Las miradas de LISBOA: los 10 mejores sitios que ver
Miradas del pasado, bohemias e imperiales, Lisboa es una ciudad de miradores
Lisboa se sitúa sobre la antigua Olissipo, según la leyenda fundada por Ulises. Desde el siglo VIII a.C. era un importante puerto que utilizaron tanto fenicios como cartagineses y romanos, para el comercio hacia el interior de la península y hasta otras rutas hacia el norte de Europa, gracias a su inmejorable ubicación en la desembocadura del Tajo en el Atlántico. Después de la invasión de los visigodos (que la nombraron Ulishbona), la conquista musulmana y la reconquista cristiana, Lisboa se convirtió en la capital del Reino de Portugal en el siglo XIII, en plena Reconquista.
Los siglos del XV al XVII fueron la época dorada de Lisboa, cuando era la capital de un gran imperio, asociado a descubrimientos marítimos, y que llegó a extenderse por Brasil, África (Guinea, Angola, Mozambique), y otras colonias en Asia como Goa o Macao. Tras un breve periodo en el que Portugal y España estuvieron unidas, Portugal recuperó su independencia con Lisboa como capital. En el 1755 se produjo el peor terremoto en la historia de la ciudad, lo que ocasionó numerosas víctimas y la posterior reconstrucción de la ciudad, su trazado actual, por el Marqués de Pombal. Tras la invasión de Bonaparte, la proclamación de la república portuguesa, la dictadura de Salazar y la revolución de los claveles, Portugal entró en el 1986 a la Unión Europea.
Hasta entonces un país considerablemente más atrasado que el resto de europeos, y a distancia de España, en los últimos años ha progresado mucho y conseguido equipararse al conjunto europeo. El país ha invertido mucho en innovación y ha salido salir airosamente de la gran crisis de 2008. Actualmente, la ciudad de Lisboa tiene en torno al medio millón de habitantes, pero su área metropolitana casi alcanza los tres millones. A pesar de las modernizaciones, siguen estando un pelín por debajo del desarrollo español, algo que se observa en los accesos para personas con discapacidad, zonas más degradadas de la ciudad, o incluso numerosas personas vendiendo droga como si fuera Marruecos en plena calle.
Lisboa tiene cierta fama de ciudad bohemia: motivada por una topografía de colinas, una edificación tradicional y humilde pero decorada con azulejos muy diversos, recorrida por antiguos tranvías y repleta de comercios que evocan épocas del pasado. Personalmente, me parece una ciudad interesante y relajante, que recorrer tranquilamente y disfrutar de sus pastelerías y vinos en cada mirador de la ciudad. La ciudad tiene un aspecto decadente, de gran capital de un imperio, con edificios monumentales e influencia colonial, y un sabor de saudade atlántica. Dicho esto, quizá sienta que le falta algo para ser una gran capital europea, y se puede ver en un día si te planificas bien, no es como otras ciudades cuya oferta de atractivos y monumentos te apabulla.
Qué ver en Lisboa
En una ciudad donde los miradores tienen marcada importancia, te propongo diez miradas que echar a la ciudad:
1.-Torre de Belém
De 1516, fue construida durante la época manuelina, y formaba parte de un complejo defensivo que se complementaba con otras construcciones en la otra parte del río Tajo. Inicialmente, esta torre se encontraba sobre un islote en el río, pero el terremoto modificó el terreno y cambió la topografía. También sirvió como lugar de partida de los descubridores, cosa que atestigua la profusa decoración (hasta contiene un rinoceronte, símbolo que recuerda cuando se trajo un ejemplar como regalo al rey). Es uno de los iconos de Lisboa.
2.-Monumento a los descubridores y Puente del 25 de abril
El monumento a los descubridores, de 1960, conmemora todas las expediciones portuguesas y también el 500 aniversario de la muerte de Enrique el Navegante. Con 52 metros de altura, se representan 33 importantes descubridores portugueses. Además, desde aquí se obtienen unas vistas muy bonitas del famoso puente rojo de Lisboa. El puente del 25 de abril, inaugurado en 1966, en principio se llamaba Puente Salazar (en honor al entonces dictador), pero cambió su nombre a la fecha de la revolución de los claveles que lo eliminó y trajo la democracia. Es una construcción de acero de 2 km, en color rojo que se asemeja mucho al puente de San Francisco, California. Para cruzar el puente hay que pagar según el tipo de vehículo (turismos de 1,85 a 4,70 €).
3.-Monasterio de los Jerónimos y O Pasteis de Belém
Perteneciente a la Orden de San Jerónimo, fue edificado entre 1501 y 1571 y está construido en estilo manuelino e inspirado en el colonialismo de la época, ya que conmemora la vuelta de Vasco da Gama. Destacan los portales, la iglesia y el claustro, y las tumbas de Vasco da Gama y de Luis de Camoes y Fernando Pessoa, los más importantes escritores de Portugal. Esta es una de las joyas arquitectónicas de todo el país. A poca distancia se encuentra el Palacio de Belém, en color rosa, la residencia oficial del presidente de Portugal. Y también, no olvides probar un pastel de Belém en la pastelería centenaria de O Pasteis de Belém, de donde son originales. Estos son los típicos pasteles de nata, el dulce más típico de Portugal.
4.-Sé de Lisboa y Alfama
Alfama es el barrio tradicional que sobrevivió al terremoto, lleno de calles enrevesadas, fachadas de azulejos, locales donde escuchar fado… Aquí puedes perderte por sus callejuelas y subir y bajar cuestas, aprovechando cada mirador. En particular, hay que destacar la Sé de Lisboa, que es la catedral de la ciudad, en honor a Santa Maria Maior. Data del siglo XII y es la iglesia más antigua. Ha sufrido numerosas reformas pero su estilo predominante es el románico y gótico, con cierta influencia normanda.
