Las playas más bonitas de Portugal: verano en ALGARVE
Bienvenido al paraíso portugués: playas de ensueño, deportes acuáticos y buena comida
Situada en el sur, el Algarve es la región más visitada de Portugal y motivos no le faltan. Su nombre proviene de al-Garb, que quería decir “al oeste”, por su situación en el oeste de Al-Andalus. Gran parte de su historia ha estado ligada a Al-Andalus, pues pertenecía a este, y una vez formadas las taifas, lo hizo a la taifa de Sevilla. Durante la Reconquista, los reinos cristianos del norte fueron conquistando todos los territorios musulmanes, y fue el Reino de Portugal quien se quedó con el Algarve en el siglo XIII. Actualmente, el Algarve es una región eminentemente turística que atrae a muchos visitantes de Europa, que vienen a visitar unas playas de estampas tropicales pero mucho más cercanas y asequibles.
La costa del Algarve es muy recortada y debido a su formación caliza, abundan las grutas, arcos e islotes. Además de bañarte en sus playas, contemplar los miradores al mar y practicar deportes de verano, el Algarve ofrece un buen número de pequeños pueblos que visitar, todos reducidos en número pero con mucho encanto. Personalmente, me parece una de las zonas más bonitas de Europa, un lugar de relajación y donde descargar adrenalina, en unos paisajes únicos. Estoy enamorado del Algarve.
Para llegar al Algarve puedes hacerlo hasta el Aeropuerto de Faro, que es la capital de la región. Es el segundo más transitado después de Lisboa, aunque no por ello deja de ser un aeropuerto regional con unas pocas combinaciones hacia Europa del norte principalmente. Desde España, lo mejor es ir en coche. Una moderna autopista recorre el litoral de Algarve, que también se encuentra conectada al norte con la que va hacia Lisboa. Esta autopista es de peaje, por lo que nada más cruzar la frontera, has de salirte a la derecha e introducir tu matrícula y tu tarjeta de crédito en una máquina. El moderno sistema de cobro de peaje permite que según vayas pasando, las cámaras van grabando tu matrícula y cobrando todo en tu tarjeta sin que tengas que parar. Por ello, no olvides que es una autopista de peaje, y cada vez que pases por ella te cobrarán una tarifa que viene anunciada en carteles.
Hay alojamientos baratos en el Algarve. Bien en el centro de los pueblos o en urbanizaciones algo más alejadas, pero puedes encontrar buenos precios. De todas las partes, mi favorita es la ciudad de Lagos y las veces que he ido me he hospedado allí, ambas bastante cerca de la Praia de Doña Ana, que para mí es la más bonita del Algarve.
Muy cerca de esta playa está Ponta da Piedade, donde podrás ver unas bellas formaciones rocosas con muchos arcos y siluetas diferentes. Es necesario destacar que prácticamente en todo el Algarve se pueden visitar las distintas formaciones, cuevas, grutas, etc., mediante barcos que salen desde el puerto más cercano.
El centro de Lagos es quizá el más bonito de todas las ciudades del Algarve. Es una ciudad amurallada, de unos 22.000 habitantes que cobró importancia en la época de Enrique el Navegante, quien estableció su escuela de navegación en el siglo XV, como la sede de los grandes descubrimientos portugueses. Lagos fue el lugar de la construcción de las carabelas portuguesas, y (tristemente) también la primera ciudad europea que contó con un mercado de esclavos. Hoy en día Lagos está llena de turistas, y sus edificios con fachadas de azulejos están llenos de restaurantes, heladerías y tiendas de souvenirs.
Cerca de Lagos, hacia el oeste, puedes tomar una carretera secundaria para ir hasta dos cabos muy importantes. El primero es Sagres, donde se encuentra la Fortaleza de Sagres. Aquí vivió Enrique el Navegante y según se dice, se estableció la “Escuela de Sagres”, que era como una corte de ciencia y navegación, un lugar de reunión de marineros y científicos que tenía el primer observatorio astronómico de Portugal. Todo esto es debatido y actualmente se considera un mito para fortalecer la identidad portuguesa, ya que las expediciones eran financiadas desde Lisboa y con la escuela de navegación de Lagos. Sagres era un simple abrigo para los barcos, quizá con algún astillero. La Fortaleza de Sagres fue ampliada como baluarte ante la avanzada sobre África, y después reformada sucesivamente en la Historia de Portugal, sobre todo en el siglo XVIII tras un terremoto y un tsunami. Su diseño actual es neoclásico. Hoy en día se puede ver el escudo, la rosa de los vientos, numerosas baterías y artilugios defensivos, una pequeña iglesia, la de Nuestra Señora de la Gracia y todo ello en un recinto amurallado.
Pero quizá me guste más el Cabo de San Vicente, conocido como Promontorium Sacrum y donde estaba el Templo de Saturno. Es el punto más al suroeste de Europa y se siente esa sensación de fin del mundo. Ver atardecer aquí es algo mágico. Aquí hay muchos puestos de pasteles de Belem y también de jerseys, ya que suele hacer viento y hacer frío.
Otra de las experiencias que recomiendo encarecidamente es la de visitar la Gruta o Algar de Benagil. Se trata de una playa que está cubierta por una bóveda de piedra, con dos agujeros a través de los cuales pasa la luz. Es uno de esos sitios que salen en postales de medio mundo, escondidos y muy emocionantes. Solo se puede llegar por mar, por lo que tienes que ir en barco, o alquilar unos kayaks o tablas para ir remando. Si alguilais un tour en barco, tened en cuenta que solo para unos pocos minutos y enseguida se va. Remar por tu cuenta es mucho más emocionante y podrás disfrutar de estar en la playa lo que quieras. Además, es la adrenalina de surcar esas aguas tan frías (algo que se debe a la Corriente Fría de Canarias) y tan profundas. Cuando fuimos, hacía muy mala mar y no había casi nadie para hacerlo. Nos atrevimos entre aquellas olas y fue una experiencia irrepetible. Desafortunadamente, dejé mi cámara para que no se mojara y solo pude rescatar esta foto.
Otros sitios bonitos de Algarve son:
- El Castillo de Silves, antigua capital del Algarve bajo dominio musulmán. Su castillo fue construido entre el siglo VIII y XIII.
- La playa de Carvoeiro, junto a un típico pueblo portugués
- Albufeira, donde sobre todo hay un turismo masivo de sol y playa
- Tavira, la ciudad más cercana a la frontera española, con la Iglesia de Santa Maria do Castelo, un puente de origen romano y un centro con bastante vida
- Faro, la capital de la región del Algarve y ciudad más grande con unos 60.000 habitantes. Con un pasado romano, visigodo y musulmán, fue reconquistada por los portugueses e hicieron de ella un centro agrícola y comercial. Destaca la Iglesia del Carmen, con la Capilla de los Huesos; y la Catedral gótica de Santa María.
- El parque de la Ría Formosa, un espacio de humedal con barras de arena, dunas en el litoral con presencia de aves.
Y también, aprovecha para probar la gastronomía portuguesa, como las bifanas (bocadillos de carne empanada), pasteles de Belem (riquísimos) y la típica del Algarve cataplana de marisco: un cocido con todo tipo de mariscos y patatas.