OSTENDE, lugar de encuentro político y de ocio

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La playa reina de Bélgica fue escenario de importantes encuentros políticos

Ostende era, originariamente, el “punto más al este” de una isla que había en la actual costa belga. El pueblo vivía de la pesca del Mar del Norte, y tenía su propio mercado, llegó a alcanzar el estatus de ciudad y eventualmente fue unida a tierra. Su posición hizo que fuera apetecida por rebeldes holandeses en varias ocasiones, y sobre todo, fue famoso el llamado Sitio de Ostende, la batalla más sangrienta de la Guerra de los Ochenta Años. En esta, fue sitiada por los españoles y defendida por los holandeses, que dio lugar a una tregua… y posteriormente quedó bajo dominio de los piratas dunkerquinos, que normalmente operaban a favor de los españoles o franceses.

Ostende
Ostende
Ostende
Ostende

En el siglo XVIII, cuando los Países Bajos fueron de dominio austríaco, el emperador Carlos VI permitió que Ostende monopolizara el comercio con las colonias de África y el Lejano Oriente, y se le permitió a la Compañía de Ostende fundar nuevas colonias. Sin embargo, este periodo duró poco, ya que Inglaterra y Holanda se opusieron e hicieron presión para evitar un nuevo competidor: el comercio colonial les pertenecía. En el siglo XIX se mejoraron las infraestructuras con el ferrocarril hasta Bruselas y el ferry hasta Inglaterra. La ciudad empezó a surgir como un lugar de encuentro de círculos políticos: en el 1854 se acordó el Manifiesto de Ostende, por el que los EEUU hacían una propuesta de compra (no rechazable) a España para poseer Cuba; y en 1866 se firmó el Pacto de Ostende, en el que los liberales (progresistas y demócratas) acordaron derrocar a Isabel II (y fue el origen de la Revolución Gloriosa).

Ostende
Ostende
Ostende
Ostende

Así pues, Ostende empezó a ganarse una fama de alta alcurnia, ayudada por la decisión de los reyes belgas Leopoldo I y Leopoldo II de veranear aquí, lo que hizo que la ciudad fuera conocida como “la reina de la costa belga”. Durante las dos guerras mundiales fue ocupada por Alemania, y se sucedieron asaltos marítimos ingleses para liberarla, todo ello destruyó la ciudad considerablemente, y la arquitectura que predomina hoy en día es bastante moderna. Hoy tiene unos 70 000 habitantes y es la ciudad más grande del litoral belga, por lo que es el lugar que todos los belgas eligen para pasar sus vacaciones e ir a la playa. También es conocida como “la ciudad más británica”, por su cercanía, su historia y sus relaciones. Ostende me pareció una ciudad bastante fea, la verdad. Está muy cerca de Brujas, apenas a 15-20 minutos y fácilmente accesible en tren o en bus, y quería venir para conocer la playa de Bélgica, pero la ciudad tiene poco. Lo más bonito que ver es su paseo junto al mar, bastante amplio, y algún punto más de interés, pero todo tiene un sabor gris, frío y demasiado moderno. Seguro que en verano está mucho mejor, nosotros fuimos en octubre.

Ostende
Ostende
Ostende
Ostende

Qué ver en Ostende

1.-Estación de tren

Uno de los sitios más bonitos que ver en Ostende es, probablemente, donde llegarás: una estación de tren de 1913, inaugurada bajo reinado de Alberto I, en un estilo neoclásico muy bello. Desde aquí podrás explorar la ciudad a pie, ya que está muy céntrica.

Estación de tren de Ostende
Estación de tren de Ostende

2.-Iglesia de San Pedro y San Pablo

La iglesia principal de Ostende es católica, y fue construida en 1908 en un estilo neogótico. Fue parcialmente destruida en las dos guerras mundiales y reconstruida después, sobre todo las vidrieras. Cerquita de aquí desayunamos en un día lluvioso y otoñal, en el que Ostende parecía que estuviera desierta.

Iglesia de San Pedro y San Pablo, Ostende
Iglesia de San Pedro y San Pablo, Ostende

3.-Puerto de Ostende y Fuerte Napoleón

El puerto de Ostende es muy grande y podrás verlo desde todo el paseo marítimo próximo a la estación de tren. Al otro lado de la bocana del puerto está el Fuerte Napoleón, un bastión construido en 1811 construido por las tropas napoleónicas, cuando invadieron los Países Bajos, ante el miedo de una invasión inglesa.

Fuerte Napoleón, Ostende
Ostende

4.-Zeeheldenplein y Playa de Ostende

Desde la plaza Zeehelden se abre el fabuloso paseo Alberto I, que es la “promenade” de Ostende. Un lugar muy chulo para pasear, con un paseo muy amplio, donde disfrutar de las vistas hacia la inmensa playa. Hay esculturas muy modernas, como unas bolsas rojas arrugadas, un árbol danzarín…

Zeeheldenplein, Ostende
Ostende

5.-Casino de Ostende y Galerías Reales

Al final del paseo anterior verás el casino de Ostende, uno de los lugares más emblemáticos de Ostende por su fama como ciudad de ocio por la clase más pudiente. Desde aquí verás un mirador hacia el sur de la playa, donde hay una arcada muy grande que son las galerías reales.

Casino de Ostende
Ostende

6.-Kapellestraat y el centro de Ostende

El centro de Ostende estaba más animado (la mañana iba pasando) y se comenzó a llenar de gente. La calle principal es la Kapellestraat, llena de tiendas y algunas casas típicas que han sobrevivido, y las plazas como Wapenplein estaban ocupadas por atracciones de feria. Por aquí, además de probar bombones belgas, puedes visitar la Het James Ensorhuis, la casa del pintor James Ensor.

Kapellestraat, Ostende
Bombones en Ostende

7.-Leopoldpark

Y llegamos hasta un parque muy bonito de Ostende: el parque de Leopoldo, con un lago muy chulo, un reloj de flores y el nombre de la ciudad… En general, un sitio bastante bonito y agradable por el que pasear en Ostende.

Leopoldpark, Ostende
Leopoldpark, Ostende

8.-Centro cultural De Grote Post

Justo delante del parque de Leopoldo nos llamó la atención este edificio: es un centro cultural llamado De Grote Post (era una antigua oficina de correos), y tenía esta escultura tan curiosa en su fachada, que pareciera comunista.

De Grote Post, Ostende

9.-Buque Mercator

Por último, volvimos a la estación de trenes bordeando el lado sur del centro de Ostende, donde hay un muelle y está atracado el Buque Mercator, un navío de tres mástiles. Era un buque escuela que hoy en día alberga un museo con objetos de todos los viajes que hizo por el mundo. Aquí había un mercadillo y fue de lo más animado de la ciudad.

Buque Mercator, Ostende

10.-Otros lugares que ver en Ostende

Realmente hicimos esta excursión a Ostende en una mañana desde Brujas, pero si quieres pasar más tiempo en la ciudad, puedes visitar parte del Atlantikwall, las fortificaciones costeras utilizadas en las guerras mundiales, construidas por los nazis para evitar el desembarco inglés. Este “muro atlántico” iba desde Cherburgo, en Normandía, hasta la región de Zelanda. También acercarte hasta el parque Maria Hendrik, muy grande, algo más al sur; o visitar el Museo ZEE, de arte moderno.

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