Qué ver en MONTRÉAL, la gran ciudad bajo tierra
Una ciudad clave en el mundo francófono
Montreal se encuentra en una isla en mitad del gran río San Lorenzo, donde originariamente habitaba una tribu nativa iroquesa. En 1535, Cartier fue el primer explorador francés que llegó a esta aldea, aunque no sería hasta 1603 cuando Champlain retomó la expedición y en 1642 llegó un grupo de misioneros para cristianizar a los nativos, fundando la ciudad. A lo largo del siglo XVII y XVIII Montreal creció debido al comercio de pieles, e incluso sufrió el ataque estadounidense durante la guerra de independencia americana. En el siglo XIX Montreal vivió un crecimiento económico tan importante que la convirtió en la ciudad más próspera de Canadá, y atrajo a numerosos inmigrantes. El boom continuó hasta mitad de siglo XX, cuando era una de las ciudades más importantes del mundo. La multiculturalidad es patente en su bandera, pues recoge cuatro flores: la de lis, que hace referencia a su pasado francés, la rosa (inglesa), el cardo (escocés) y el trébol (irlandés).
Algunos de los acontecimientos que marcaron este periodo dorado de su historia fueron la celebración de la Expo Universal de 1967 o los Juegos Olímpicos de 1976. Esto coincidió con el inicio del independentismo quebequés, (avivado por el presidente francés Charles de Gaulle) lo que trajo un empeoramiento de relaciones entre las comunidades anglófona y francófona, y la huida de numerosas empresas a Toronto, ciudad que se benefició y consiguió superar a Montreal en importancia. Hasta la fecha, se han realizado dos referendos en 1980 y 1995, en los cuales ninguno se alcanzaron los votos necesarios para proclamar la independencia. Sí que se consiguió que el francés fuera idioma oficial en todo Canadá y que Québec sea reconocido como nación.
Actualmente, Montreal cuenta con 1,7 millones de habitantes, que ascienden a 4 si contamos su área metropolitana, y es una de las ciudades más importantes de América, si bien lo era aún más en el pasado. Montreal es la ciudad más grande de Québec y la segunda más grande de Canadá, y su identidad propia también reivindica que son la ciudad francófona más grande del mundo solo por detrás de París, Kinsasha (R. D. Congo), y recientemente Abidjan (Costa de Marfil). Además, se la considera una de las ciudades con mayor vida cultural del mundo, desde festivales de jazz hasta carreras de fórmula uno. Su importancia diplomática se constata en ser sede de varias organizaciones internacionales como de la Aviación Civil, de Transporte Aéreo o Antidopaje.
Fue en Montreal donde pasé más frío en todo Canadá. Además de la nieve y de las aceras con una capa de hielo de centímetros (muy peligrosas), también vimos el fenómeno de la lluvia helada: chispitas de hielo afiladas (no bolas como el granizo) que caen ocasionando gran ruido y malestar. Para defenderse de las inclemencias tan habituales de este clima, Montreal es famosa universalmente por su ciudad subterránea, ya que es casi tan extensa como toda la ciudad en superficie. Además del metro hay un montón de centros comerciales, restaurantes, pasillos y pasillos… que hacen que te desorientes incluso. Personalmente, Montreal me pareció una ciudad bonita, aunque es verdad que me la esperaba despampanante y tampoco es así. No tiene ningún sitio icónico, y me la esperaba más pintoresca (algo que sí encontré en Ciudad de Québec), pero sí que es una ciudad muy agradable, con muchísimas cosas que hacer y que disfrutamos bastante, a pesar del frío. Así que resérvate al menos dos días para esta ciudad.
Qué ver en Montreal
1.-Recorrer las calles del Vieux Montréal
Vieux Montreál o Viejo Montreal es el nombre del casco antiguo, la zona más histórica de la ciudad. Se sitúa junto al río y al este del Monte Royal. Sus calles suelen ser de edificios de mediana altura, de piedra y con restaurantes coquetos y tiendas. La calle principal es la Rue Saint Paul, y la Place d’Youville dicen que es justo el lugar originario de la ciudad.
2.-Place d’Armes y Basílica de Notre-Dame
Este sería el centro neurálgico de Montreal, el punto de encuentro del Vieux Montréal. La plaza de armas es muy bonita y amplia, presidida por la basílica de Notre-Dame. Esta es de 1829, su estilo es neogótico y durante bastante tiempo fue el templo más grande de América. Su interior es precioso, con semejanza a la Sainte Chapelle de París. En el otro lado de la plaza se encuentra el Banco de Montréal, el primero de Canadá de 1817.
