Qué ver en LILLE, la isla tejedora del norte
Lille fue una importante ciudad textil históricamente vinculada a Flandes
El nombre de Lille viene de “l’île”, que quiere decir “la isla”, ya que el origen de la ciudad se encuentra en una porción de tierra rodeada por el río Deule, en torno a la cual creció la ciudad. La leyenda dice que fueron los príncipes de Dijon, en un viaje con destino a Inglaterra, los que fueron apresados aquí por el gigante Phinaert. Este gigante mató al príncipe, pero la princesa pudo huir y dar a luz a su hijo Lydéric antes de fallecer también. Lydéric tuvo que criarse con un ermitaño, pero en cuanto pudo se vengó y mató al gigante. Se narra que esto ocurrió en el año 640, y Lydéric se apoderó de las tierras donde fundó L’île. Se ve que por aquí eran comunes los gigantes, ya que en Amberes te conté otra historia sobre esto.
Lille perteneció durante la etapa medieval al Condado de Flandes, que era vasallo del rey de Francia. Lille comenzó a crecer como un puerto fluvial y la producción textil, y su riqueza hizo que fuera atacada por los vikingos en algunas incursiones, entre los siglos IX y X, por lo que los flamencos la fortificaron e incluso llegaron a establecer aquí la corte de Flandes. Sin embargo, los franceses siempre desearon conquistarla formalmente, para evitar la influencia que Inglaterra y los germanos tenían sobre todo Flandes, y Lille especialmente. Así, fue asediada y ocupada por los franceses en el siglo XIII, aunque fue disputada durante la Guerra de los Cien Años también por Inglaterra.
Lille había crecido mucho con la industria textil. Los paños eran su producción más famosa, tanto que incluso se había acuñado la palabra lile para referirse a una tela de colores específica. El devenir de la Guerra de los Cien Años hizo que pasara a dominio de los Condes de Flandes, y los enlaces matrimoniales, que Lille también fuera parte de la herencia de los Habsburgo, siendo reinada por Felipe el Hermoso. Como sabréis, fue el esposo de Juana de Castilla, y Lille se incluía dentro de los Países Bajos españoles. Así pues, Lille fue española y coincidió con su mayor esplendor: una ciudad muy rica, que construyó su bolsa de comercio, pero que también sufría los estragos de las guerras de religión entre católicos y protestantes.
Lille fue española hasta que el rey Luis XIV comenzó a expandir Francia y ocupó la ciudad en la llamada Guerra de la Devolución, por la que esgrimía que no se había pagado la dote de su esposa. España tuvo que ceder Lille y otras ciudades flamencas, y ello significó el principio del fin del dominio español de los Países Bajos. El rey francés mandó que Vauban fortificara la ciudad, quien también realizó las fortalezas de Luxemburgo. Lille quedaría definitivamente en manos francesas, pero las guerras se seguirían sucediendo. Cuando Francia declaró la guerra a Austria (que había recibido los Países Bajos de España), Lille estuvo en primera línea de combate. Los ataques hicieron que Lille fuera socialmente aceptada como parte de la patria, ya que resistieron heroicamente contra los austríacos.
La industria textil de Lille se resintió durante el siglo XVIII por la competencia inglesa, pero volvió a resurgir en el XIX, especializándose en el algodón y el lino. Lille se alzó como la principal ciudad industrial de Francia, sumándole el descubrimiento de yacimientos de carbón, que impulsó otros sectores. La Revolución Industrial significó que Lille creció enormemente, y su población, compuesta de trabajadores de fábricas, abrazó el socialismo rápidamente, convirtiéndose en uno de sus feudos. La ciudad fue ocupada por Alemania en las dos guerras mundiales y liberada por los ingleses. Después, creció muchísimo en la década de los noventa, al amparo de la integración europea y como nudo de transportes por su cercanía a París, Bruselas y Londres.
