Qué ver en VILNA, la ciudad del lobo de hierro

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Aparecida en el sueño del lobo de hierro, Vilna no se puede entender sin las relaciones lituano-polacas

La leyenda dice que el Gran Duque Gediminas estaba cazando en su bosque sagrado, en la confluencia del río Vilnia con el Neris, y después de cazar un bisonte, acampó y se echó a dormir. Tuvo un sueño en el que un lobo de hierro estaba sobre una colina y aullaba muy fuerte. Gediminas pidió a su sacerdote pagano que interpretara el sueño, y este le dijo que el lobo representaba a un castillo y que debía establecer una ciudad en el sitio, la cual sería la capital de las tierras lituanas y la morada de sus gobernantes. Por ello, Gediminas fundó la ciudad de Vilna, dándole el nombre del río. Este es un símbolo romántico que está muy presente en la identidad lituana, comparable a la loba capitolina romana.

Vilna
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Vilna

Vilna fue mencionada por primera vez en el siglo XIV, en las cartas del mismo Gediminas, quien la estableció como capital del Gran Ducado de Lituania. La trasladaba así desde el castillo de Trakai, e invitaba a los alemanes a asentarse aquí. En un primer momento, la mayoría de su población fue, lógicamente, lituana, aunque por el incremento del comercio empezaron a llegar numerosos mercaderes de procedencias muy variadas, sobre todo de polacos. Las relaciones entre Lituania y Polonia se entrelazaron, dando lugar a que ambas coronas recaían en la misma persona, lo que se materializó en la Unión de Lublin, por la que se compartían los títulos de Gran Ducado de Lituania y Reino de Polonia.

Vilnius, Lituania
Vilna
Vilna

En gran medida, la corte real se asentó mayoritariamente en Cracovia e incluso la dinastía jagellónica dejó de hablar lituano, aunque conservaban el título de Duques de Lituania. A pesar de ello, en el siglo XVI el rey Segismundo II estableció su propia corte en Vilna y originó el periodo de mayor esplendor para la ciudad. Seguidamente, el rey Esteban I, con ayuda de jesuitas españoles, fundó la Universidad de Vilna, la más antigua de los Bálticos. Esto hizo que Vilna fuera uno de los referentes científicos y culturales de la región. Por aquel entonces, la población era esencialmente polaca y judía, ya que los lituanos habían quedado relegados al campo y la agricultura. Además, recibió grandes cantidades de inmigrantes de bielorrusos, ucranianos, germanos, y un sinfín de pueblos que vinieron atraídos por la universidad: latinos, hebreos, túrquicos, rutenos… Todo ello hizo que incluso fuera conocida como Nueva Babilonia, ya que era la ciudad multicultural más conocida.

Vilna
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En el siglo XVII, la República de las Dos Naciones lituano-polaca vivía un periodo de inestabilidad y Vilna fue conquistada por el Imperio ruso. La ciudad fue saqueada e incendiada, y solo se pudo reponer años después gracias al comercio de polacos y judíos, quienes la volvieron a colocar como la tercera ciudad más importante del Imperio ruso. Tras varios cambios de manos, llegó la tercera partición de Polonia en 1795 y Vilna fue efectivamente anexionada por Rusia. Le siguió la invasión de Napoleón en 1812, y los franceses fueron recibidos como libertadores, esperando que reestablecieran el Gran Ducado de Lituania. Sin embargo, la derrota de estos significó el continuado dominio ruso, certificado tras el Congreso de Viena de 1815.

