Episodios de PALESTINA: guía de viaje y qué ver
Una región convulsa con tesoros históricos y sagrados
Palestina es un Estado que se compone de dos regiones: Cisjordania y Gaza. Cisjordania es la parte más grande, situada entre Jordania e Israel, y donde están todos los atractivos turísticos. La Franja de Gaza es una pequeña porción de terreno encajada entre Israel y Egipto, a la orilla del Mediterráneo, donde una población de más de dos millones de personas vive casi enjaulada por tanta restricción de movimiento. En este artículo me refiero únicamente a Cisjordania, pues visitar Gaza es algo muy complicado, está restringido a personal humanitario con un proceso muy complejo y, además, es algo totalmente desaconsejable por la seguridad: Gaza es un territorio controlado por Hamás y donde hay muchas probabilidades de morir, entre los ataques a uno y otro bando.
El nombre de Palestina en árabe es Filastin, el cual viene de los filisteos. Estos eran un pueblo “del mar” (proveniente de los griegos) que se asentó en la costa desde siglos antes de Jesucristo, que desplazaron el control egipcio y llegaron a dominar a los pueblos hebreos. Las contiendas entre filisteos y hebreos se sucedían por el control del territorio, y ya en la Biblia, el filisteo adquiría un sentido peyorativo. En tiempos de Alejandro Magno, se llamó a la región Palestina, aunque seguía la sucesión entre distintos reinos e imperios que controlaban la región, nombre que siguió con los romanos. Este lugar fue considerado la Tierra Santa por ser el origen del cristianismo, que también se superponía con lugares sagrados del judaísmo.
En el siglo VII los árabes conquistaron la región palestina, otorgando a Jerusalén el carácter de ciudad santa también para el islam, donde Mahoma ascendió a los cielos. Los cristianos cruzados intentaron recuperar Tierra Santa mediante las distintas cruzadas, algo que consiguieron en torno al siglo XI por algunos periodos de tiempo, estableciendo reinos. Finalmente, en el siglo XVI pasó a formar parte del Imperio otomano, hasta que tras la I Guerra Mundial fue administrado temporalmente por el Reino Unido. Desde entonces es cuando la región se sumió en la inestabilidad propiciada por el conflicto entre judíos y árabes, y con la retirada británica y el traspaso a la ONU empezaron las hostilidades abiertas. En 1947 se propuso el plan de partición en el que se contemplaba un Estado árabe y otro judío, pero fue rechazado por los árabes.
Israel declaró su Estado en 1948, y fue seguido de la guerra árabe-israelí, cuando la coalición árabe comenzó a atacar al joven Estado judío. Estos últimos resultaron victoriosos y ocuparon mayor parte del territorio; Jordania, por su parte, se anexionó Cisjordania y Jerusalén oriental; y Egipto, la Franja de Gaza. La mayoría de palestinos árabes fueron expulsados de Israel, convirtiéndose en refugiados que se asentaron en países vecinos y en la propia Cisjordania. Un lamento para el pueblo palestino que se conoce como Nakba. Crisis sucesivas como la del Canal de Suez y hostilidades por parte de la República Árabe Unida (que aglutinaba a Egipto y Siria), precipitaron la Guerra de los Seis Días en 1967, en la que Israel ocupó toda Cisjordania, los Altos del Golán, Gaza e incluso la península del Sinaí.
En 1978, Israel devolvió a Egipto el Sinaí, pero el resto de territorios palestinos sigue desde entonces bajo ocupación israelí. En 1993 se firmaron los Acuerdos de Oslo, por los que estas regiones ocupadas accedían a su autonomía, siendo administrados por la Autoridad Nacional Palestina. En 2012, el Estado de Palestina fue admitido en la ONU como miembro observador y es reconocido por 139 países. Los conflictos siguen sucediéndose, debido a intifadas y revueltas palestinas, que a menudo provocan atentados en Israel; y a bombardeos e incursiones israelíes que causan numerosas bajas civiles. El establecimiento de colonias israelíes en Cisjordania es uno de los motivos de más conflicto, y era netamente diferente de los pueblos palestinos, estos asentamientos eran totalmente nuevos, cuidados, con vegetación y muy protegidos.