Situada muy cerquita de la frontera con Bélgica, Lille no se puede entender sin el contexto de la conurbación con Villeneuve-d’Ascq, Roubaix y Tourcoing, y su extensión hacia territorio belga, hasta Kortrijk. La ciudad solo tiene unos 250 000 habitantes, pero toda esta área metropolitana es la cuarta de Francia con casi dos millones de habitantes y una de las más importantes de la Unión Europea. También es la tercera ciudad con mayor número de estudiantes. Una de las primeras capitales europeas de la cultura de Francia, en 2004, que transformó una ciudad industrial de paisaje decadente (todavía puede tener esa fama) en una ciudad embellecida y volcada al sector servicios, especialmente a los transportes ferroviarios.
Me habían hablado bastante mal de Lille, y quizá sea por eso que la ciudad me sorprendió muy para bien. Es una ciudad muy bonita y elegante, que me gustó descubrir porque parece que suele pasar desapercibida. Lille es una ciudad medio francesa medio belga, algo también ayudado por el acento y el habla de los franceses de aquí, que a veces son objeto de mofa, e incluso la película Chez les Ch’tis lo hace, me contaron que dio lugar como a la versión francesa de Gandía Shore. Pero a mí me pareció una ciudad de gente muy joven, moderna, internacional… Visitamos la ciudad en 2022, cuando mi hermano estudiaba en Kortrijk, e hicimos una excursión hasta Dunkerque. ¡Te cuento todo esto a continuación!
Qué ver en Lille
1.-Estación de tren y Tour de Lille
Llegamos a Lille desde Kortrijk en un tren, a la estación de Lille-Flandes, una de las más transitadas de Francia. La estación tiene un diseño neoclásico, construida en 1867, y que da a la Place de la Gare, muy bonita. En este barrio, por la Avenida Le Corbusier, verás un gran centro comercial, y la parte más moderna de la ciudad: el barrio de Euralille, con la torre de Lille como símbolo. Este es un edificio en forma de L, con 116 metros de altura. Fue construida en 1995 y simboliza el progreso de la ciudad.
2.-Ayuntamiento de Lille y Porte de Paris
En primer lugar, fuimos a ver la parte del sur, hasta llegar a la Porte de París. Esta era una de las puertas de la ciudad amurallada, y el lugar donde se le entregaron las llaves de la ciudad al rey Luis XIV cuando tomó la ciudad de los españoles. La puerta se renovó después, y tiene dos estatuas de Marte y Hércules, los dioses de la guerra y el semidios de la fuerza. A su lado podrás ver el altísimo campanario del Ayuntamiento de Lille (llamado Beffroi) inaugurado en 1932, con 104 metros de altura. A poca distancia podrás encontrar la Iglesia de San Salvador, de 1902.
3.-Place de la République y Palacio de Bellas Artes
Seguimos por la Avenida de la Libertad hasta la Plaza de la República, un bonito lugar que recordaba a la elegancia de París, presidido por el Palacio de Bellas Artes. Este es el museo más grande de Francia fuera de París y la segunda mayor después del Louvre. También fue uno de los primeros museos construidos en Francia, por orden de Napoleón I, en 1809, aunque el palacio es de final de siglo XIX. En uno de los lados de la plaza podrás ver la estatua del general Louis Faidherbe, nacido en Lille, quien fuera fundador del imperio colonial francés en África y gobernador de Senegal.
4.-Place Rihour e Iglesia de San Mauricio
Fuimos deambulando por las calles del barrio de Rihour. La Iglesia de San Mauricio es la principal de Lille, con una larga historia que llega hasta el siglo IX. El edificio actual es del XIV, terminado en el XIX, en estilos gótico y neogótico. Es realmente bonita. La Plaza Rihour tiene como lugar principal un monumento de guerra en el que se lee “Aux Lillois”, en heroicidad a los caídos en las dos guerras mundiales.
5.-Grand Place y Vieja Bolsa
De la Place Rihour estarás a un paso del principal punto de la ciudad: su Grand Place. Una plaza muy elegante y bien cuidada, llena de gente y de actividad, y con varios edificios de interés que ver. En primer lugar, la columna de la Deese, que conmemora el asedio por las tropas austríacas. También el edificio del periódico La Voix Du Nord, que tiene tres alegorías femeninas, representando a las regiones de Artois, Flandes y Hainaut. También puedes ver la antiquísima librería Furet du Nord y el Teatro del Norte. Pero, sin duda, lo principal es la Vieja Bolsa de Lille, el edificio grante y dorado que más llama la atención y que da cuenta de la riqueza de la ciudad. Construida en 1653, cuando Lille estaba bajo dominio español, en un flamenco renacentista. Tiene una estatua de Mercurio en su campanario, dios del comercio. Y un patio interior donde venden libros y hay gente jugando al ajedrez. Muy chulo.
