido, y se repobló con una importante población alemana, además de rumanos, y otros pueblos del Imperio. Incluso llegaron desde España los que huyeron de la Guerra de Sucesión, en su mayoría catalanes, y fundaron una pequeña aldea con el nombre de Nueva Barcelona.
En este siglo comenzó a crecer la ciudad y en el XIX ya era un importante centro comercial, sobre todo de productos agrícolas y una cierta modernización de Bečkerek. En las revueltas de mitad de siglo XIX, los serbios comenzaron a sublevarse contra los húngaros. Durante la I Guerra Mundial, muchos desertaron de las filas del ejército austrohúngaro, para no luchar contra su propio pueblo, los serbios. Finalmente, después de la I Guerra Mundial, Bečkerek fue incluido dentro del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos con el nombre de Veliki Beckerek, que mantuvo hasta 1930, cuando lo cambió por Petrovgrad en honor al rey serbio Pedro I. En la II Guerra Mundial, los nazis ocuparon la ciudad pero no la dañaron puesto que también había una importante población alemana viviendo aquí. Sí que exterminaron a los judíos con el establecimiento de un campo de concentración. Finalmente, cuando estuvo liberada e integrada en Yugoslavia, en 1946 se le cambió por Zrenjanin, nombre que le viene por Žarko Zrenjanin, uno de los líderes comunistas partisanos de Voivodina que fue capturado, torturado y asesinado por los nazis.
Desde entonces, Zrenjanin ha sido un lugar pacífico, con sus labores agrícolas, que tampoco fue dañado en las guerras de desintegración de Yugoslavia ni en los bombardeos de la OTAN de 1999. Ello hizo que recibiera refugiados de otras repúblicas cercanas, y su población es, como en toda Voivodina, multicultural: serbios, húngaros, rumanos, eslovacos, gitanos, croatas… Zrenjanin cuenta con 120 000 habitantes y es la capital del Banato serbio, y es muy importante para la producción de verduras, azúcar, harina, remolacha, leche, cerveza, maquinaria agrícola, etc. La ciudad es pequeñita y se ve en una mañana, pero está muy cuidada y es bella. Yo creía que iba a ser un pueblo cualquiera y oye, me sorprendió.
Aparqué mi coche cerca del Palacio de Justicia (Osnovni sud), un bello edificio de 1908 que está situado frente a uno de los lagos de la ciudad, que antiguamente eran meandros del río Begej. Al lado está la Iglesia reformista, de 1891, que tiene en su interior un órgano de una anterior sinagoga que fue destruida por los nazis. Frente a ella hay un puente que te lleva al mismo centro de Zrenjanin.
Aquí se encuentra la Trg Slobode (Plaza de la libertad), presidida por el Ayuntamiento, construido en 1820 después de que un gran incendio asolara el anterior. Se construyó en un estilo neobarroco, y en su día fue de los que contaban con mejores instalaciones de Hungría. En mitad de esta plaza está la estatua del rey serbio Pedro I. También está aquí la imponente Catedral de Sv. Ivana Nepomuka, de 1868, dedicada a San Juan Nepomuceno, que es la sede de la diócesis católica del Banato. En la plaza hay otros edificios muy importantes en estilo neorrenacentista, como el Teatro Tosa Jovanovic, de 1839, el teatro más antiguo de Serbia en pie; el Palacio de finanzas, de 1894, hoy es el Museo Nacional; la biblioteca; el Hotel Voivodina, de 1886, antiguamente el mejor hotel de Beckerek/Zrenjanin, hoy es un banco y oficinas; o el Palacio Bukovac, de 1895.
Desde la Trg Slobode parte hacia el este la principal calle de Zrenjanin, la Kralja Aleksandra. Esta es una calle peatonal llena de cafés y terrazas, y flanqueada por bonitas fachadas como la Casa Bence, de 1909, en estilo secesión. Al final de la calle hay un centro comercial y ya verás el río Begej. Cerca de aquí está la Iglesia de la Asunción (Uspenska), ortodoxa, de 1746, en barroco, la iglesia más antigua de la ciudad.
