Las claves de MOSCÚ, los mejores sitios que ver
Moscú, una ciudad clave. Con más de 12 millones de habitantes, la capital de Rusia y una de las ciudades más importantes del mundo es uno de los destinos clave para cualquier viajero. Moscú respira historia. Moscú es diferente y sólo puede encontrarse aquí. Moscú es Moscú.
La ciudad más emblemática de Rusia tiene tal patrimonio histórico-artístico que se necesitan varios días para saborearla. Y aun así, siempre te dejará con ganas de más. En este artículo os contaré mis impresiones sobre Moscú, ciudad en la que he estado en 2015, como final del viaje que empezó en San Petersburgo; en 2016, lugar de inicio de la aventura del Transiberiano; en 2017 como escala para ver la ciudad en invierno; y en 2019 otro par de días como escala antes de ir a Azerbaiyán.
El metro de Moscú
Inaugurado en 1935, el metro de Moscú es conocido como el palacio subterráneo. En primer lugar, he de decir que aunque la fama mundial la tiene el metro de Moscú, para mí fue mil veces más bonito el de San Petersburgo. Dicho esto, el de Moscú también lo es, pero ya me sabía a menos después de haber visto el otro. Lo noté mucho más anticuado y un pelín más sucio. A pesar de esto, los mosaicos de azulejos y las grandes salas coronadas con lámparas de araña son bastante bonitas. La estación más bonita es la de Kievskaya.
Consulta cómo coger el metro ruso en este artículo.
Tverskaya
La calle Tverskaya es una de las arterias de Moscú. Se trata de una gran avenida que fluye desde Okhotny Riad hacia el norte, paralela al Teatro Bolshói. Es una calle comercial, que no cuenta con ningún atractivo y por donde los coches van exageradamente rápidos. Al este de esta calle, en el barrio de Teatralnaya, sí que hay interesantes calles peatonales con jardines y cafés para entretenerse. Fue un paseo bastante bonito y relajado.
Kitay Gorod
Kitay Gorod es un barrio situado al este del Kremlin. Sobre un terreno entre colinas, antiguamente era un barrio de artesanos y comerciantes. Actualmente, es una zona bastante bonita y tranquila, residencial, y es el barrio donde están la mayoría de las embajadas. También está aquí la plaza de Lubyanka, antigua sede del KGB y donde ahora se suelen hacer todas las protestas y manifestaciones. El barrio es un buen sitio para encontrar supermercados, bancos y bares. ¡Es imprescindible tomar un vodka en Moscú! Nos pareció muy acogedor.
La calle Varvarka se encuentra al sur de Kitay Gorod, y paralela al Río Moscova, conecta con la Plaza Roja. Es una calle que merece una visita, ya que en ella se pueden ver varias iglesias seguidas. Empieza con la Iglesia de Todos los Santos, situada a los pies de un parque, y se va subiendo una colina viendo las iglesias de San Jorge el Victorioso y el Icono de Nuestra Señora, entre otras. También la calle Ilinka ofrece un bonito paseo hasta la Plaza Roja, con varios edificios típicos; al igual que la calle Nikolskaya. Esta última recientemente le han puesto unas luces que están muy bonitas.
Teatro Bolshói
Al norte de la Plaza Roja se encuentra este magnífico teatro, que tantas veces había visto en fotografías cubierto de nieve, y símbolo de la gran cultura de la danza rusa. Fue construido en el siglo XIX, y durante la URSS fue utilizado como espacio de político del partido comunista. En 2016 nos alojamos en un hotel muy cerca de aquí, el Matreshka, entre el Bolshói y Lubyanka. El teatro está frente a la Ploschad Revolutsii, una plaza que conecta con Okhotny Riad y la Plaza Roja. Hay bastante vida por esta zona.
La Plaza Roja
Símbolo de Moscú y de toda Rusia, la Plaza Roja deriva su nombre de Krasnaya Ploschad, que aunque quiere decir ese mismo significado, antiguamente Krasnaya Ploschad significaba “plaza bonita”. Llegar hasta aquí, en mi primer viaje a Rusia, marcaba la meta final del viaje. Allí estábamos, pisando aquel lugar tan emblemático y que ha visto tantos desfiles y acontecimientos históricos. En 2015 la encontramos llena de gradas, pues a finales de agosto se celebraba un festival de desfiles militares y danzas típicas. Si bien esto restaba visibilidad y nos impidió ver la inmensidad de la plaza, aportaba otra experiencia, al ver allí las tiendas de campaña militares, ver las pantallas gigantes y escuchar la música. ¡Era como revivir un desfile! Además todo estaba lleno de puestecillos de souvenirs, embutidos, comida…
En 2016 visité la ciudad a principios de agosto, y la plaza estaba vacía, con lo que sí pude constatar su gran tamaño y lo pequeña que queda la Catedral de San Basilio al fondo. En 2017 en Navidad, encontré la Plaza Roja con un encanto especial.