Al Fatah y Hamás se disputan el poder político en Palestina. Los primeros gobiernan en Cisjordania, y los segundos gobiernan la Franja de Gaza. Recuerdo el viaje a Palestina como un territorio muy tenso, donde pasear por las calles entre banderas de las brigadas de los mártires de Al-Aqsa, con fotos de armas, gente joven que había muerto luchando… era muy heavy. Toda esta sensación de amenaza me encajaba con los minuciosos controles israelíes y la asunción de la necesidad de vigilancia y protección. Sin embargo, también comprobé el sufrimiento palestino, donde había mucha más pobreza, y un sentimiento de discriminación generalizado que era muy injusto. La sensación era de vivir en cárceles al aire libre, donde prácticamente no existe la idea de Palestina como país, con movimientos muy limitados.
Qué ver en Palestina
1.-Jerusalén
La ciudad santa siempre está vigilante y en vilo por la tensión que la rodea, pero es una auténtica experiencia visitarla. Aunque está controlada por Israel, su carácter de “ciudad dividida” hace que también la haya incluido en este listado. Además, desde el lado oriental de Jerusalén es donde se tienen las mejores vistas de la ciudad y su postal más conocida, con la cúpula de la roca y la muralla en primer plano. Visitar Jerusalén es una de esas cosas que hay que hacer una vez en la vida.
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2.-Belén
Uno de los sitios más importantes de peregrinaje cristiano de toda Tierra Santa: el portal de Belén, lugar donde nació Jesús. Belén está muy volcada al turismo, que se concentra en torno a la Iglesia de la Natividad; pero la ciudad reúne otros lugares de interés como la Gruta de la Leche, la Mezquita Omar, las Piscinas de Salomón… todo ello lo hace imprescindible en tu viaje a Palestina.
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3.-Jericó
Proclamada la “ciudad más antigua del mundo”, Jericó florece en mitad del desierto y está rodeada de lugares tan únicos como el yacimiento arqueológico de Tell-es Sultan, el casi inaccesible Monasterio de la Tentación, o el emblemático Palacio de Hisham. Otra ciudad que no debes dejar escapar cuando visites Palestina.
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4.-Monasterio de San Jorge de Coziba
A poca distancia de Jericó se encuentra este paraje tan sacado de una película de aventuras, y que era la postal que más asociaba a Palestina desde que era pequeño. Se trata del Monasterio de San Jorge de Coziba, encaramado en la roca sobre el efímero curso del Wadi Qelt, que va formando afloramientos de palmeras en un entorno desértico. Una experiencia muy chula que no debes dejar pasar.
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5.-Hebrón
Una de las ciudades más tensas de Palestina es Hebrón, donde las comunidades árabe y judía tratan de convivir, aunque con incidentes casi diarios. La antigua ciudad de Abraham es uno de los lugares más sagrados para el judaísmo, donde se puede ver la Tumba de los Patriarcas. Pero, sobre todo, visitar Hebrón sirve para comprender y constatar la difícil relación, paseando por el sector judío y el sector palestino entre numerosos controles de seguridad.
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6.-Nablus
Situada al norte, y sirviendo como centro principal de la región de Samaria, Nablus ha tenido fama de ser una de las ciudades más bellas y dinámicas de Palestina, aunque actualmente su fama la hace ser una de las cunas del nacionalismo palestino. Por ello, visitar Nablus es una experiencia delicada, en la que debes estar vigilante y tomar precauciones.
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7.-El muro de la vergüenza
Verás que la separación entre el terreno controlado de facto por Israel y Palestina se levanta un muro de hormigón que separa ambas partes, lo que a menudo se conoce como el muro de la vergüenza. Quizá el sector más famoso de verlo es en Belén, donde recorrerlo observando cada grafitti es algo curioso.