Vilna
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Las ansias de autonomía se sucedían: en 1831 tuvo lugar la Revolución de Noviembre, y tras ella, la Universidad fue cerrada. Otra nueva revolución en enero de 1863 hizo que las represalias rusas se incrementaran con una mayor represión: se prohibió el polaco, que era el idioma más extendido en Lituania, junto con el propio lituano, para ser el ruso el único idioma oficial. Ya en 1905 (inspirada en la revolución rusa de ese año) se celebró una asamblea en la filarmónica de Vilnius, que demandaba mayor autonomía política lituana dentro del Imperio ruso. Llegó la I Guerra Mundial y Vilna fue ocupada por los alemanes. Tras la retirada de estos se proclamó la independencia de la República de Lituania con capital en Vilna, pero la ciudad fue enseguida ocupada por polacos y soviéticos, por lo que la capital efectiva fue Kaunas.

Vilna
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Estando Vilna bajo control soviético, estos incluso la eligieron como capital de la breve RSS de Litbel (lituano-bielorrusa). Tras la estrepitosa derrota soviética en Polonia, Vilna fue administrada por los polacos, quienes la anexionaron como un voivodato. Las autoridades lituanas establecidas en Kaunas nunca reconocieron esta anexión. Esto marcó un antes y un después en las relaciones polaco-lituanas, marcadas por la desconfianza y la traición, e incluso los propios lituanos comenzaron a mirar con cierto desprecio a Vilna, al estar muy polonizada. Bajo dominio polaco, Vilna abrió de nuevo su Universidad y la ciudad creció enormemente, convirtiéndose en una ciudad moderna y cuidada. Llegó a ser la quinta ciudad más grande de Polonia, y su gran número de población judía hizo que fuera conocida como “la Jerusalén del norte”. Vilna fue una ciudad muy dinámica que se enriqueció, en contraste con las otras ciudades lituanas que estaban más atrasadas y seguían siendo agrícolas.

Vilna
Vilna
Vilna

En 1939, con el acuerdo secreto de Molotov-Ribbentrop, la URSS invadió Polonia y se anexionó Vilna. En primer momento se estimó convertirla en la capital de la RSS de Bielorrusia, pero finalmente la entregaron al gobierno lituano a cambio de permanecer las tropas soviéticas en el país. Fue un acuerdo de amistad entre la URSS y Lituania, que ayudaba a ganar popularidad al gobierno comunista lituano. Fue entonces cuando se trasladó la capital de la nueva república socialista soviética de Kaunas a Vilna. Por su parte, en 1941 la Alemania nazi decidió invadir la URSS y ocupó Vilna. Fueron recibidos como liberadores del impuesto régimen comunista, y muchos lituanos los apoyaron, como la organización fascista Lobo de hierro. No todos ellos, pues otros muchos lituanos fueron reconocidos como héroes justos que intentaron salvarlos. Ello significó que la numerosa población judía fuera masacrada (el 95 %), además de polacos, rusos y otras minorías, estableciéndolos en guetos.

Vilna
Vilna
Vilna

En 1944 el ejército rojo reconquistó Vilna y la restableció como capital de la RSS de Lituania. La población polaca remanente fue repatriada, y a partir de los sesenta se vivió un éxodo de tierras lituanas hacia la capital: fue entonces cuando Vilna fue mayoritariamente lituana desde hacía numerosos siglos. Con la desintegración de la URSS, Lituania fue el primer país en declarar su secesión y restaurar su independencia, que fue seguido de atrincheramientos y envío de tropas soviéticas, y el derramamiento de sangre en las oficinas de radio y televisión lituanas. Desde entonces, Vilna o Vilnius es la capital de Lituania y su ciudad más poblada con más de medio millón de habitantes.

Vilna
Vilna
Vilna

Vilna es hoy un importante centro de comunicaciones, arte, moda, investigación y teconología. Es reconocida como uno de los lugares donde más se ha invertido, convirtiéndose en uno de los hub tecnológicos más importantes de la parte oriental de Europa. Su sentimiento muy nacionalista y temeroso de los rusos ha hecho que haya jugado un papel muy importante en las organizaciones militares como la OTAN. Además, turísticamente, alberga el complejo barroco más extenso del este de Europa, y del norte de los Alpes. Todo ello hace que sea una ciudad muy moderna, abierta, accesible y visitada, donde el turismo está creciendo mucho.