Era la estampa perfecta para pensar… aquí empieza una aventura.
En la Plaza Roja se encuentran diversos puntos de interés. Uno de ellos es la galería GUM, que fue hasta hace poco donde se repartían las cartillas de racionamiento, y donde se filmaban las imágenes de desabastecimiento en los supermercados. Hoy en día, es un centro comercial de lujo, que contiene grandes marcas y exposiciones, y por fuera está adornado con miles de bombillas. Y aunque quizá sea el lugar más caro de toda Rusia, no impidió que cenásemos en su puerta… ¡los precios seguían siendo baratos!
También se encuentra el Museo Estatal de Historia, contruido en el siglo XIX. Es un bello edificio de ladrillo rojo con estrellas en sus puntas y que preside la Plaza Roja. A su lado, se sitúa la puerta de entrada a dicha plaza, la Puerta de la Resurrección, frente a la cual está el Kilómetro 0 de las carreteras de Rusia. Aquí mucha gente lanza monedas hacia atrás como símbolo de suerte. Pegado a ello está la Catedral de Kazán, que fue totalmente reconstruida en 1993 después de que Stalin la mandara derribar. Desde aquí se enlaza con la Calle Nikolskaya que conecta con Kitay Gorod y la Plaza de Lubyanka.
El mausoleo de Lenin es una estructura con forma de pirámide, coronada con el nombre de LENIN en cirílico. La visitamos en 2015, tras hacer una larguísima cola que llegaba hasta Alexandrovsky Sad (abre a las 10, pero deberías estar allí a las 9 para empezar a hacer cola). La entrada es gratuita, y lo recomiendo totalmente. Hacen un exhaustivo control de seguridad, y está totalmente prohibido tomar fotografías. En su interior, se puede ver la momia de Lenin, quien me pareció bastante bajito. Antes de entrar se pasa por un camino en el que hay bustos de antiguos dirigentes. Entre ellos está Stalin. Sorprende la adoración a Lenin y lo apartado que tienen a Stalin. Se nota quién es más querido…
Catedral de San Basilio
A menudo confundido con el Kremlin, la postal más típica de Rusia es una Catedral en honor a San Basilio, y no es un edificio gubernamental. Fue construida por mandato de Iván el Terrible para celebrar la conquista del kanato de Kazán en el siglo XVI. Sin duda, es preciosa, pero más que nada por la carga psicológica que lleva implícita, por estar allí, por ser diferente, por ser un icono. La belleza de sus cúpulas, todas diferentes, deslumbra y nunca reparé hasta que estuve allí en que sus paredes son de ladrillo visto, lo que me parecía algo barato.
El interior de la Catedral me pareció muy bonito, si bien es verdad que cuando entré, era la primera catedral rusa que había visto (las del Kremlin o Sergiev Posad le dan mil vueltas). Aun así, me gustó recorrer sus pasillos, que debido a su curiosa forma son como laberintos. Debajo de cada cúpula se ubica una capilla, por lo que se puede ir bordeando la Catedral visitando sus capillas y rompiéndote el cuello para ver sus altos techos. Dentro de la Catedral también hay espacio para piezas y objetos de alto valor histórico, como iconos y libros medievales, y demás tesoros rusos.
Kremlin de Moscú
El Kremlin de Moscú es la razón de ser de la ciudad. Se trata de un recinto amurallado junto al Río Moscova, bordeado por la Plaza Roja y los jardines de Alejandro, que contiene cuatro palacios y cuatro catedrales. Para entrar, hay que comprar los tickets en las oficinas en Alexandrovsky Sad, y de ahí irse hasta la entrada que está un poquito más afuera. El Kremlin es imprescindible en la visita a Moscú. Es un espacio relajado, aunque tienes que caminar por los sitios habilitados. Por ejemplo, no se pueden cruzar ciertas calles y todo está lleno de guardias.
