Qué ver en BURDEOS, la bella durmiente de la luna
La ciudad de los girondinos es conocida por sus monumentos y sus vinos
Burdeos era una de las ciudades de Francia que más ganas tenía de visitar. Siendo la quinta ciudad más importante de Francia, con más de 800 000 habitantes y llegando a los 1,4 millones en su área metropolitana, suele pasar desapercibida y no es un lugar demasiado turístico, por lo que mi interés crecía en descubrir esta ciudad. Y, precisamente por esto, se le ha llamado “la bella durmiente”, debido al gran patrimonio que se encuentra oculto, dormido, esperando ser descubierto. Realmente tiene muchas cosas que ver, y no solo en la ciudad propiamente dicha, sino también en sus alrededores, con lo que puedes encontrar varias excursiones muy chulas que hacer. Nosotros dedicamos un día a la ciudad, y otro día a esta excursión a St. Émilion y la duna de Pilat. Debo decir que la ciudad me gustó porque tiene muchas cosas que ver, monumentos imponentes y rincones muy coquetos, pero en mi experiencia había gente de aspecto conflictivo, y algunas zonas bastante degradadas. Incluso en el centro presenciamos una pelea a puñetazo limpio.
Burdeos hunde sus raíces en el siglo III a.C., cuando se atestigua el asentamiento galo de Burdigala. Con la conquista romana, se especializó en el comercio de metales y se convirtió en la capital de la Galia Aquitania, pero con la caída de este Imperio fue saqueada ya desde el siglo III por diversos pueblos. Tres siglos más tarde, en el VI, resurgió bajo el dominio franco aunque también fue saqueada por los musulmanes, que finalmente se replegaron tras la Batalla de Poitiers en el siglo VIII. Posteriormente, el control carolingio bajo los duques de Gascuña hizo posible prevenir los ataques de los vikingos por el río Garona. Diversos lazos matrimoniales y sus linajes hicieron que la que fuera duquesa de Aquitania llegara a ser reina consorte de Inglaterra, y durante este periodo Burdeos floreció enormemente. Burdeos llegó incluso a ser la capital del Estado independiente de Guyena/Aquitania, de influencia inglesa, que sería reconquistado por los franceses en el siglo XV.
Esta anexión francesa supuso un retroceso en el progreso de la ciudad, que hasta entonces se había enriquecido gracias al comercio de sus preciados vinos con Inglaterra. En el siglo XVII, el malestar le hizo ser una de las principales ciudades en las que triunfó las revueltas de la Fronda, en la que se oponían al poder creciente del rey francés Luis XIV, y Burdeos fue la última gran ciudad de la Fronda en caer. Tras la Revolución Francesa y la instauración de la I República, se produjo una pugna de poder entre los jacobinos y los girondinos. Estos últimos tomaron su nombre de Aquitania (de hecho, el actual club de fútbol de la ciudad es el Girondins de Burdeos), y eran principalmente burgueses nacidos del comercio marítimo que abogaban por el federalismo, movimiento que se extendió por el sur de Francia y ciudades como Marsella, Lyon y la misma Burdeos, en contra del centralismo de París. La mayoría fueron guillotinados.
Precisamente, Burdeos había recuperado ese esplendor durante el siglo XVIII y se había conformado una rica burguesía. Su puerto se había convertido en el principal de Francia (y el segundo mundial, solo después de Londres) gracias al comercio con las colonias francesas de América y África, sobre todo de azúcar, café, cacao, y también de esclavos. De igual manera, un puerto de emigración hacia las conquistas de las Antillas, especialmente un destacado flujo de bordeleses hacia Haití. Este gran esplendor se materializó en un crecimiento urbano notable, con majestuosas avenidas, imponentes edificios, grandes monumentos… De hecho, el escritor Victor Hugo decía que Burdeos era una mezcla entre la palaciega Versalles con el puerto de Amberes. Asimismo, las reformas urbanas sirvieron como experiencia para aplicarlas posteriormente en París, por el barón Haussmann.