Vilna
Vilna
Iglesia de San Casimiro, Vilnius

Visité Vilna por primera vez en 2013, y recuerdo que llegué a una estación de bus súper cutre. Volví en 2022 y la ciudad estaba muy cambiada, y totalmente cuidada, limpia y moderna. Me gusta mucho Vilna, de hecho, creo que es la capital báltica que más me gusta. Es una ciudad muy agradable que me sorprendió mucho cuando la visité, y volvió a enamorarme cuando regresé. Vilna es ajetreada, con mucho bullicio, un aspecto muy limpio y cuidado, fue en ambos viajes un subidón. Es una ciudad que conserva un alma de pequeño pueblo, con edificios no demasiado altos y todo el centro está muy adecentado, a menudo con bellas fachadas en tonos pastel, que emana un aire ciertamente polaco. Además, destacan sus zonas verdes, y es que el 50 % de la ciudad son parques y jardines.

Vilnius de noche
Vilnius
De copas en Vilnius

Qué ver en Vilna

1.-Puerta de la Aurora

La Puerta de la Aurora (Ausros vartai) es la única puerta que se conserva de las murallas de la ciudad del siglo XVI,antes de que las derribaran los rusos. Sobre ella se construyó la capilla de la Virgen María Misericordiosa, un lugar de peregrinación, que hasta el Papa Juan Pablo II vino a rezar aquí. Es un lugar que siempre está muy concurrido, y hay que subir unas escaleras (mucha gente las sube de rodillas) para llegar hasta la sala donde está un cuadro de la Virgen sola, sin el niño, que se salvó de un incendio. Al otro lado de la puerta había un mercadillo de flores, quizá porque era el Día de la Virgen, 15 de agosto.

Puerta de la Aurora, Vilna
Puerta de la Aurora, Vilna
Puerta de la Aurora, Vilna
Mercadillo en la Puerta de la Aurora, Vilnius

2.-Filarmónica de Vilna

La filarmónica nacional lituana es un edificio muy elegante situado en la calle de la puerta de la Aurora. Esta calle tiene una plaza muy concurrida con muy buen ambiente, y también hay algunas iglesias bonitas como la Iglesia de Santa Teresa, de 1650; la Iglesia ortodoxa del Espíritu Santo, de 1839; o el Monasterio de la Santa Trinidad, del siglo XIV.

Filarmónica de Vilna
Plaza Dr. Jono Basanavičiaus, Vilna
Monasterio de la Trinidad, Vilna
Iglesia de Santa Teresa, Vilna
Iglesia del Espíritu Santo, Vilna

3.-Ayuntamiento e Iglesia de San Casimiro

El punto central de la ciudad es el Ayuntamiento, de estilo neoclásico y en una animada plaza con numerosas terrazas, cafés, bares y restaurantes (el italiano Maurizio está buenísimo). Su primera mención data del siglo XV, aunque su diseño se basa en el del siglo XVIII. En uno de sus laterales está la Iglesia de San Casimiro, barroca en tonos pastel muy bonitos, del siglo XVII. Me parece el rincón más bonito de toda Vilna. Más adelante, continuando por la plaza, verás la Iglesia de San Nicolás, ortodoxa, del siglo XIV.

Ayuntamiento de Vilnius de noche
Plaza del Ayuntamiento, Vilna
Plaza del Ayuntamiento, Vilna
Iglesia de San Casimiro, Vilna
Iglesia de San Casimiro, Vilna
Iglesia de San Nicolás, Vilna

4.-Calle Pilies

Pronto, de la plaza del Ayuntamiento sale la Calle Pilies, que es la más típica y principal de Vilna. Esta te llevará, al final, hasta la plaza de la catedral. Es una calle muy animada y llena de comercios, que al fondo está vigilada por la Torre Gediminas. En esta calle puedes ver la Casa de los signatarios en el número 26; la Iglesia de Sveta Paraskeva, o el Museo Nacional de Arte.

