RILA y MELNIK, reliquias en las montañas

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El Monasterio de Rila es el emblema de Bulgaria: un lugar escondido en las montañas que sobrevivió a siglos de asedios. Melnik, probablemente el pueblo más bonito de Bulgaria.

MONASTERIO DE RILA

El Monasterio de Rila es uno de esos lugares que desprenden un halo de misticismo único en el mundo. Lo había visto cientos de veces en fotografías, aislado entre las montañas y bosques búlgaros, sobreviviendo a siglos de asedios turcos y fue la razón principal por la que deseaba visitar Bulgaria. Pero además, tenía muy claro que debía ser en invierno para verlo nevado. En verano se alcanzan temperaturas muy altas y está lleno de turistas, pero necesitaba verlo cubierto de nieve y hielo. Y no nos decepcionó, fue mágico. Para llegar de Sofía a Rila (distancia de 120 km) puedes hacerlo mediante bus, aunque su frecuencia es bastante mala, y si vais en invierno, olvidaos. Nosotros fuimos en coche y la carretera estaba nevada y debíamos ir muy despacio para evitar deslizamientos en el hielo.

Paisajes de invierno en Rila
Ascenso al Monasterio de Rila
El impresionante Monasterio de Rila

Primero pasamos por el pueblo de Rila, que está más abajo. Un pueblo pequeñito de 2000 habitantes donde encontramos pastores con rebaños y un par de tabernas donde comer algo. Después de pasar Rila, la carretera se vuelve más sinuosa y es que vamos ascendiendo por las montañas de Rila, una cadena montañosa donde se alcanza la cota máxima de todos los Balcanes, con casi 3000 metros de altitud. Esta zona es famosa por sus pistas de esquí y los lagos glaciares que hay aquí, como los siete lagos de Rila. Los paisajes eran muy bonitos, con todos los bosques nevados y carámbanos de hielo alrededor de la carretera.

Pueblo de Rila
Un pastor en Rila
Un frío que pela, Rila

Estábamos casi a punto de darnos la vuelta porque necesitábamos cadenas para seguir conduciendo, pero finalmente el Monasterio apareció en nuestra vista. El aparcamiento estaba vacío, había por allí un par de perros solitarios. Pasamos al interior del recinto amurallado por una de sus puertas y nos sobrecogimos al ver tal maravilla. El monasterio fue fundado en el siglo X por San Juan de Rila, conocido como Ivan Rilski, un monje ermitaño que se estableció en este lugar recóndito. Su tumba se convirtió en un lugar sagrado, al que todos los zares de los imperios búlgaros rendían honores y realizaban donaciones. Ello lo convirtió en el gran centro espiritual de la Bulgaria medieval, sobre todo entre los siglos XII y XIV.

Monasterio de Rila
Edificios del monasterio de Rila
Monasterio de Rila

Fue destruido con la ocupación otomana, pero reconstruido poco después tras su toma, gracias a las donaciones de la sultana y las iglesias rusa y griega. Por ello, este lugar es un símbolo de la resistencia búlgara y una reliquia del sentimiento identitario ortodoxo, que sobrevivió como tal durante siglos de ocupación otomana, al igual que un refugio de la lengua y cultura búlgaras. El monasterio-fortaleza está amurallado y dentro está la torre Jreliyova, de 1335, que actuaba como defensa y donde vivían los monjes en tiempos de guerra. Solo por Rila ya mereció la pena Bulgaria, y os lo recomiendo totalmente.

Monasterio de Rila
El monasterio de Rila, una maravilla
Techos de Rila
Un monje paseando por Rila

Se sumaban dos factores: que era invierno y que era muy temprano en la mañana, por lo que estábamos solos allí. El monasterio abre de 7 a 8 de la tarde. Con la única presencia de un perro que nos seguía y de los monjes que había allí pudimos contemplar el bello edificio principal, las estancias con tantas arcadas y revestimientos de madera, los abetos y la nieve acumulada en el recinto. El estilo tiene influencias bizantinas y unos colores muy bonitos, de rayas blancas y negras, rojas… La iglesia es muy bonita, y llaman la atención los frescos pintados en todas sus paredes, representando escenas de la Biblia y pintadas como si fuera un cuento.