6.-Place du Theatre, ópera y cámara de comercio
Detrás de la plaza de la bolsa vieja hay otra plaza muy bonita: la del teatro. Aquí llama la atención el campanario de la cámara de comercio, que habrás visto desde mucho antes y que conforma uno de los panoramas más típicos de Lille. Esta nueva cámara de comercio sustituyó a la vieja, y fue construida en 1921 en un estilo neoflamenco. Su campanario llega a los 76 metros. En la plaza podrás ver, además, la Ópera de Lille, que se me asemejaba mucho a la de Montpellier, Fue construido en 1913, ya que la anterior se había quemado en un incendio.
7.-Catedral de Notre Dame de la Treille y Viejo Lille
La catedral de Lille comenzó a mitad de siglo XIX, en un estilo neogótico, y todavía está inacabada. La portada es bastante fea, en un estilo muy moderno, pero otros rincones son más bonitos. Se abre a la plaza de Arnauld Chillon, donde es un buen lugar para tomar algo. Todo este barrio es el antiguo centro de Lille, con edificios muy típicos. Aquí, la calle Rue de la Monnaie es la principal, donde está el Hospicio de la Comtesse, un hospital medieval convertido en museo. También acércate a la Plaza du Lion d’Or, con edificios muy bonitos.
7.-Pastelería Meert o Aux Merveilleux de Fred
En la calle Esquermoise, cerquita de la Grand Place, está esta pastelería de gran renombre, considerada la primera de toda Francia, que abrió sus puertas en 1761 y es todo un reclamo turístico. Está llenísima de gente, con colas, y unos productos buenísimos. Tiene un salón de té con unos cristales muy chulos donde era casi imposible tomar una foto, de la gente y de la seguridad que había. Si prefieres otro sitio más popular donde tomar pasteles, prueba los de la Aux Merveilleux de Fred, en la Rue de la Monnaie. Una cola larguísima pero que iba rápido, con unos pasteles típicos que todo el mundo llevaba. ¡Deliciosos! Y no te olvides de pasar por la calle Rue des Vieux Murs, muy típica, y la Place aux Oignons.
9.-Ciudadela de Lille
Por último, en Lille visitamos ya al atardecer, la ciudadela de Lille, construida en el siglo XVII en forma de pentágono y reforzada por Vauban. Numerosos bastiones, puertas reales, fosos… un espacio muy chulo y donde la gente venía a hacer picnic o a pasear.
10.-Excursión a Kortrijk
Incluyo aquí la excursión a Kortrijk, donde mi hermano estudiaba, y que nos sirvió de base para recorrer todas las ciudades de Flandes. Llamado Courtrai en francés, y puedes encontrarlo como Cortrique en español, la ciudad es flamencoparlante y la verás más comúnmente como Kortrijk. Kortrijk fue el lugar de la Batalla de las espuelas de oro, en la que los flamencos (sobre todo, los brujenses), derrotaron a los franceses y sus ansias conquistadoras de Flandes. Kortrijk tiene unos 80 000 habitantes y es una de las principales ciudades universitarias de Bélgica, por lo que el ambiente estudiantil es muy bonito.
Lo más bonito de Kortrijk es pasear por el río Lys y el Broelkaai, y contemplar las torres Broeltorens y su puente, del siglo XIV. Es un recorrido muy bonito, decorado con flores y que da un ambiente muy acogedor. Tienes que visitar la Iglesia de Nuestra Señora de Kortrijk, y sobre todo, la plaza principal del pueblo, la Grote Markt. Aquí verás la torre del campanario (Belfort), el Ayuntamiento, el palacio Roeland, la Iglesia de San Martín, y también puedes acercarte al beguinaje de Kortrijk. La calle Steenstraat es una de las principales de Kortrijk. Tampoco puedes perderte el Teatro Real, en un estilo holandés muy bonito. Un pueblo muy chulo que merece una visita.
¿Te han sorprendido Lille y Kortrijk?