En el siglo XX, Burdeos también jugó un papel notable, al acoger al Gobierno francés durante la I Guerra Mundial, cuando París estaba ocupada, y también durante un breve periodo de la II Guerra Mundial, antes de que los alemanes llegaran a Burdeos. Actualmente, Burdeos es una gran ciudad de renombre por sus vinos, que suponen un volumen de negocio de casi 15 000 millones de €, y que la han situado como una de las capitales gastronómicas del mundo, y aprovechando, también de negocios y turismo de congresos. También es muy importante su sector aeroespacial, con varias empresas internacionales punteras. Además, su extensísimo patrimonio hace que sea la segunda ciudad de Francia en número de monumentos, después de París, catalogados como “monumentos históricos”. Sin embargo, la ciudad se encontraba algo dejada y sin explotar su potencial, por lo que se la empezó a llamar una “bella durmiente”. En este artículo te cuento los mejores sitios que ver en Burdeos, para que descubras y saborees la ciudad.
Qué ver en Burdeos
En nuestro viaje a Burdeos nos alojamos en el barrio de Le Lac, al norte, donde hay muchos hoteles a buen precio y cerca del Parque de Exposiciones de la ciudad. Está bien conectado con tranvía y autobús, por lo que en pocos minutos ya estábamos en el centro. A continuación te cuento qué ver en Burdeos, haciendo el recorrido como lo hicimos nosotros.
1.-Estatua de la Libertad
En Place Picard puedes ver una réplica de la estatua de la libertad, creada por su mismo autor, Auguste Bartholdi, que se erigió en 1888 junto a una fuente que pedían los habitantes del barrio de Chartrons. Durante la ocupación alemana de la II Guerra Mundial fue desmantelada y vuelta a erigir en el 2000, hecha en resina, pero sin fuente.
2.-Barrio de Chartrons
El histórico barrio de Chartrons se localiza al norte de Burdeos desde el siglo XIV, y en él predominan los establecimientos dedicados al vino y anticuarios. La arteria principal es la Rue Notre Dame, que está llena de bodegas, restaurantes y tiendas de moda. En este barrio tienes, además, el Museo del Vino y del Negocio, el mercado Les Halles des Chartrons o la Iglesia gótica de San Luis de Chartrons. Un lugar de aspecto muy bohemio en Burdeos.
3.-Bolsa de Burdeos y Puerto de la Luna
Burdeos era llamado “el puerto de la luna” ya desde la Edad Media, e incluso en los escudos de la época y sucesivos, se representaba con este símbolo. En esta parte, en los Quais de Burdeos (los muelles) era donde atracaban los barcos procedentes de las colonias cargados de mercancías. El entorno es muy bello e incluso fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2007. Aquí, además de pasear por sus muelles y jardines mirando al río Garona, puedes ver el edificio de la Bolsa marítima de Burdeos, frente al cual hay una estatua de una esclava llamada Marthe Adélaïde Modeste Testas, en conmemoración de la abolición de la esclavitud. Ella era una mujer etíope que fue comprada por comerciantes de Burdeos y posteriormente liberada. Uno de sus descendientes llegó a ser eventualmente presidente de Haití. Aquí ya estamos muy cerquita del centro de la ciudad, pero antes nos desviaremos para ver otro punto muy interesante: la única ruina de tiempos romanos de Burdeos.
4.-Palacio Gallien, Place Galiène y Jardín público
Y de la Burdigala romana pocos restos quedan, ya que a finales de siglo XVIII las autoridades decidieron tristemente demoler todo… salvo los vestigios de un anfiteatro romano del siglo II que ahora son el llamado Palacio Gallien. Aquí quedan los restos de una puerta, muros y varias arcadas. Su nombre viene del emperador romano Galieno. Y al lado está la Place Galiène, donde Carlomagno construyó un palacio para su esposa Galiène. Muy cerquita encontrarás el llamado “Jardín público”, el espacio verde más grande del centro de Burdeos, que data de 1746 y donde hay diferentes variedades de flores en un pequeño jardín botánico, un pequeño lago, y alrededor, el Museo de Ciencias y Naturaleza de Burdeos.
5.-Place Tourny, Place des Quinconces y Monumento a los Girondinos
Todos los lugares anteriores están más o menos en las afueras del centro de Burdeos, en diferentes barrios o ensanches, y aquí ya entramos al centro histórico de la ciudad. Lo hicimos por la Place Tourny, en honor al marqués que embelleció Burdeos en el siglo XVIII y acondicionó los muelles y los edificios de la ciudad. Continuamos a la Place des Quinconces, una plaza gigantesca, de las más grandes de Europa, trazada en 1820 para evitar rebeliones en la ciudad, que estaba ocupada por una gran feria con muchos puestos. En ella se encuentra el monumento a los girondinos, que se construyó a finales de siglo XIX, con una gran columna que en lo alto representa a la libertad rompiendo las cadenas de la opresión; y dos fuentes de bronce en su base dedicadas a la República y la Concordia.