Entrada al Monasterio de Rila
Porticado de Rila
Escenas pintadas en la pared, Monasterio de Rila
El monje bendiciendo regalos que compró mi padre, Monasterio de Rila

MELNIK

Situada entre las montañas Pirin, Melnik se encuentra algo escondida y hay que ir a caso hecho hasta allí. Declarado una “reserva arquitectónica”, había consultado fotografías y realmente me parecía un pueblo muy bonito. Spoiler: me parece el pueblo más bonito de Bulgaria. La leyenda dice que los primeros habitantes de este asentamiento fueron la tribu de los medi, de donde procedía el famoso Espartaco. Romanos y eslavos se sucedieron, estos últimos le dieron el nombre de Melnik, en relación con las formaciones de arcilla que hay a su alrededor. Melnik permaneció algo aislada lo que favoreció que se constituyera como un señorío feudal en manos del déspota Alexius Slav, y la ciudad creció enormemente en el siglo XIII. Los documentos narran que el comercio era intenso con Ragusa.

Melnik
Melnik
Melnik
Melnik

Con la ocupación otomana, Melnik entró en declive al principio, pero logró resurgir gracias al cultivo y comercio de tabaco y de vino. En el siglo XVIII fue muy importante, realizando exportaciones a Inglaterra y Austria (uno de los vinos favoritos de Churchill). Por este entonces, se cuenta que la ciudad estaba compuesta por más de 1300 casas, más de setenta iglesias y unos 20 000 habitantes… pero un incendio lo destruyó casi todo. En la guerra ruso-turca, cuando Bulgaria fue liberada, los rusos capturaron Melnik pero hubieron de devolverlo a los otomanos poco después, en virtud del Tratado de Berlín de 1878. La población, hasta entonces, era principalmente griega, con algunos turcos y búlgaros. No fue hasta 1913, cuando Bulgaria ya estaba unificada, y tras la primera guerra balcánica, cuando los búlgaros lo tomaron definitivamente, y la población griega se trasladó a Grecia.

Melnik
Melnik
Melnik
Melnik

Con sus únicos 385 habitantes, Melnik es considerada la ciudad más pequeña de Bulgaria, ya que sigue conservando ese estatus. Es un lugar muy popular para el turismo porque, a pesar de estar algo recóndito (entre las montañas y casi en la frontera con Grecia), es muy famoso por sus vinos, con una gran tradición desde el siglo XIV. El paisaje así lo muestra, con multitud de viñedos y varias bodegas que se pueden visitar, como la Bodega Pri Shestaka, o Villa Melnik. Por todo el pueblo verás que hay muchas tiendas de vinos, y también puedes visitar el propio Museo del vino.

Melnik
Melnik
Melnik
Vino en Melnik

En mi visita, lo primero que visité fue el Monasterio Rozhen, que es otra maravilla. Se encuentra a unos 6 km de Melnik. Dedicado a la Natividad de la Madre de Dios, es el principal monasterio de las montañas Pirin y uno de los pocos monasterios medievales que han pervivido en Bulgaria. Data del siglo XIII, de tiempos bizantinos, ampliado con el reinado del déspota Alexius Slav. Al igual que el de Rila, estos monasterios ocultos entre las montañas fueron el refugio de la identidad búlgara, fe y lengua, durante la ocupación otomana. Sus frescos son muy bonitos y se respiraba mucha paz y tranquilidad, en un día de primavera lluvioso.

Monasterio Rozhen, Melnik
Monasterio Rozhen, Melnik
Monasterio Rozhen, Melnik
Monasterio Rozhen, Melnik

En las inmediaciones de este monasterio y de Melnik en general, podrás ver las llamadas “Pirámides de Melnik“, que son formaciones arcillosas con sugerentes formas, debido a la erosión hídrica y eólica. Son bastante visitadas, ya que sus caprichosas formas se asemejan a champiñones, torres, obeliscos, etc. Me dirigí finalmente al pueblo, donde aparqué mi coche y me dispuse a recorrer este pueblecito con encanto. Como os he comentado, es una reserva arquitectónica, pues sus casas son de estilo otomano y búlgaro, y ofrecen un paisaje que me pareció exquisito. Una de las casas más bonitas es la Casa Kordopulova, que perteneció a un mercader griego, en un estilo otomano muy bonito.

Melnik
Melnik y sus pirámides
Casa Kordopulova, Melnik
Melnik

Otro de los sitios más interesantes es la Casa Bolyarska o la casa bizantina, una de las construcciones civiles más antiguas de los Balcanes, una casa señorial del siglo XII cuyas ruinas han pervivido. Desde aquí se ve un paisaje muy chulo del pueblo. También puedes visitar el museo de la ciudad, o simplemente, dejarte llevar paseando arriba y abajo por la calle junto al río.

Melnik
Casa Bolyarska, Melnik
Melnik
Melnik

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