La OROTAVA y el TEIDE, la cumbre del infierno
Una pujante villa en la ladera del volcán del infierno
Llamada por los guanches Arautaba, estos indígenas habitaban los valles más fértiles y consideraban el Teide como un lugar sagrado de culto. Con la conquista castellana, y tras la derrota de los guanches del Mencenato de Taoro, La Orotava era una aldea que dependía de La Laguna, y no fue hasta el siglo XVII cuando se fundó la villa de La Orotava con sus privilegios. La ciudad llegó a ser un centro muy importante de producción de vino, plátanos, azúcar y otros productos, que eran exportados por el llamado Puerto de la Orotava, ahora llamado Puerto de la Cruz.
La relevancia de La Orotava hizo que fuera una ciudad enriquecida y la más pujante de la isla de Tenerife por una buena época. Su esplendor se tradujo en sus construcciones, con multitud de casas señoriales y jardines, y todo ello hizo que fuera declarada conjunto histórico-artístico nacional y protegida como conjunto monumental. Aunque actualmente cuenta con algo menos de 50 000 habitantes, es un punto muy turístico no solo por el propio asentamiento de la ciudad, sino porque también pertenece al municipio el Parque Nacional del Teide.
Situada en una de las laderas de la estructura del Teide, La Orotava está verdaderamente en pendiente y es un municipio que llega desde el nivel del mar hasta los 3715 metros de altitud del Teide. Ello origina unas vistas sublimes, desde la ciudad hasta el mar como si estuvieras en una auténtica terraza. Quizá el sitio más llamativo de La Orotava sea la Casa de los Balcones, también llamada Casa Fonseca, construida en el 1632. Se trata de una bella casa señorial de tres plantas, muy característica por sus grandes balcones de madera tallada. Hoy sirve como un museo y centro de artesanía.
Otro lugar llamativo es la Hijuela del botánico, un jardín creado en 1788 como centro complementario del jardín de aclimatación del Puerto de la Orotava. Declarado Jardín Histórico, aquí hay drago canario, palmeras y otros tipos de especies vegetales. Se encuentra justo detrás del Ayuntamiento. Pero quizá los jardines más vistosos sean los Jardines Victoria, o jardines del marquesado de la Quinta Roja. Estos fueron diseñados para albergar el panteón de dicho marqués, quien era masón. Se trata de unos jardines escalonados en una pendiente, acondicionados según líneas energéticas y propias de la masonería.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, construida en 1788, es la principal de La Orotava y considerada el mejor exponente del barroco canario. Ello ha hecho que popularmente se la llame como la Catedral de La Orotava, quizá también debido a la majestuosidad de su construcción, inspirada en la cúpula de la catedral de Florencia. Por último, otros lugares interesantes que ver en La Orotava son el Liceo Taoro, o visitar alguno de sus molinos, ya que la ciudad contaba con una red de molinos de agua y acequias que posibilitaban la producción del gofio.
La Orotava es quizá el mejor sitio para comenzar a visitar el Teide. Ascender por las cañadas desde el norte de la isla es una experiencia inolvidable y fantástica, viendo todo el paisaje de un bosque continuo, que rompe el llamado mar de nubes (aunque justo cuando lo visité hacía un día muy despejado). El Parque Nacional del Teide fue declarado como tal en 1954 y fue el primero de Canarias, y en 2007 también se le añadió el honor de ser Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El parque alberga el pico del Teide, que es el más alto de España con 3715 metros y el tercer volcán más grande del mundo desde la base en el lecho oceánico, con 7500 metros, solo superado por el Mauna Kea y Mauna Loa de Hawaii.
El nombre de Teide proviene del guanche Echeide, que servía para denominar el infierno que existía dentro del volcán. Se trataba de un lugar de marcado significado espiritual: según la leyenda era la morada del maligno Guayota, quien secuestó al dios del Sol Magec, y lo encerró dentro del volcán sumiendo a la isla en la oscuridad. Los guanches invocaron al dios supremo Achamán, quien consiguió derrotar a Guayota y puso fin al cautiverio del Sol, y sellar la boca de Echeyde con Guayota en su interior. Las erupciones del Teide han sido recurrentes, de hecho, en 1492, justo cuando Cristóbal Colón partía a América, estaba en erupción, y la última fue en 1798.
Además de este significado cultural, también fue importante para los habitantes por sus recursos, como un importante lugar de pastoreo. Todo este espacio tiene algunas rutas muy bonitas, como el ascenso en teleférico al pico del Teide, o visitar los Roques de García, siendo el más característico el Roque Cinchado, además de su paisaje de aspecto lunar y extraterrestre. También es un lugar muy famoso para la observación del cielo y las estrellas, de hecho, aquí se encuentra el Observatorio del Teide, uno de los más importantes del mundo.
¿Te animas a subir al Teide?