Con orígenes en el siglo XIV, ha sido siempre la residencia de los dirigentes de Rusia, desde el príncipe de Moscú hasta los zares (antes de mudarse a San Petersburgo). La plaza principal es la que se ubica en medio de las catedrales de la Asunción, iglesia de Nuestro Salvador, Catedral de San Miguel, campanario de San Iván, Catedral de la Anunciación, Iglesia de la Deposición del Manto de la Virgen… Además, se encuentra el Cañón del Zar y la Campana.
El interior de las catedrales es muy bonito, aunque a mí personalmente me gustaron más las de Sergiev Posad. Todo está lleno de frescos, tumbas, dorados e iconostasios. No se permite fotografiar el interior. Y hay bastante gente en todas ellas, a menudo hay que hacer colas para entrar, y hacerlo es un poco agobiante.
En el Kremlin también se ubican los edificios usados como residencias oficiales de los actuales dirigentes de la Federación Rusa. Incluye el Gran Palacio del Kremlin o el Senado. La muralla del Kremlin también es algo de admirar. La más famosa es la Torre del Salvador (Spasskaya) o del Reloj que da a la Plaza Roja.
Alexandrovsky Sad
Los jardines de Alejandro bordean el Kremlin por la parte noroccidental de éste. Se trata de un espacio para relajarse, muy acogedor, en el que hay familias y parejas sentados en bancos o en el césped, es un ambiente muy tranquilo. Además, aquí se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido, con una llama eterna que es custodiada por los guardias rusos. A su lado, una larga fila de monumentos a las ciudades heroicas se sucede. Leningrado, Stalingrado, Sevastopol… y todos los nombres de ciudades sitiadas en la II Guerra Mundial. ¡Cuidado con sentarse ahí, te gritarán los guardias si lo haces!
Justo aquí se encuentra el Okhotny Riad (la fila del cazador), que además de ser una parada de metro, es un centro comercial de varios pisos y el lugar más céntrico de Moscú. Hay varios restaurantes donde comer (en el piso más bajo), así como todo tipo de tiendas. Comer en sus terrazas puede ser una muy buena opción, con las vistas de las fuentes que se encuentran enfrente, aunque suele estar bastante saturado de gente.
Barrio de Arbat
El barrio de Arbat era la zona más bohemia de la ciudad, un lugar de pintores, músicos y escritores. Digo “era” porque actualmente es una zona turística más. Para mí no tuvo ningún valor más allá de un paseo tranquilo, donde comprar en los cientos de tiendas que hay, visitar mercadillos de antigüedades y descubrir otra parte de la ciudad bajo la presencia del imponente Ministro de Asuntos Exteriores Ruso.
En el camino se pueden ver algunos edificios bonitos, como el que hace esquina en la calle Vozdvizhenka con la Biblioteca de Lenin, y las vistas hacia la Catedral del Cristo Salvador. Además, en esta misma calle, más cercana a la Plaza de Arbat, está la Casa de la Amistad, un ejemplo del modernismo ruso.
La plaza de Arbat es una gran plaza que sirve de conexión entre la calle del viejo Arbat (stari Arbat), una calle peatonal con tiendas y bares; y Novy Arbat (Nuevo Arbat), una avenida con grandes edificios, cines, pantallas gigantes, etc. Me pareció un Picadilly Circus a la rusa.
Aquí en Arbat, pasamos un momento de “miedo” por pecar de ignorantes. Íbamos Irene y yo por la calle, y de repente vinieron dos tipos disfrazados de animales a saludarnos y se echaron una foto con nosotros. La sorpresa fue ver que después nos pidieron dinero, y no poco precisamente. Me negué a darles nada, y fueron siguiéndonos. De repente uno de ellos se tocó la muñeca y empezó a sacarse algo… pensé que se iba a sacar una navaja. Lo que sacó fue un fajo de billetes bien gordo, mientras seguía pidiéndome 200 rublos. Al final, le di 30 y se tuvo que conformar.
Catedral del Cristo Salvador
Al sur de Arbat, entre este barrio y el Kremlin, se sitúa la Catedral del Cristo Salvador, otro de los símbolos de Moscú. Lugar de la más importante catedral construida en el siglo XIX, fue demolida en tiempos soviéticos y flamantemente inaugurada en el 2000. Actualmente, este templo de mármol blanco de los Urales es la catedral de referencia de Moscú para la ortodoxia rusa. Es una zona muy bonita y limpia. Las vistas de este sitio de noche son espectaculares, sobre todo el puente que cruza el río (Patriarshy Most) y desde donde se obtienen unas vistas muy bonitas del Kremlin iluminado.