Por último, volví sobre mis pasos por la Kralja Aleksandra hasta Narodnog fronta, para ver el jardín municipal (Narodna Basta), donde también está la Iglesia del Arcángel Miguel, también conocida como la iglesia rusa. Antes de irme de Zrenjanin pasé, yendo en coche, por una iglesia que hay más al norte, la Iglesia de la Presentación (Vavedenja), ortodoxa, de 1777 en barroco. Otros sitios interesantes que ver en Zrenjanin si tienes tiempo es el humedal Carska Bara, o la torre Ecka, ambos situados en las afueras.
SOMBOR
Al igual que Zrenjanin, las primeras referencias de Sombor se tienen para el siglo XIV, cuando era una pequeña aldea del Reino de Hungría, conocida como Czoborszentmihály, que cambió su nombre por la familia Czobor, terratenientes de la zona. Posteriormente sería ocupada por los otomanos. Durante este tiempo, la población húngara había mermado y se había repoblado con serbios, que se dedicaron al comercio de productos agrícolas, y la ciudad era conocida como Ravangrad. Fue entonces cuando formó parte de los dominios de los Habsburgo, y en el siglo XVIII y XIX la población era esencialmente serbia y alemana. Sombor se incluía dentro de la provincia de la Voivodina, dentro del Imperio austríaco. Posteriormente, sobre todo gracias al Imperio austrohúngaro, los húngaros volvieron a incrementarse en la ciudad y a principios de siglo XX, casi se repartían mitad a mitad serbios y húngaros.
Después de la I Guerra Mundial, cuando el Imperio austrohúngaro fue disuelto, pasó a pertenecer al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Así estuvo hasta que durante la II Guerra Mundial, Sombor (Zombor en húngaro) fue anexionada por Hungría, y muchos serbios fueron masacrados. Después fue liberada y continuó en Yugoslavia, y la ciudad es un importante centro agrícola de esta región occidental de la Voivodina, en plena llanura panónica, a escasos kilómetros del Danubio y a unos 10 km de Hungría y 5 km de Croacia. Hoy Sombor tiene unos 85 000 habitantes y es conocida como “la ciudad verde“, en referencia a sus jardines, así como a una floreciente cultura y ciudad cuidada.
Aparqué mi coche cerca del Ayuntamiento (County Hall), que está al lado del Park Heroja. Este imponente edificio es muy bello, aunque es una pena que estuviera en obras, me fastidió un montón. Es de finales de siglo XIX y en su interior hay un cuadro de pintura de 40 m2, una pasada. Y, sobre todo, es bonito porque el paseo Trg Cara Urosa tiene unas vistas fenomenales con el Ayuntamiento de fondo. Una pena, pero os podéis hacer una idea. En este paseo ajardinado está a un lado la Iglesia de las carmelitas, de dos campanarios.
Al cruzar, ya estarás en pleno centro de Sombor, siendo la calle Kralja Petra I la principal, y repleta de bonitos edificios de coloridas fachadas, que recuerdan mucho a su pasado austrohúngaro, y que me transportaban por momentos a Kosice, Brasov, o Novi Sad. En este tramo de calle está la estatua a Veljko Petrović, un famoso poeta serbio.
Llegamos a una especie de plaza donde está el antiguo Ayuntamiento de Sombor, frente al que hay muchas mesas bien separadas y numerosos cafés. Aquí está la estatua de Laza Kostic, el poeta serbio más famoso de todos los tiempos, y también otra estatua a Ernest Bosniak, el primer director de cine y productor yugoslavo de cine. También verás la Iglesia de San Jorge, ortodoxa, construida en 1761 para celebrar que Sombor había ganado el estatus de ciudad libre.
Por la otra parte de esta plaza está la parte delantera del Ayuntamiento, y la plaza se llama Trg Svetog Trojstva. Aquí también verás los Archivos históricos de Sombor y la Iglesia de la Sagrada Trinidad, católica de 1717. Otro edificio de la plaza es la galería de arte Milan Konjovic.
Por último, en la Trg Republike se encuentra el Teatro Nacional de Sombor, frente a unos jardines muy bonitos con algunas obras de arte. Hay una pequeña plaza, al final está la Iglesia evangélica. En la calle que baja hacia el sur, la Venac Petra Bojovica hay bonitos edificios como el Palacio Vajdinger, o la Sokolski dom.
¿Con cuál te quedas?