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8.-Ramala
La capital de facto de Palestina es Ramala, una ciudad vibrante, con cierta vida nocturna y un ritmo algo más moderno que en el resto del territorio. Además de sus numerosas cafeterías, puedes visitar el Mausoleo de Yaser Arafat o el Museo de Mahmoud Darwish.
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Otros lugares que ver en Palestina
Esto que te he contado más arriba es lo principal de Palestina, si bien es cierto que muy poquita gente visita Nablus, por ejemplo, y que la mayoría únicamente hacen dos excursiones: a Belén y, en algunos casos, a Jericó. Y para de contar. Sin embargo, si te apetece conocer con más profundidad Palestina, yo hubo más lugares que me dejé por ver, por falta de tiempo. Estos son los restos arqueológicos de Herodion, cerca de Belén; las ruinas de Sebastia, en los alrededores de Nablus; o acercarse al Mar Muerto y visitar el Parque Nacional de Qumran (esto sí lo hice, y te lo he incluido en el artículo sobre el Mar Muerto israelí que puedes visitar aquí).
Datos prácticos para viajar a Palestina
Llegar a Palestina
No shocker: viajar a Palestina es complicado. Lo primero, para llegar aquí, debes hacerlo vía Israel o vía Jordania, pues no hay aeropuertos que puedas utilizar en toda esta parte. Si viajas a Israel y, al llegar al Aeropuerto de Tel Aviv, dices que vas a Palestina te harán preguntas sobre qué vas a visitar exactamente. No suele haber problemas cuando la razón es el turismo a los lugares más visitados. Para cruzar a Palestina, desde Israel puedes hacerlo por cualquier carretera, ya que todo en la práctica está controlado por el ejército israelí. Si quieres ingresar desde Jordania, tendrás que hacerlo por el paso fronterizo de Allenby/King Hussein Bridge, el más cercano entre Ammán y Jericó. Otras opciones para cruzar de Jordania a Israel son por el norte, por el paso de Sheikh Hussein, en dirección Nazaret; o por el sur, el de Wadi Araba, que conecta Aqaba y Eilat. Puedes encontrar información aquí: https://international.visitjordan.com/page/21/Border-Crossing
Nosotros cruzamos de Jordania a Israel por Aqaba/Eilat y no tuvimos ningún problema y no tardamos nada de tiempo. Una vez en Israel, para entrar y salir de Palestina no hay ni frontera. Sí que hay puestos de control a la entrada de cada territorio controlado por la Autoridad Nacional Palestina.
Cómo moverse en Palestina
Había leído mucha información contradictoria sobre cómo moverse por Palestina y cómo organizar mi viaje. En mi opinión, lo mejor es ir en coche. Ir en transporte público (autobús) es tedioso y se demora bastante, solo lo haría en caso de que mi viaje fuera largo y con tiempo suficiente. Partiendo de esto, depende del dinero que quieras gastar y de las características del grupo, pueda ser mejor contratar excursiones o ir por tu cuenta. Todas las excursiones organizadas que vi eran realmente carísimas, unos precios desproporcionados e inasumibles. Por ello, no me quedó más remedio que alquilar un coche. Y aquí, vuelta a información confusa. La mayoría de compañías de alquiler israelíes dejan circular por Cisjordania, pero el seguro no te cubre. Por ello, no es buena opción (la circulación es caótica, a nosotros nos dieron un golpe en Nablus). La mejor opción es alquilar un coche con una compañía palestina, en cuyo caso puedes conducir por Cisjordania y también por el resto de Israel. Nosotros lo hicimos con https://car-rental-jerusalem.com/ y nos fue muy bien. Eso sí, el coche era bastante viejo y con muchos desperfectos, pero nos valió y la experiencia fue buena.