Universidad Estatal Lomonosov
La más antigua e importante universidad de Rusia data del siglo XVIII. Fue fundada por Mijaíl Lomonosov, un gran científico multidisciplinar, que es considerado el padre de la Geografía rusa. La imponente Universidad de Moscú se sitúa cercana a Vorobyovy Gory, o el cerro de los gorriones, en el sector suroccidental de Moscú, cruzando el río. La parada de metro de Universitet es la más cercana, y tiene un aspecto terrible. Está situada como en un suburbio de esos que quieres que no se te haga de noche. Aún así, el camino hasta la Universidad es largo, pero merece la pena. Hay que ver el edificio desde sus dos fachadas, y contemplar la cantidad de ventanas, estatuas, jardines… Me gustó mucho este sitio. Además, me recordaba a muchos videoclips rusos que se han grabado aquí.
Izmailovo
Una de las excursiones más bonitas que puedes hacer estando en Moscú es coger el metro e ir hasta el municipio cercano de Izmailovo. El motivo es visitar el Kremlin de Izmailovo, que parece sacado de un cuento de fantasía. Para ello, bájate en la estación Partizanskaya, no en la de Izmailovsky. Este lugar es un recinto artificial (no es un lugar histórico) pero sí es digno de ver: puedes pasear por el gran mercadillo (buenos precios), comer en sus restaurantes, y una vez dentro del reciento central, visitar todos los establecimientos. Hay museo del vodka, del chocolate… Sin duda es una excursión curiosa y que te permitirá hacer compras y ¡echarte unas fotos chulas!
VDNKh y Museo de la Cosmonáutica
En la parte norte de la ciudad se encuentra el Museo de la Cosmonáutica, un interesante museo donde conocer curiosidades sobre el mundo aeroespacial ruso y soviético. Fuera está el monumento a los conquistadores del espacio, rodeado de cosmonautas entre los que destaca Yuri Gagarin, el primer astronauta.
Monumento a los Conquistadores del Espacio
Además, desde aquí se avista el Hostel Cosmos, con su estructura típicamente soviética, y un monumento enorme a dos campesinos revolucionarios.
El VDNKh es un espacio construido como el Centro Panruso de Exposiciones. Kruschev mandó construir este parque para mostrar los logros económicos, científicos y tecnológicos de la Unión Soviética. Actualmente, los diversos pabellones actúan de tiendas, bares, museos o zonas de juegos. Considero que es indispensable en un viaje a Moscú, pues aporta una visión de museo al aire libre de antiguos tiempos soviéticos. La entrada es gratuita. También hay fuentes recargadas de esculturas cubiertas en oro, y la multitud de símbolos comunistas, unido a las canciones soviéticas que se escuchaban por los altavoces hacían una experiencia como de un viaje al pasado.
El sitio está muy concurrido y lleno de familias con sus niños, los cuales van en bicicletas alquiladas, en cochecitos… también hay una feria al lado. Es un largo paseo. Al fondo se ubica una exposición del cohete Vostok, donde viajó Yuri Gagarin, un helicóptero, un avión caza y un Yak-42. Fue genial ver todo esto.
También se encuentra una casa del revés, que es una atracción digna de visitar. Todo está pegado al techo, que es como si fuera el suelo… de tal forma que puedes divertirte echándote fotos y luego ¡dándoles la vuelta!
Por último, en todo este parque hay un gran ambiente de conciertos y vida callejera. Había muchachos que se retaban a hacer dominadas, puestos que vendían café… y puestos que recaudaban dinero para apoyar a los prorrusos que luchaban en el este de Ucrania. Allí estaban con las banderas de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, y parecía que recaudaban bastante. Su letrero ponía “para nuestros jóvenes que luchan en Novorrosiya”. Me resultó muy extraño estar allí enfrente.
Cómo llegar a Moscú
Moscú tiene tres grandes aeropuertos: Sheremetyevo, Domodedovo y Vnukovo. Yo he utilizado los dos primeros, pero desde los tres puedes tomar el Aeroexpress que te deja en diferentes estaciones de tren y metro del centro de la ciudad. Su precio (650 rublos) al cambio no es tan caro, y salen cada muy poco tiempo. En la plaza Komsomolskaya están la mayoría de estaciones de trenes de Moscú. Aquí encontrarás las estaciones de Leningradsky, Yaroslavlsky y Kazansky.