Calle Pilies, Vilna
Iglesia Sveta Paraskeva, Vilna
Calle Pilies, Vilna
Calle Pilies, Vilna

5.-Universidad de Vilna

La Universidad de Vilna ha sido uno de los motores de la ciudad desde hace siglos, y sigue siendo una institución que aporta mucho a la vida diaria e institucional. Dentro del complejo de la universidad puedes visitar la Iglesia de San Juan (o de los tres juanes: San Juan, San Juan el bautista y San Juan evangelista). Fue construida en el siglo XIV, reconstruida en el XVII, y rehabilitada en un estilo barroco muy bello. Además, la universidad cuenta con trece patios, de los que puedes visitar el llamado gran patio, y el patio del observatorio astronómico. Un must de Vilna.

Universidad de Vilna
Universidad de Vilna
Universidad de Vilna
Universidad de Vilna
Universidad de Vilna

6.-Palacio Presidencial

Detrás de la universidad verás el Palacio Presidencial, de estilo neoclásico, que es la residencia del presidente de Lituania. Sus orígenes se remontan al siglo XIV, y actualmente es el lugar donde tienen lugar todas las celebraciones y recibimientos oficiales. Cuando fui la última vez había una ceremonia de la OTAN allí.

Palacio presidencial, Vilna
Palacio presidencial, Vilna
Palacio presidencial, Vilna
Vilna
Palacio presidencial, Vilna

7.-Catedral de Vilnius y Palacio del Gran Duque

Al final de la calle Pilies llegarás a la Catedral de Vilnius, del siglo XIII pero restaurada en el XVI. Es el mayor templo católico de Lituania y el más importante, con su campanario separado y algo inclinado. Aquí se coronaban y enterraban reyes tanto de Lituania como de Polonia. Junto a ella está el Palacio de los Grandes Duques y la estatua a Gediminas. Gediminas era el gobernador del Gran Ducado de Lituania en el siglo XIV, cuando Lituania alcanzó su mayor esplendor, y fundador de la ciudad de Vilna. Lo puedes ver con su lobo de hierro.

Catedral de Vilnius
Catedral de Vilnius
Catedral de Vilnius
Catedral de Vilnius
Gediminas y el lobo de hierro, VIlna
Palacio del Gran Duque, Vilna

8.-Torre de Gediminas

Desde el palacio del Gran Duque, puedes recorrer sus jardines y visitar el nuevo arsenal, que ahora alberga el Museo Nacional de Lituania; y después el antiguo arsenal. Llegarás al pie de la colina del castillo, donde puedes subir en funicular o por un camino, que tampoco cuesta mucho. En lo alto se encuentra la torre de Gediminas, la única torre que se conserva de un anterior castillo, de los siglos XIII a XV. La torre es un símbolo del país, que aparece en las monedas, ya que aquí se izó la bandera lituana por primera vez como Estado independiente en 1919. Desde esta colina se puede ver la colina de las Tres Cruces y unas vistas panorámicas de la ciudad muy bonitas.

Torre Gediminas, Vilna
Vistas de Vilnius desde Gediminas
Nuevo arsenal, Vilna
Colina del castillo, Vilna
Vistas desde la torre Gediminas, Vilna

9.-Iglesia de Santa Ana e Iglesia de San Francisco y San Bernardo

Una de las vistas más bonitas que habrás visto desde la torre de Gediminas es la iglesia de Santa Ana. Para llegar a ella, atraviesa el callejón de la literatura, muy bohemio; o también visitando el Museo Galería del Ámbar. Sea como sea, llegarás hasta la Iglesia de Santa Ana, de estilo gótico tardío de finales de siglo XV. Lituania fue de los últimos países en cristianizarse debido a la fuerte influencia de los paganos en la política. Se dice que Napoléon, cuando ocupó Lituania en su lucha contra Rusia, quedó asombrado por la belleza de esta iglesia y se la quería llevar tal cual estaba a París. Al lado de esta iglesia está la de San Francisco y San Bernardo, del siglo XVI. Detrás de todo este espacio, el llamado jardín bernardino es un lugar muy bonito para relajarse. También es bonita la cercana Iglesia de San Miguel.

