El istmo de Curlandia y PALANGA, la costa lituana

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En el istmo de Curlandia está la colina de las brujas; y en Palanga, el mayor centro turístico de Lituania

Si observas la costa de Lituania, verás que sobresale una lengua de tierra que encierra una laguna. Esta es la restinga o istmo de Curlandia, una barra arenosa de casi 100 km, que es compartida entre Rusia y Lituania. Esta característica formación, en un mar muy poco profundo, ha hecho que la arena se acumule formando grandes dunas y humedales, y por el propio clima de la región, la existencia de grandes bosques. Todo ello lo hace un paraíso natural para las aves y otros animales, así como para los sentidos y un lugar de gran belleza que lo convierte en un lugar turístico de primer orden.

Smiltyne
Istmo de Curlandia
Juodkrante
Smiltyne

La restinga está atravesada por solo una carretera, pero la frontera ruso-lituana está cerrada. Cuando visité Kaliningrado en 2019 me quedé con muchas ganas de conocer este espacio, pero las conexiones desde la ciudad rusa eran muy confusas y no está bien preparado (si decides hacerlo desde aquí, tendrá que ser pasando por Zelenogradsk). Así que lo dejé para cuando visitara Lituania, y fue un acierto: visitar el istmo de Curlandia es muy fácil desde Klaipeda y, además, muy barato. Existen dos puertos que cruzan desde Klaipeda a Smiltyne, el pueblo de más al norte. Uno es el puerto nuevo, donde puedes cruzar el coche en el ferry; y justo en el centro de la ciudad está el puerto viejo, donde puedes ir a pie o en bici.

Juodkrante
Amber Bay, Juodkrante
Smiltyne
Juodkrante

Visitar el istmo de Curlandia en coche es caro: el ferry vale más, y una vez en la restinga tienes que pagar unas tasas que encarecen el viaje (y debes inscribirte antes en el registro). Por todo ello, lo mejor es ir andando desde el centro de Klaipeda hasta el puerto viejo, que está justo enfrente del castillo. Únicamente vale 1.50 €, tanto si llevas bici como si vas a pie. Por cierto, el mejor sitio para alquilar bicis en Klaipeda es Du Ratai, muy cerquita. Pues bien, te subes al barco (no es necesario reservar) y en unos pocos minutos ya estarás en Smiltyne. Aquí tienes los horarios: https://keltas.lt/en/

Puerto de Klaipeda
Puerto de Klaipeda
Puerto de Klaipeda
Puerto de Klaipeda

A la llegada, hay un par de restaurantes pequeños, pero no hay gran cosa. Verás una parada de autobús, que puedes coger para desplazarte a otros puntos de la restinga (yo lo hice así y es muy cómodo y barato, creo que valía 2 €). O ir en bici si la has alquilado. En Smiltyne puedes visitar el famoso Museo del Mar, con un acuario y otras colecciones muy interesantes, y también ir hasta su grandísima playa (en lituano: Smiltynės Paplūdimys). En el istmo, las mejores playas son las del oeste, las que dan al Mar Báltico. La costa del este, que da a la laguna, es pantanosa y no hay playas como tal. El paseo entre el puerto de Smiltyne y la playa fue agradable, discurre el camino por un bosque muy chulo.

Smiltyne
Smiltyne
Smiltyne
Smiltyne

Precisamente uno de los atractivos del istmo de Curlandia es ver los bosques, que por el viento marino están inclinados y ha dado lugar a que lo llamen el bosque danzante. Yo desde aquí tomé el bus y me bajé en la parada de la Bahía del ámbar (Amber Bay o Gintaro įlanka), que ya pertenece a Juodkrante. Puedes ver los horarios de los autobuses aquí: https://www.autobusubilietai.lt/en/popular-bus-routes/smiltyne-juodkrante Juodkrante quiere decir “costa negra”, y era uno de los lugares donde se encontraba más ámbar desde antaño, y que en el siglo XIX fue un auténtico boom. Hoy Juodkrante es un pueblo pesquero, y muy pintoresco, con casas de madera entre bosques.

Juodkrante
Amber Bay, Juodkrante
Juodkrante
Bosques en el istmo de Curlandia

Seguí hacia el sur, paseando por un camino lleno de esculturas que se conoce como Tierra y Agua, abierto en 2002 y que contiene 31 esculturas. Fue un paseo muy relajado, donde disfruté muchísimo del sol y de la tranquilidad, además del bonito paisaje. En este pueblo también puedes visitar el llamado faro de Juodkrante, o su playa (al oeste). El lugar es muy frecuentado por turistas alemanes, que tenían sus residencias hace décadas aquí, y que vienen de veraneo. Pero, sin duda, uno de los lugares más chulos es visitar la colina de las brujas (Hill of Witches o Raganų kalnas). Lituania tiene el honor de ser considerado el último lugar europeo que fue cristianizado (siglo XIV), y su tradición pagana pervive en la cultura. En 1979 se inauguró este parque con más de 70 esculturas de madera, que representan a estos personajes, donde la creencia popular dice que brujas y demonios celebraban fiestas en esta colina.