3.-Place Jacques Cartier y Ayuntamiento
La plaza de Jacques Cartier se encuentra algo más adelante de la Place d’Armes, y conecta la parte del puerto viejo con el Ayuntamiento. En esta plaza alargada se encuentra la columna de Nelson, de 1809 (más antigua que la de Londres), en honor a la Batalla de Trafalgar. El Ayuntamiento es de 1878, y desde aquí dijo Charles de Gaulle (presidente francés) lo de “Viva Québec libre“, lo que valió el impulso del independentismo. Su estilo recuerda al de otros edificios de la capital francesa.
4.-Marché Bonsecours
El Mercado Bonsecours es uno de los sitios más bonitos de Montreal. Del 1847, se trata de un mercado cubierto ¡y además con cúpula! Vamos, que desde fuera parece un templo. En el pasado también albergó el Parlamento de Canadá (durante el breve tiempo que se trasladó a Montreal) y el Ayuntamiento de la ciudad. Ahora hay tiendas de todo tipo, aunque no me parecieron demasiado lujosas y más de mercadillo. Su nombre viene de la iglesia que hay justo al lado, la de Notre-Dame-de-Bon-Secours, una de las más antiguas (de 1771).
5.-Vieux Port, Torre del Reloj y Pont Jacques Cartier
El Vieux Port es como se llama al puerto viejo, por donde podrás pasear tranquilamente viendo todos los muelles. En esta época del año, el río estaba completamente congelado (incluso caminamos sobre él), así que no había ninguna embarcación. Aquí estaba la noria de la ciudad y una pista de hielo para patinar. En uno de sus muelles verás la torre del reloj, y tras ella, el puente Jacques Cartier, construido en acero y en 1930, que cruza el San Lorenzo.
6.-RÉSO
RÉSO son las siglas por las cuales se conoce la Réseau Souterrain de Montréal, es decir, la red subterránea de la ciudad. Esta incluye la red de metro y una serie de centros comerciales conectados entre sí a través de calles y pasajes, que a su vez están llenos de tiendas y restaurantes… ¡en total 30 km de longitud! Vamos, que es un auténtico lío en el que te puedes desorientar con facilidad… pero asombra la cantidad de tiendas y bares que hay… Eran los días del Boxing Day y posteriores, y todo estaba a reventar. Normal, con el frío que hacía… Y alucina que debajo del suelo haya tantas plazas y terrazas… No hay una entrada única al RÉSO, simplemente ve a un centro comercial (por ejemplo, al Centre Eaton) y desde allí ve descendiendo y te irás conectando con los demás.
7.-Rue St. Catherine
La Calle St Catherine es una larguísima avenida que va en dirección casi norte-sur, paralela al casco histórico, y que está repleta de tiendas y comercios. Desde esta calle es muy fácil que accedas al RÉSO. Cerca de aquí está la Barbie Expo, un museo repleto de todo tipo de Barbies. Algunas de las iglesias que verás en esta calle son la de St James, o la catedral de Christ Church.
8.-Museo de Bellas Artes
Es el más grande de Montréal y también la institución del campo de las artes más antiguas de Canadá, ya que fue fundada en 1860. Su entrada es gratuita (solo hay que pagar para algunas salas) y hay un montón de exposiciones diferentes. Nosotros vimos durante un par de horas las de momias egipcias, la de arte contemporáneo y la de arte inuit.
9.-Catedral Marie-Reine-du-Monde
Esta catedral estuvo inspirada en la Basílica de San Pedro del Vaticano, y data de 1894, en un estilo mezcla neorrenacentista y neobarroco. Por fuera tiene a los trece patrones de las parroquias montrealesas. Su interior también es muy bonito, y pudimos ver un belén. Cerca de aquí se encuentra el Centre Bell, el estadio de hockey de Montreal.
10.-Mont Royal
El Monte Real es el origen de la ciudad, con una altitud de 223 metros. Sus parques se extienden por 280 ha, y en ellas se encuentran los cementerios de la ciudad, así como la gran basílica del Oratoire Saint Joseph du Mont Royal. Este Oratorio de San José es la iglesia más grande de Canadá y su cúpula es una de las mayores del mundo. Aunque su origen se remota a 1904, la construcción actual se terminó en 1967. Fue el Santo André quien empezó su construcción, y desde entonces se le atribuyen milagros de curación. Se supone que las vistas desde aquí son muy bonitas para ver el skyline de Montreal… pero el día estaba envuelto en una espesa niebla ¡que apenas dejaba ver unos cuantos metros!