El territorio de Cisjordania está dividido en tres zonas: A: controlada por la Autoridad Nacional Palestina, que en la práctica son el conjunto urbano de las ciudades. B: área civil palestina pero control militar israelí, ni notamos la diferencia. C: totalmente controladas por Israel. Por lo que, en la práctica, todo es como una extensión de Israel y no hay controles, puedes circular libremente, únicamente cuando se entra a las ciudades (zona A) hay que pasar el puesto de control, donde suele haber largas colas. ¿Se puede entrar en las zonas A con un coche de matrícula israelí? Sí, nosotros lo hicimos. Aunque la empresa era palestina, los coches tenían la matrícula israelí amarilla. Puede haber algunos incidentes aislados, pero por lo general, había más coches de matrículas amarillas aparte de nosotros, aunque predominaban las blancas palestinas. Por todo ello, no tuvimos ningún problema en entrar y salir en cada rincón de Cisjordania.
Seguridad en Palestina
Nosotros no tuvimos ningún problema en Palestina. Eso sí, fuimos con mucha precaución, y se notaba en el ambiente que había mucha inestabilidad. Visitamos la mayoría de lugares por nuestra cuenta, salvo en el caso de Hebrón, que por su fama de hostil contratamos a un guía que nos acompañó. Además, fue el único sitio donde evitamos entrar con nuestro coche de matrícula amarilla. Shareef Jibreen nos recogió en Belén, y nos llevó en su coche a visitar Hebrón, y nos volvió a dejar en Belén. Podéis encontrarlo en Tripadvisor, en Instagram @palestine_bethlehem.guide y Facebook “Palestine Tours”. Shareef es muy profesional y buen guía, os lo recomiendo. Su whatsapp es +970 598 753 648. Recomiendo contratar un guía cuando se vaya a algún punto caliente como Hebrón.
Sobre otros aspectos de seguridad, los momentos de entrada y salida en las ciudades palestinas eran algo tenso, sobre todo en Nablus, donde estuvimos dos horas en la cola para salir (se cerró un puesto sin aviso, y la gente estaba muy caldeada), y al salir, nos hicieron un exhaustivo control y preguntas sobre nuestra visita. También en Hebrón los soldados israelíes patrullaban la ciudad con sus armas y había puestos de vigilancia casi en cada tejado, con lo que uno se sentía muy vulnerable ante cualquier chispa que pudiera surgir. Por lo demás, la gente fue muy amable y hospitalaria, aunque en Nablus también recibimos “advertencias” de no hacer fotografías. En definitiva: hay que ir con bastante precaución y ser muy respetuoso.
Precios, gastronomía y vestimenta
Me sorprendió mucho que los precios eran muy altos, al mismo nivel que en Israel. Incluso para estándares de España lo vi caro, y teniendo en cuenta que en Jordania está tiradísimo de precio. Por todos los sitios verás que hay tiendas de alimentación 24 horas, con muchos dulces, chocolates, bebidas y fruta; y tiendas de kebabs o shawarma que funcionan todo el día. Sobre la vestimenta, lo más usual es ir con pantalón largo y camisa para los hombres. La mayoría de mujeres lleva velo, pero no es una obligación para las turistas.
Nuestra ruta en Palestina
Nuestra ruta en Palestina fue algo exprés, pero nos dio tiempo a visitar todo. Habíamos dedicado un día antes en Jerusalén, donde nos alojamos en el Jerusalem Panorama, con unas vistas increíbles. El siguiente día tomamos el coche de alquiler en Jerusalén, y fuimos al encuentro con Shareef en Belén. Desde allí, pasamos la mañana en Hebrón, y volvimos a mediodía a Belén para visitar la ciudad. Desde ahí, al atardecer, condujimos hasta Ramala, donde dormimos en el Eco Hostel. Ramala la vimos entre esa noche y la mañana siguiente. Ese día, tras un paseo matutino por Ramala, fuimos al Monasterio de San Jorge Coziba, a ver los manuscritos del Qumran, y a Jericó, donde comimos en una pequeña tienda/panadería. Desde ahí, fuimos a Nablus y pasamos la tarde allí. Volvimos a Tel Aviv por la noche, donde dejamos nuestro coche. En resumen:
Día 1: Jerusalén
Día 2: Jerusalén – Hebrón – Belén – Ramala
Día 3: Ramala – Jericó – Nablus – Tel Aviv
¿Te apetece explorar Palestina?