Juodkrante
Hill of Witches, Juodkrante
Hill of Witches, Juodkrante
Juodkrante

Puedes continuar hasta Nida, que es el principal asentamiento del istmo. Nida era otro pueblo de pescadores, pero que cuando estaba bajo dominio pruso era frecuentado por artistas y pintores de paisajes. En la época soviética se convirtió en un lugar reservado para la élite comunista, de entrada controlada. Hoy es un lugar todavía elitista, donde puedes ver la gran duna de Parnidis, el faro de Nida, la iglesia de Santa María, o un complejo etnográfico. Yo no pude ir porque no me alcanzaba el tiempo y quería visitar otra localidad muy turística, algo más al norte: Palanga.

Juodkrante
Juodkrante
Juodkrante
Smiltyne

Palanga se encuentra en el continente, a unos 10 km de Klaipeda. Es el mayor centro turístico de Lituania, gracias a sus 18 km de playas y dunas y, para os hagáis una idea, fijaos que el tercer aeropuerto lituano está aquí: el Aeropuerto de Palanga es el tercero del país, aunque solo tiene conexiones con algunos destinos del norte, principalmente británicos y escandinavos. La leyenda dice que en Palanga había un santuario pagano al pie de una colina, donde la sacerdotisa Birute cuidaba el fuego sagrado. El Gran Duque de Lituania, atraído por la belleza de Birute, vino a tomarla y casarse con ella, aunque ella había prometido a los dioses ser virgen. La tomó por la fuerza y la llevó a su corte en Trakai, pero Birute lo asesinó y regresó a Palanga, donde continuó sus quehaceres hasta que murió, y fue enterrada en la colina que lleva su nombre.

Jardines de Birute, Palanga
Jardines de Birute, Palanga
Palanga
Palanga

En esta colina se encuentra actualmente el Parque Birute, el mayor reclamo de Palanga. Un lugar muy bello y cuidado, con lagos y jardines que me encantó, además de por la historia. Aquí se encuentra el Museo del ámbar, situado en el edificio del Palacio Tiškevičiai, con una gran colección de joyería. Este fue construido en 1897 por un arquitecto alemán en un estilo neorrenacentista, para la familia noble de dicho apellido. Lo completó un jardinista francés con unos bonitos jardines, que se popularizaron como un lugar de conciertos, y fue convertido en un jardín botánico en 1960. Situada en el camino del ámbar, que iba desde San Petersburgo hasta Venecia, Palanga fue siempre un importante centro comercial dedicado a este producto.

Palacio Tiškevičiai, Palanga
Palacio Tiškevičiai, Palanga
Palacio Tiškevičiai, Palanga
Ámbar en Palanga

Desde este lugar me fui al centro de Palanga. Habitada desde hace milenios por los curonios, estos tuvieron que luchar contra dos órdenes militares: al sur, los teutones; y al norte, los livonios. En el Tratado de Melno, aunque Klaipeda seguía siendo para los teutones, Palanga pasó a formar parte del Gran Ducado de Lituania. El auge de Palanga como centro de veraneo fue ya en el siglo XIX, con conexiones de ferry con la letona Liepaja, también en la costa curonia. En 1919, tras la I Guerra Mundial y la independencia de las repúblicas bálticas, Palanga fue incluida en la gobernación de Curlandia, dentro de Letonia, pero un par de años más tarde se firmó un acuerdo entre Letonia y Lituania y volvió a esta última.

Palanga
Palanga
Palanga
Palanga

Palanga es un bonito pueblo de veraneo, con casas de madera muy coloridas y típicas. Pasear por sus calles fue muy bonito y se respiraba un aire agradable y tranquilo. Una de sus casas históricas es la antigua farmacia (Gintarine vaistine) establecida a mediados de siglo XIX. También puedes ver el parque de las esculturas, justo al lado de la sala de conciertos Kurzal. También está por aquí la Iglesia de la Asunción de la Virgen María, de 1906.

Palanga
Parque de las esculturas de Palanga
Kurzal, Palanga
Palanga

Pero, sobre todo, lo mejor es recorrer la calle Basanaviciaus gatve, que está repleta de puestecillos de todo tipo, incluyendo ferias y puestos para comer. Un lugar muy alegre, que me recordó a las ferias de aire soviético como las atracciones de Tyumen, y lleno de gente. Acaba en el muelle de Palanga, donde está la fuente de Jurate y Kastytis. Después ya verás la inmensa playa de Palanga, donde me llamó la atención que la gente iba a sentarse en bancos para estar simplemente al sol.

Basanaviciaus gatve, Palanga
Fuente de Jurate y Kastytis, Palanga
Muelle de Palanga
Playa de Palanga

¡Fue una delicia Palanga!

Palanga
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