Iglesia de Santa Ana, Vilna
Iglesia de Santa Ana e Iglesia de San Francisco y San Bernardo, Vilna
Iglesia de Santa Ana e Iglesia de San Francisco y San Bernardo, Vilna
Jardín bernardino, Vilna
Iglesia de San Miguel, Vilna

10.-Barrio de Uzupis

Es muy interesante cruzar al otro lado del río Vilnia, al barrio de Uzupis. Es un barrio famoso por su vida bohemia, habiéndose incluso declarado independiente como República desde 1997. Tiene sus carteles de entrada y su Constitución, expuesta en placas en varios idiomas, con algunos artículos muy curiosos:

Constitución de Uzupis:

  1. Todos tienen derecho a vivir cerca del río Vilnelé y el río Vilnelé tiene derecho a fluir cerca de todos.
  2. Todos tienen derecho a agua caliente, a la calefacción en el invierno y a un tejado.
  3. Todos tienen derecho a morir, pero no es su obligación.
  4. Todos tienen derecho a equivocarse.
  5. Todos tienen derecho a ser únicos.
  6. Todos tienen derecho a amar.
  7. Todos tienen derecho a no ser amados, pero no necesariamente.
  8. Todos tienen derecho a ser insignificantes y desconocidos.
  9. Todos tienen derecho a ser perezosos y a no hacer nada.
  10. Todos tienen derecho a amar y proteger un gato.
  11. Todos tienen derecho a cuidar de un perro hasta que uno de los dos se muera.
  12. Un perro tiene derecho a ser un perro.
  13. Un gato no está obligado a amar a su dueño, pero le debe ayudar en los momentos difíciles.
  14. Todos tienen derecho a no saber de vez en cuando que tienen obligaciones.
  15. Todos tienen derecho a dudar, pero no es su obligación.
  16. Todos tienen derecho a ser felices.
  17. Todos tienen derecho a ser infelices.
  18. Todos tienen derecho a guardar silencio.
  19. Todos tienen derecho a tener fe.
  20. Nadie tiene derecho a usar la violencia.
  21. Todos tienen derecho a darse cuenta de su irrelevancia y de su grandeza.
  22. Nadie tiene derecho a usurpar la eternidad.
  23. Todos tienen derecho a comprender.
  24. Todos tienen derecho a no comprender nada.
  25. Todos tienen derecho a tener varias nacionalidades.
  26. Todos tienen derecho a celebrar o a no celebrar su cumpleaños.
  27. Todos tienen la obligación de recordar su nombre.
  28. Todos pueden compartir lo que poseen.
  29. Nadie puede compartir lo que no posee.
  30. Todos tienen derecho a tener hermanos, hermanas y padres.
  31. Todos pueden ser libres.
  32. Todos son responsables de su libertad.
  33. Todos tienen derecho a llorar.
  34. Todos tienen derecho a ser incomprendidos.
  35. Nadie tiene derecho a echarle la culpa al otro.
  36. Todos tienen derecho a ser subjetivos.
  37. Todos tienen derecho a no tener ningún derecho.
  38. Todos tienen derecho a no tener miedo.
  39. No venzas.
  40. No te defiendas.
  41. No te rindas.

Aquí puedes ver el ángel de Uzupis, en la plaza central del barrio; o el callejón de la constitución, donde todos los artículos anteriores están dispuestos. Pero sobre todo, pasear relajadamente y cruzar sus puentes sobre el río, repletos de candados, pararse a tomar un café… Si queréis una recomendación para comer, en Prie Angelo probé unos cepelinai (plato típico lituano) de-li-cio-so.