5.-Castelo de San Jorge
La colina más alta de Lisboa, en el barrio de Alfama, se encuentra el que fue palacio real hasta que se trasladó al extinto Palacio de Ribeira en la actual Praça do Comércio. Este es el punto más antiguo de la ciudad, donde se ubicaron todos los emplazamientos defensivos de los sucesivos pueblos que dominaron Lisboa y Portugal. Particularmente, tuvo especial relevancia la construcción del castillo por los musulmanes, especie de alcázar, para defender la ciudadela. Después sería modificado por los reconquistadores cristianos.
6.-Plaza del Comercio o Terreiro do Paço
La plaza es la mirada al estuario del Tajo de Lisboa, donde el centro de la ciudad sale a la luz. Está presidida por la estatua ecuestre de José I, de 1755, puesta tras el terremoto de Lisboa. Antiguamente se encontraba aquí el Palacio de Ribeira, residencia del Rey de Portugal. Particularmente bonito es el arco triunfal que da paso a la gran calle de Lisboa: la Rua Augusta.
7.-La Baixa
Tras la Praça do Comércio y el arco triunfal se abre la Baixa, el centro propio de Lisboa, la parte que fue reconstruida y totalmente reformada tras el terremoto. Ahora son calles de trazado rectilíneo, cuya principal es la Rua Augusta. Esta desemboca en la Plaza del Rossio (oficialmente Plaza de Pedro IV), donde está la estatua del que fuera primer emperador de Brasil, y rodeada de las figuras femeninas de justicia, sabiduría, fuerza y moderación. En esta plaza era donde se realizaban desfiles y otros actos de enjuiciamiento durante la Inquisición. Actualmente es donde se encuentra el Teatro Nacional doña María II.
8.-Elevador de Santa Justa, Convento do Carmo, Chiado y Cais do Sodré
En la Baixa se encuentra el Elevador de Santa Justa, de 1902, que conecta la ciudad baja con el barrio de Chiado. En un principio utilizaba la máquina de vapor, y empleaba tecnología de la usada en la Torre Eiffel de París. Tiene una altura de 45 metros y su estilo es neogótico. Para subir suele haber bastante cola y el precio era en torno a 8 €. Una vez arriba, puedes subir al mirador por solo 1,50 €, desde donde tener unas vistas muy bonitas a la ciudad, merecen la pena.
Esta parte es el Barrio Alto o Chiado. Nada más salir del elevador verás el convento do Carmo, las ruinas de la que fuera la mayor iglesia gótica de la ciudad, del siglo XV, y destruida tras el terremoto de 1755. Si prefieres subir andando, también puedes hacerlo. Todo el barrio de Chiado es el lugar más común para salir de copas y bares. La plaza central es la de Luis de Camoes. Aquí y en Cais do Sodé es donde está toda la marcha de la ciudad, ¡no puedes irte sin salir por aquí!
9.-Miradores de Lisboa
Lisboa es una ciudad de miradores, y aquí te listo algunos de ellos. Mi favorito es el mirador de Santa Luzía, en Alfama y a poca distancia de la Sé de Lisboa. Este tiene un paseo con azulejos muy bonito, que impregna las vistas de una mayor esencia portuguesa. Un poquito más arriba, a escasos metros, está el mirador de Portas do Sol, mucho más amplio y con unas panorámicas mejores de la ciudad, desde donde ver todas las casitas, iglesias y el Tajo. El mirador de Graça está más al norte, al pie de la iglesia del mismo nombre, desde aquí se ve la parte central de la ciudad y al fondo el puente del 25 de abril. Por último, destacaría el mirador de San Pedro de Alcántara, que desde el Barrio Alto se observa la parte opuesta a Graça, desde donde puedes ver la ciudad y el Castelo de San Jorge.
10.-Museo del Agua
A principios de siglo XVIII se construyó el acueducto de las aguas libres por orden del rey Juan V, con el objetivo de abastecer de agua a una Lisboa que solo contaba con los escasos caudales del barrio de Alfama. Este se extiende por 58 km y viene desde el valle de Alcántara, al norte, hasta llegar a Mãe d’Agua das Amoreiras, un depósito que también hacía las veces de salón de reuniones para la monarquía y burguesía. Actualmente se puede visitar dentro del llamado Museo del Agua.
Por último, si quieres conocer alguna excursión desde Lisboa, te propongo visitar estos artículos sobre:
Cascais, Estoril, Sintra, Cabo da Roca y Azenhas do Mar
Cómo llegar, moverse y dónde dormir en Lisboa
El Aeropuerto de Lisboa (LIS) está muy cerca de la ciudad (hasta llega a ser molesto tanto ruido de avión) y accesible en metro. La compañía TAP suele ser barata y hay vuelos desde muchas ciudades de España. También suele ser una escala para destinos americanos. También puedes llegar por vía terrestre, autobús, tren… Si decides venir en coche, ten en cuenta que todas las autovías son de pago. Aunque en el Algarve hay que meter la tarjeta en la frontera y ya te van cobrando según la uses, en el centro de Portugal no es así, es normal de peaje.
Para moverse por Lisboa puedes utilizar su sistema de metro, aunque no está tan desarrollado como en otras ciudades. Es muy común utilizar el tranvía, cuyos tickets se compran directamente al conductor. El número 28 te lleva hasta el castillo de San Jorge, y el 15 hasta Belém. Los taxis y Uber no difieren mucho en el precio. Para dormir, me alojé en el Natura Guesthouse (no lo recomiendo) y en el Lisbon RiverView Hostel (este sí, con unas vistas muy bonitas).
