GRODNO y los castillos de MIR, NESVIZH y LIDA
Belarús también es tierra de castillos y palacios
En este artículo recorremos la parte oeste de Belarús, donde también corroboramos que este país tiene mucho que ver e historia que conocer. Nos encontramos en una inmensa llanura, intensamente cultivada y repleta de pequeños poblados agrícolas. Esta parte se corresponde en buena medida con la antigua extensión del dominio lituano y polaco, lo que ha dejado una especial impronta. De hecho, aquí hay minorías de polacos y es donde el idioma belaruso tiene más fuerza. Te muestro los sitios que visitamos:
NESVIZH
A una hora y media de Minsk, hacia el sur, se encuentra el pueblo de Nesvizh (Niasviz en belaruso). Este es un pequeño pueblo que guarda uno de los sitios más bonitos de Belarús: el Palacio de Nesvizh. Este palacio se encuentra a la orilla de un lago y rodeado por un foso con su agua.
La familia Radziwill era una de las más poderosas de Polonia-Lituania, y en el siglo XVI construyó este castillo, que incluso llegó a albergar el Archivo de Lituania. Sobre un castillo preexistente se levantó este en un estilo renacentista-barroco, acabado en el siglo XVII. El entorno es muy bonito y recuerda a Trakai, en Lituania. En el camino que cruza el lago y lleva hasta las puertas del castillo hay un montón de puestos de recuerdos, y al llegar, hay varios memoriales como el de los caídos en la II Guerra Mundial. El puente que cruza el foso como entrada al castillo es muy bonito. Ahí se sitúa la caja, en la que la entrada es de 14 rublos belarusos (16 en fines de semana), pero merece la pena. En el patio hay un pozo y suele haber representaciones de una flautista, otros con el hacha…
El interior es muy bonito y hay muchas estancias que ver: todo tipo de habitaciones, comedores, salas de caza, salones… En general me gustó bastante. Los jardines son muy extensos y puedes tirarte un buen rato recorriendo toda la orilla del lago: la isla del amor, el reloj solar, los leones… Además, en Nesvizh puedes visitar la Iglesia del Corpus Christi, del siglo XVI y construida en un estilo barroco, donde está enterrada la familia Radziwill.
MIR
Mir se encuentra a media hora de Nesvizh y a poco más de una hora de Minsk, por lo que normalmente la excursión a los castillos de Mir y Nesvizh suele hacerse conjunta y es la más popular para conocer algo además de Minsk. Este también se encuentra a la orilla de un lago (aunque este lago es más pequeño) y hay un gran aparcamiento donde también hay un montón de puestos de recuerdos, artículos tradicionales y comidas que probar. El Castillo de Mir fue construido en el siglo XV en estilo gótico y se acabó en renacentista, por lo que es una mezcla de ambos. También fue construido por los lituano-polacos, hasta que pasó a manos de la familia Radziwill, los terratenientes de esta área. La entrada cuesta 12 rublos (14 en fin de semana) y el interior según pude investigar es parecido al de Nesvizh (creo que Nesvizh era más bonito), así que no entramos. Sí que se puede pasar al patio interior, que me recordó al de Malbork, Polonia.
En los alrededores del lago puedes ver el Santuario de Sviatapolk-Mirski y pasear junto al lago y tan bellas vistas. Sin duda lo mejor de Mir.
GRODNO
También escrito como Hrodno o Hrodna, esta ciudad se encuentra en el límite con Polonia y Lituania, a escasos kilómetros de ambas. Tiene 370.000 habitantes y es una de las más importantes del país. Por lo que podrás adivinar, su historia está más cercana a Polonia y Lituania que a Rusia, y esta ciudad recibió importantes ataques de los Caballeros Teutónicos que intentaron conquistar las tierras bálticas. Con el ocaso del dominio de la mancomunidad polaco-lituana, fue el escenario de batallas entre los suecos y rusos, que se disputaban el control de la zona. En el siglo XVIII cayó finalmente bajo dominio ruso, hasta que fue cedida a los alemanes en la I Guerra Mundial y después declarada independiente en el breve estado belaruso. Después de intentos de controlar la ciudad por parte de rusos, lituanos y polacos, quedó integrada en Polonia. Así quedó hasta que tras la II Guerra Mundial, la URSS se adueñara de gran parte del este europeo y moviera las fronteras hacia el oeste, con lo que quedaba en Belarús definitivamente. Este corrimiento de fronteras originó que ciudades históricas polacas como Grodno o Lviv quedaran bajo control soviético. Actualmente, Grodno es un importante nudo comercial ya que está en un cruce de caminos entre la UE y el este, por lo que el gobierno estableció una zona libre de impuestos y de exención de visados en algunos casos.
En Grodno te recomiendo visitar:
– La Catedral de San Francisco Xavier, católica del siglo XVII, originalmente una iglesia jesuita. En su estilo barroco, sus tejados color cielo son muy bonitos.
– Plaza Sovietskaya y calle Soviet. La plaza es la que se sitúa frente a la catedral, con unos jardines muy bonitos y suele haber mucha gente. La calle Soviet, hacia el norte, es la arteria principal de la ciudad. Está llenísima de tiendas y bares, puestos callejeros, músicos tocando… en general me gustó mucho y recuerda a las típicas ciudades polacas.
– Plaza de Lenin, como todas las soviéticas, en un estilo parecido con Lenin al frente.
– Teatro, monumento a los soldados liberadores y Monasterio Bernardino y de la Adquisición de la Cruz Sagrada. En la parte sur de la ciudad se encuentra un monumento con un tanque, este monasterio en lo alto de una colina y el teatro, muy moderno, con unas letras de la ciudad al frente.
– Castillo Viejo y Nuevo, torre de los bomberos y sinagoga. El castillo viejo data del siglo XI, construido bajo la dinastía de los reyes rutenos negros (los eslavos que habitaban el territorio entre Lituania y Polonia). Durante las guerras sueco-rusas sufrió grandes daños y se tuvo que construir el castillo nuevo. Ahora es un museo, aunque por fuera no tiene mucho de especial. Aquí también está la torre de los bomberos y la sinagoga de la ciudad.
– También puedes visitar la Iglesia de San Boris y Gleb y la Iglesia de San Basilio.
LIDA
Lida es una popular excursión desde Vilnius, Lituania, por varias razones: su cercanía, para los que quieren poner un pie en Belarús, y porque su mayor atracción es su castillo de historia lituana (de hecho, Lida perteneció a Lituania hasta en el siglo XX). La ciudad tiene unos 100.000 habitantes y no tiene demasiado que ver más que su castillo. El Castillo de Lida fue construido por Gediminas, el primer Gran Duque de Lituania, para defenderse del ataque de los Caballeros Teutónicos en el siglo XIV. Es del mismo estilo que el de Trakai, en ladrillo rojo y un estilo gótico báltico. Realmente no me pareció nada del otro mundo.
¿Prefieres la parte oeste o la parte este de Belarús?
