Qué ver en KALININGRADO, la antigua Prusia de Königsberg
Kaliningrado es la sustitución de Königsberg y un foco de tensión geopolítico
Si observáis bien un mapa de Europa, veréis que hay un trocito en mitad del continente que pertenece a Rusia, pero está separado de ella. Pues bien, esto es Kaliningrado y aunque suene desconocido, fue una importante ciudad de Alemania y que dio a grandes filósofos como Kant.
Kaliningrado nació fundada por el rey bohemio en el siglo XIII, en una acción de ayuda a los Teutónicos que intentaban cristianizar los paganos pueblos bálticos. Su nombre, Königsberg, significaba “monte del rey” y perteneció siempre a Prusia, y desde que este reino potenció la unificación alemana en el siglo XIX, a la nueva Alemania. A diferencia de Gdansk, que pasó por momentos de dominación polaca, y en el periodo de entreguerras fue denominada “ciudad libre” dentro del espacio del corredor polaco, Königsberg siempre perteneció a Alemania. No fue hasta el fin de la II Guerra Mundial cuando la URSS se adjudicó este territorio y los aliados ratifican las nuevas y reducidas fronteras alemanas.
La llegada de los soviéticos fue demoledora para la ciudad. Königsberg era una ciudad muy bella y con grandes monumentos. Quedó muy destruida tras la guerra, pero encima lo que quedó en pie fue demolido por las nuevas autoridades que, por ejemplo, consideraron el histórico castillo del rey como símbolo fascista. En su lugar levantaron la casa de los soviets en su típica arquitectura… Además, la ciudad cambió su nombre por el de Kaliningrado, en honor a Mijaíl Kalinin, revolucionario fundador de la URSS y primer presidente del soviet supremo. Kaliningrado no fue incluida dentro de ninguna República Socialista Soviética de las adyacentes (ni a la de Lituania ni Bielorrusia), sino que quedó dentro de la misma Rusia, ya que era un caramelo muy estratégico, al estar en mitad de Europa y con un fácil acceso al Báltico. Es por ello que cuando cayó la URSS en 1991, esta pequeña porción de territorio siguió perteneciendo a Rusia.
Actualmente, Kaliningrado cuenta con casi medio millón de habitantes y es una de las regiones más tensas de Europa. Su aislamiento del resto de Rusia se ve agrandado porque Polonia y Lituania, los dos países con los que comparte frontera, entraron a la OTAN y la UE. Por esa razón, para defender este territorio y por ser una avanzadilla en el continente europeo, Rusia ha desplegado unos misiles nucleares en Kaliningrado y ahora la ciudad es una sede de todo tipo de armas, preparada para ser la punta de lanza con la que Rusia y la OTAN se desafían. Mientras tanto, Rusia trata de incentivar el desarrollo en Kaliningrado, en gran parte para paliar las diferencias de desarrollo con sus vecinos polacos y lituanos, que ya están en la UE; y evitar sentimientos nacionalistas o antirrusos. Rusia quiere convertir a Kaliningrado en la Hong Kong del Báltico, y prueba de ello es la gran industria que hay en la ciudad: armamentística, automovilística, electrónica…
Mi impresión de Kaliningrado fue extraña. Me pareció increíble constatar las diferencias (arquitectónicas, culturales, calidad de vida) que se dan en muy pocos kilómetros. Entrar en Kaliningrado fue como transportarse a una ciudad rusa cualquiera, con avenidas gigantes y medio desiertas, carreras de coches, cables eléctricos para el trolebús, edificios desconchados, grandes carteles de publicidad, pasos subterráneos en vez de pasos de peatones… A veces me recordaba mucho a Tiraspol, en Transnistria; otras veces lo hacía a cualquier ciudad siberiana como Ekaterinburgo o Novosibirsk. Pero, en cualquier caso, era como una burbuja que nada se parecía a Polonia o Lituania. Verdaderamente, la ciudad no me gustó demasiado. Quería ir por conocer cómo es la vida en una región tan tensa geopolíticamente, tan desconocida, y que antaño había sido importante y bella. Aunque tiene algún punto bonito, en general es una ciudad con mucha contaminación (era asqueroso respirar de tanto humo de coche), sin acondicionar, sin un centro neurálgico, muy desparramada. Aquí te cuento qué visitar si decides venir a Kaliningrado.
1.-Catedral de Königsberg y tumba de Kant
Este es el “centro” histórico de la ciudad. Se trata de una pequeña isla donde antes, además de la catedral, estaba el centro de la ciudad. Gótica del siglo XIV., tras la guerra quedó mitad destruida, tras un bombardeo británico que destruyó gran parte de la ciudad, y no fue restaurada hasta 1992. Aunque antes era de culto luterano, ahora es una sala de conciertos. Hay que pagar entrada. Esta parte sí es bastante bonita, y tiene unos jardines muy grandes por los que pasear o descansar. En el siglo XVI se fundó la Universidad Albertina y Königsberg fue un centro intelectual destacado. Aquí nació y estudió el gran filósofo Kant, quien fue enterrado en un primer momento en la catedral, pero en el siglo XIX se sacó a un mausoleo adyacente. Para acceder a la isla puedes hacerlo por el puente de la luna de miel (en el este), o por unas escaleras que bajan por la avenida Lenin (por el oeste).