6.-Place de la Comedie y Ópera
La Place de la Comedie es la antesala del centro histórico, a partir de la cual ya empiezan las callejuelas de Burdeos. Aquí se encuentra el Gran Teatro o la Ópera, construido en el siglo XVIII, con un pórtico de doce columnas corintias y una fachada neoclásica imponente.
7.-Rue Sainte Catherine y Galería bordelesa
La Rue Sainte Catherine es la arteria principal del centro de Burdeos, llenísima de todo tipo de tiendas y restaurantes, y llega hasta la Place Victoire, al sur de la ciudad, por lo que es muy larga. Al inicio podrás ver la galería bordelesa, enfrente de la Galería Lafayette, es un pasaje cubierto construido en 1834, pero se encontraba bastante deteriorado cuando la visitamos. Justo aquí se formó una pelea a puñetazos entre repartidores que nos dejó atónitos.
8.-Plaza de la Bolsa y espejo de agua
Este es el lugar más fotografiado de Burdeos, que se ha convertido en su seña de identidad. Antiguamente llamada la Plaza Real, fue construida en 1755 y enmarcada por los muelles de la Luna. Fue el primer espacio que rompió las entonces murallas de la ciudad y en la que se colocó la estatua ecuestre de Luis XV, que fue destruida durante la Revolución Francesa. Símbolo de la prosperidad de la ciudad, es un magnífico conjunto arquitectónico que alberga el palacio de la Bolsa, el Museo de la Aduana y la Cámara de Comercio. Su plaza está adornada con la fuente de las Tres Gracias, y en la parte del muelle, el fascinante espejo de agua: una pequeña lámina de unos centímetros cubierta de agua… que cuando nosotros fuimos no estaba. Una decepción que nos llevamos, pero bueno, al menos el entorno es bonito.
9.-Place du Parlament e Iglesia de St Pierre
Detrás de esta plaza y oculta entre las callejuelas del centro histórico de Burdeos se encuentra una de sus plazas principales: la Plaza del Parlamento, antigua plaza del Mercado Real, hasta que los proyectos de embellecimiento de la ciudad la modificaron. Su fuente es neorrenacentista del siglo XIX. Muy cerca se encuentra la Iglesia de St Pierre, la que en origen fue la más antigua de la ciudad, con una capilla dedicada a San Pedro desde al menos el siglo VI. En el XII se comenzó a construir esta iglesia que se terminó en el XV, en un estilo gótico.
10.-Place du Palais y Porte Cailhau
La Place du Palais también es muy bonita (yo diría que la que más) de Burdeos, al estar situada frente a la puerta medieval de Cailhau. Esta es una de las puertas que contaba la muralla de Burdeos, construida la torre en 1495. ¡Un buen lugar para comer en una sus terrazas!
11.-Place Fernand Lafargue y Grosse Cloche
Sin embargo, nosotros decidimos continuar hasta la Plaza Fernand Lafargue donde nos habían dicho que había un montonazo de restaurantes, y así fue: toda esta parte está a rebosar de gente, de bicicletas pasando a gran velocidad y las terrazas llenas. Al final de la Rue St James verás la Grosse Cloche, la Gran Campana, originariamente una de las puertas de las murallas de Burdeos (del siglo XIII), y la puerta más antigua en pie actualmente, que se convirtió en un campanario cívico del siglo XVIII ubicado en una antigua mazmorra, y desde donde se da la bienvenida al Año Nuevo en Burdeos.
12.-Puerta de Borgoña
Desde aquí, por la calle de Victor Hugo, llegamos hasta la Puerta de Borgoña. Toda esta parte he de decir que parece otro mundo diferente al de Burdeos, un barrio con mucha inmigración, visiblemente más degradado y con mucha gente en la calle. Esta puerta de Borgoña fue construida en el 1755 como entrada simbólica a la ciudad. Se encuentra frente al puente de piedra, que lo visitamos ya en el atardecer.