Constitución de Uzupis
Uzupis, Vilna
Uzupis, Vilna
Uzupis, Vilna
Uzupis, Vilna

11.-Bastión de Vilna

Desde el punto anterior subí hasta el bastión de Vilna, parte de las antiguas murallas de la ciudad. Un lugar muy chulo e histórico de Vilna, con unas vistas bonitas hacia el resto de la ciudad. Cerquita puedes callejear y visitar algunas iglesias como la de la Ascensión, o la Iglesia de la Virgen María.

Bastión de Vilna
Bastión de Vilna
Bastión de Vilna
Vilna
Vilna

12.-Barrio judío

En Vilnius se establecieron dos guetos al sur de la ciudad, donde fueron masacrados los judíos. El epicentro de todo ello es la calle Zydu, donde puedes ver placas en hebreo, la casa del Gaon… Un entorno algo triste y que sirve de recuerdo. Este barrio está atravesado por el paseo Vokieciu, un paseo ajardinado muy relajado y repleto de terrazas. Más al sur puedes visitar la sinagoga Coral, la única que queda en uso en la ciudad. También la cercana Iglesia de todos los Santos, del siglo XVII, también en el característico tono pastel.

Sinagoga Coral, Vilna
Calle Zydu, Vilna
Iglesia de Todos los Santos, Vilna
Barrio judío, Vilna
Casa del Gaon, Vilna

13.-Iglesia de Santa Caterina, San Nicolás, Asunción…

Siguiendo el paseo Vokieciu hacia el norte, aquí se encuentra la Iglesia de Santa Caterina, que me pareció muy bonita, de principios de siglo XVII. En toda esta parte hay varias iglesias antiguas, como la de San Nicolás, una de las más antiguas de la ciudad, del siglo XIV y que ha retenido un estilo gótico lituano; o la  Iglesia de la Asunción, construida en el siglo XIII y arrasada durante las cruzadas teutónicas.

Iglesia de San Nicolás, Vilna
Iglesia de San Nicolás, Vilna
Iglesia de la Asunción, Vilna
Iglesia de la Asunción, Vilna
Iglesia de Santa Caterina, Vilna
Paseo Vokieciu, Vilna

14.-Iglesia de San Constantino y San Miguel, Museo de las víctimas del genocidio y Museo del Holocausto

Desde esta parte de la ciudad tomé la avenida Jono Basanavičiaus, que discurre algo empinada entre edificios más modernos, y con puntos como el Teatro ruso, el tradicional de la ciudad. Más adelante está la Iglesia de San Constantino y San Miguel, una iglesia ortodoxa rusa de 1913, construida para conmemorar los 300 años de la dinastía Romanov. Es muy bonita, y recuerda el pasado ruso de la ciudad. Otros puntos de interés cercanos son el Museo de las víctimas del genocidio (o de las ocupaciones y las guerras de libertad), en una bonita plaza donde hay paneles con dibujos de niños, y al fondo la Iglesia de San Felipe y Santiago; y el Museo del Holocausto.

Teatro Ruso, Vilna
Iglesia de San Constantino y San Miguel, Vilna
Museo de la ocupación, Vilna
Museo de la ocupación, Vilna
Vilna
Iglesia de San Felipe y Santiago, Vilna

15.-Teatro Nacional y Avenida Gediminas

Por último, un punto interesante es visitar el moderno teatro nacional y recorrer la larga Avenida Gediminas, donde hay varios teatros, ministerios, y demás edificios notables. Además, un mercadillo muy típico, y la llegada justo a la puerta de la catedral: el final perfecto para la ruta en Vilna.

Monumento del Holocausto, Vilna
Teatro Nacional, Vilna
Avenida Gediminas, Vilna
Avenida Gediminas, Vilna
Catedral de Vilnius desde la Avenida Gediminas

 

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Estatua de Gediminas, Vilnius
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