11.-Marché Jean-Talon
El mercado de Jean Talon se encuentra entre las paradas de metro de Jean Talon y De Castelnau. Se trata de un mercado de abastos, en el que hay un montón de puestos de fruta y verdura con fresas, frambuesas, peras… ¡deliciosas! Creo que me emocioné y compré demasiado. Además, al lado había una panadería de estas que se te hace la boca agua…
12.-Le plateau-Mont-Royal
El barrio de Le plateau-Mont-Royal es como si dijéramos el gran ensanche de Montreal. Su avenida principal es el bulevar St Laurent, y no está mal pasear por todas estas calles típicas, aunque no hay nada destacable, más allá de comer en sus restaurantes y comprar en sus tiendas.
13.-Plaza Saint-Louis
La plaza de San Luis es, quizá, uno de los sitios más bonitos de Montreal. Verdaderamente es solo una plaza con una fuente y un parque, pero está rodeado de casitas de piedra con tejados de colores que hacen una postal muy bella y típica de la ciudad. Además, verlo todo helado, intentando pasear sin caernos por esas aceras, parecía que estábamos en una película.
14.-Barrio de los espectáculos y Gay Village
Es la parte cercana al cruce entre el Bulevar St Laurent y la Rue St Catherine, un barrio donde hay un montón de museos, teatros y otros espacios de arte. Se extiende hasta llegar a la plaza Émilie Gamelin, donde comienza el Gay Village. Este es considerado el barrio gay de Montreal, que posee cierta fama para salir de fiesta, aunque a nosotros nos pareció un barrio pobre y algo peligroso.
15.-Parque Jean Drapeau
Este parque está comprendido por las de Santa Helena y Notre Dame. En la primera puedes encontrar la Biosphère, un museo dedicado al agua y al medio ambiente que fue abierto para la Expo Universal de 1967. ¡Esta estructura de hierro es impresionante! También en esta isla está La Ronde, el parque de atracciones de la ciudad. En la segunda isla, verás el circuito de F1 que acoge el Gran Premio de Canadá; y el casino de Montréal.
16.-El parque olímpico
Algo más alejado del centro, en el norte de la ciudad. Destaca el estadio olímpico, construido para los JJOO de 1976 y que generó tanta controversia, tanto por su coste y las huelgas que provocó, como por su novedoso diseño para los tiempos que eran. Es particularmente famosa su torre olímpica, la torre más inclinada del mundo con 175 metros.
17.-Prueba la poutine y el sirope de arce
La poutine es el plato típico de Québec y lo verás por todos los sitios. Mi asombro fue que es un plato muy simple y barato: se trata de patatas fritas con un montón de salsa marrón y pedazos de queso a medio fundir. A esto le puedes añadir carne, y hay poutines de pollo, de carne ahumada… A mí no me gustó demasiado, pero está bien probarlo. Lo que sí me encantó fue desayunar tortitas con sirope de arce… de-li-cio-sas.
18.-Excursiones desde Montréal
Una excursión que tenía pensado realizar era visitar Mont Tremblant, el resort de esquí más famoso de Canadá, pero entre el mal tiempo que hacía y la mala combinación de transporte público, no fuimos al final. Sí que os lo recomiendo si tenéis vuestro propio coche. Otra excursión muy popular es visitar Ciudad de Québec, aunque para mí eso merece más que una visita y te la cuento en este artículo.
Cómo llegar, dónde dormir y cómo moverse por Montreal
El Aeropuerto de Montréal Pierre Elliot Trudeau (YUL) es uno de los más importantes de Canadá, aunque por mi experiencia no suele ofrecer precios baratos. Nosotros llegamos procedentes de Ottawa en tren, y salimos hacia Ciudad de Québec también en tren, que es muy cómodo y asequible (puedes comprar los billetes en www.viarail.ca). La estación de tren está muy céntrica (observa bien en elegir Gare Centrale). También puedes hacer estos trayectos en autobús. Nosotros nos alojamos en el hostel Auberge Alternative, situado en pleno centro del Vieux Montréal. Es una ciudad cara, y esta fue la mejor opción que encontramos. Aun así, no nos gustó el alojamiento, pues las habitaciones eran muy pequeñas. Para moverse por la ciudad lo mejor es el metro, ya que es muy fácil cogerlo, llega a todas partes y sale bien de precio. Para tomar el metro puedes comprar una tarjeta desechable (con los usos que quieras, pero válida solo para esa vez), o comprar una tarjeta OPUS (más cara, la máquina la da en plástico y es recargable para múltiples usos).