13.-Basílica de Saint Michel y Place Meynard
Seguimos hacia el sur para visitar la Basílica de St Michel, que es uno de los sitios espirituales más importantes de Burdeos. Fue construida en el siglo XIV-XVI en un gótico flamígero, y sobre todo llama la atención su gran campanario de 114 metros de altura, altísimo. Está en una gran plaza, Place Meynard, que antiguamente era el cementerio de la iglesia. Cuando la visitamos estaba llena de basura, tal cual, con bastante gente sin hogar durmiendo allí.
14.-Iglesia de la Santa Cruz de Burdeos
Y continuamos un poquito más al sur para ver la Iglesia de la Santa Cruz de Burdeos, que por fotos me parecía super bonita. En este lugar se ubicaba una antiquísima abadía ya en el siglo VII, que fue destruida por los musulmanes, y reconstruida en el XI con una fachada románica y unas arquivoltas majestuosas. Desde aquí tomamos rumbo oeste, hacia la Place de la Victoire, pero pasamos por un área muy degradada y que parecía bastante insegura, en torno al Mercado de los Capuchinos.
15.- Place de la Victoire y Puerta de Aquitania
Llegamos por fin a la Place de la Victoire, punto final de la Rue St Catherine, donde se encuentra la Puerta de Aquitania, la entrada sur a Burdeos, levantada en 1755. Aquí había un bonito mercado muy animado, y bastante ambiente que ya significaba que “volvíamos” al centro de la ciudad. Continuamos por la Rue St Catherine en sentido norte, hasta llegar a nuestro siguiente destino.
16.-Catedral de San Andrés y Ayuntamiento de Burdeos
Y llegamos a la catedral de Burdeos, dedicada a San Andrés, la cual fue construida en el siglo XI, en principio de estilo románico, pero reconstruida en el XII en un estilo gótico angevino. Una catedral gigante, en la también inmensa Place Pey Berland, que en su otro extremo alberga el Palacio Rohan, de 1784. Este lugar fue el Palacio Arzobispal hasta la Revolución Francesa, y actualmente es el Ayuntamiento de la ciudad. En su patio se encuentra el Museo de Bellas Artes, y otro lugar de interés es el moderno Palacio de Justicia.
17.-Probar los canelés
Desde aquí deambulamos casi sin rumbo por las calles del centro de Burdeos, pasando por la Puerta Dijeaux, buscando un sitio donde probar los famosos canelés de Burdeos. Estos son unos pequeños bizcochos típicos, con sabor a vainilla y caramelo, que estaban riquísimos. Lo hicimos en Baillardran, una tienda especializada, donde estaban muy buenos. Verás también puestos que los venden más baratos y para llevar. Otra recomendación culinaria: nosotros comimos en la Rue St James, en el restaurante Books & Coffee, donde tenían comida ecológica y riquísima, con refresco de cola artesanal, puré de zanahorias, lentejas, coq au vin… riquísimo.
18.-Pont de Pierre
Ya era casi atardecer y cruzamos el puente de piedra, construido en 1822 por orden de Napoleón I, y que fue el primer puente en cruzar el ancho río Garona. Tiene 17 arcos, que coinciden con el número de letras de Napoleón Bonaparte, y con medallones blancos en honor al emperador. Fue el único puente por más de cien años, hasta que se construyó el segundo en 1965. Un bonito lugar para ver el Garona, un río inmenso que también puedes cruzar en barco y disfrutar de un pequeño paseo por él. En el otro lado del río está el Barrio de la Bastide, por el que estuvimos paseando y buscando un lugar para tomar algo, pero no nos dijo gran cosa. Parecía, sobre todo, un lugar de enlaces de transporte, donde había mucha gente commutando en el tranvía.
19.-Place Camille Julian
Y finalmente elegimos la Place Camille Julian, en el centro histórico de Burdeos para tomarnos unas cuantas copas. Un lugar muy bonito, con unas columnas puestas que le dan un aire anacrónico y bohemio, y a rebosar de terrazas y de gente. Me encantó.
20.-La Ciudad del Vino
Al norte de Burdeos se encuentra la Cité du Vin, un museo dedicado exclusivamente al vino, establecido en 2016 con una arquitectura que ya de por sí sola es una atracción. No lo visitamos porque no somos muy de este tipo de intereses vinícolas, pero dicen que para los amantes del vino es una pasada.
No te olvides de echar un vistazo a este artículo sobre St Émilion y la duna de Pilat, una de las mejores excursiones que hacer desde Burdeos.