2.-Pueblo pesquero: Rybnaya derevnia
Atravesada por el Río Pregel o Pregolya, en esta parte de Kaliningrado se situaba una calle donde se vendía el pescado antiguamente. Lo que hay ahora es reciente y de nueva construcción: un pueblo pesquero con bonitos edificios y un faro, que son todo restaurantes y bares. Ofrecen muchas excursiones para subir en barco y dar un paseo por el río, pero no le vi nada especial. Entre el pueblo y la isla de la catedral se encuentra la sinagoga. Siguiendo el paseo hasta la Avenida Lenin puedes ver el Museo de Bellas Artes.
3.-Museo del océano
Aquí puedes visitar submarinos y subir dentro de ellos, además de varios acuarios. Puedes ver el barco de investigación Vitazh. Esta zona parece que la están reformando y pronto la convertirán en algo destacado.
4.-Casa de los Soviets
Emplazada en la Plaza Central, donde antiguamente se situaba el Castillo de Königsberg que los soviéticos demolieron. Hecho todo un solar, levantaron esta casa de los soviets, que parece un robot enterrado. Para más inri, estuvo a medio hacer hasta 2002, cuando se terminó. Cerca de aquí, yendo hacia la catedral, verás el monumento a la marina báltica.
5.-Puerta del Rey (Korolevskiye vorota)
En el siglo XIX, Königsberg estaba rodeada de una muralla con siete puertas, y la del Rey era la más bonita de todas. De estilo neogótico, esta data de 1850. Construida en ladrillo, sus estatuas representan al rey de Bohemia Otakar II, fundador de la ciudad; Federico III, coronado en Königsberg como primer rey de Prusia; y a Alberto de Brandenburgo, fundador de la Universidad Albertina.
6.-Museo del ámbar, puerta Rossgarten y alrededores
El museo acoge la exposición de ámbar más grande de Rusia, y junto con el de Gdansk, las más grandes de Europa. Aquí fue donde se izó la bandera roja cuando los soviéticos tomaron la ciudad. A su lado está la puerta Rossgarten, otra de las siete de la ciudad. Al norte está la iglesia de Alexander Nevski. Al oeste se abre el Lago Verjnem, con un paseo bastante bonito. En este lago, a la orilla por el noroeste puedes ver una casa invertida (al estilo de la que hay en VDNKh, en Moscú), una atracción para los niños. Siguiendo la avenida Chernyajovskogo, verás el mercado central. Esta parte ya se parece más a una ciudad concurrida, aunque no es la histórica, sino la posterior soviética.
7.-Plaza de la Victoria
La plaza de la Victoria es el nuevo centro de Kaliningrado. Esta parte sí está arreglada y la han hecho más bonita. En el centro de la plaza hay una columna triunfal, que me recordó a la que hay en San Petersburgo (aunque no tienen nada que ver). Aquí se encuentra la Iglesia del Cristo Salvador, terminada en 2006, muy parecida a la de Ekaterinburgo. Cerca de aquí puedes ver la Fuente de Schiller (hacia el oeste, un par de calles); y hacia el sur, por la Avenida Lenin, está el monumento a la Madre Patria.
8.-Iglesia de la Sagrada Familia
En la parte sur de la ciudad se encuentra la Dom Iskusstv, una sala de conciertos presidida por Lenin; la Iglesia de la Sagrada Familia, muy conocida en Kaliningrado, que ahora es otra sala de conciertos. Más abajo se encuentra el (bastante feo) memorial de la amistad polaco-soviética.
9.-Puerta de Brandenburgo y estatua de Kalinin
Esta puerta es la única que sigue siendo una “puerta” en el sentido de que el tráfico pasa por debajo de ella. Cerca de aquí tienes la estatua de Kalinin, del que deriva el nombre de la ciudad; y las estaciones de tren y autobús. Aquí hay un McDonald’s, por si te hace falta.
10.-Excursión al istmo de Curlandia (Curonian Spit)
La excursión más bonita de Kaliningrado es visitar el istmo de Curlandia. Se trata de una restinga arenosa compartida entre Lituania y Rusia, donde hay extensas playas de arena y bosque. Es particularmente famoso el bosque encantado, donde los troncos están curvados. Quería ir, pero no tuve más tiempo, así que lo dejaré para otra visita desde Lituania (que tiene mejores accesos y servicios).
Cómo llegar a Kaliningrado y dónde dormir
El Aeropuerto de Jrabrovo (KGD) conecta a Kaliningrado con Moscú (los precios suelen ser asequibles) y con otras ciudades europeas. Para llegar al aeropuerto, toma el bus 244-Э desde la estación de autobuses, el precio apenas es 1 €. Suelen salir cada 40 minutos. Desde España, volar a Kaliningrado puede ser bastante caro y se necesitan escalas. De Kaliningrado a Moscú sí fuimos en avión con Ural Airlines (45 €) para evitar salir y entrar de Rusia, y viajar solo con visado de una entrada. Para más información sobre el visado, visita este artículo.
Nosotros llegamos a Kaliningrado procedentes de Polonia. Hay autobuses que salen directos desde Gdansk a Kaliningrado y esos son relativamente fáciles de encontrar. Mira en www.ecolines.net para hacerlo más fácil. Para hacerlo desde otra ciudad polaca, mira en la web de la estación de autobuses de Kaliningrado: www.avtovokzal39.ru Nosotros salimos de Malbork, tomamos un tren a Elblag, y desde allí cogimos un autobús que habíamos comprado por dicha web. El precio era muy barato, salimos a unos 4-5 €.
Nos alojamos en el Hostel Molodezhnyy, por 16 € una habitación cuádruple. El edificio es un bloque soviético destartalado, como todos, pero por dentro estaba bien y el dueño era muy amable. No está en el centro pero se puede llegar en poco tiempo.
