Valle del SOCA y TRIGLAV, el espejo del alma eslovena
Un río de color esmeralda bajo la silueta del legendario Triglav
El valle del Soča es, probablemente, la región más bonita de Eslovenia. Se trata de un largo y estrecho valle recorrido por el río Soča o Isonzo (en italiano), que llega a desembocar cerca de Trieste. Este río tiene un color asombrosamente esmeralda y, además, se encuentra rodeado de paisajes muy bellos: los llamados Alpes Julianos, que tienen en el Triglav el punto más alto del país con más de 2800 metros. Por su belleza, tranquilidad y atributos naturales, también es un espacio donde tiene especial importancia la práctica de deportes como el kayak, piragüismo, trekking, y otros más de escalada. En este artículo te cuento cómo recorrer y qué visitar en el valle del Soča.
Tras cruzar la frontera con Italia tienes que tomar la carretera 103 hacia el norte. Es una carretera estrecha y secundaria, no hay autovías en este valle. Discurre paralela al río, así que ya podrás empezar a contemplar sus aguas turquesas y algunos puntos de interés como el puente de Solkan, un puente ferroviario con el arco de piedra más grande del mundo. Construido por el Imperio austrohúngaro a principios de siglo XX, se proponía mejorar la conexión entre Viena y Trieste. Fue destruido durante la I Guerra Mundial, ya que en todo este valle se libraron las doce batallas del Isonzo entre Italia y Austria-Hungría; después fue reconstruido.
Kanal ob Soči es uno de los pueblos más bonitos del valle del Soča. Es pequeñito, apenas con algo más de 1.000 habitantes, con una historia que narra que desde el siglo XII se ubicaba un castillo para defender este paso sobre el río. Particularmente es bonito el puente de piedra, que hace una estampa preciosa. Hay una playa un poquito más adelante de la cafetería Rafaelo, aunque el agua está bien fría.
Tolmin es el pueblo más grande de todo el valle y donde hay más oferta hotelera. Yo dormí aquí y vino bien, pues se puede salir a cenar, escuchar música en directo (vi un grupo de folk bastante bonito), hay supermercados, y las distancias con otras poblaciones no son grandes, está a un paso. Tolmino en italiano y Tolmein en alemán tiene unos 10.000 habitantes y ha pasado sucesivamente por manos austríacas, francesas, italianas, yugoslavas y eslovenas. Aquí puedes visitar la iglesia Javorca, un poquito a las afueras; la iglesia de la Asunción de María; y, sobre todo, las gargantas de Tolmin, una joya de Eslovenia. En esloveno Tolminska korita, las gargantas de Tolmin se encuentran a uno 2 km del pueblo. Hay dos aparcamientos: el P2 es gratis pero está más alejado y necesitarás un autobús (gratuito) para ir hasta la entrada; el P1 está justo a la entrada del parque pero cuesta 3 € la hora, sin fracciones de hora. La entrada al parque vale 5 € si no recuerdo mal. Con todo esto, merece la pena verlo. A menudo compiten con la garganta de Vintgar y son olvidadas por ello, ya que Vintgar está muy cerca del tan turístico Bled; pero a mí me parecen muchísimo más bonitas las de Tolmin.
Las gargantas de Tolmin se encuentran en la parte más baja del Parque Nacional de Triglav. En gran parte recorren parte del curso del río Tolminka, que forma unas oquedades y tiene un color tan puro que es una maravilla. Para mí la parte más bonita es el nacimiento de agua termal, en la llamada cueva bajo el puente del diablo (Cave under the devil’s bridge), con una temperatura entre 19-21 ºC, en contraste con la temperatura del río Tolminka que es de 5-9 ºC. También es muy bonita la parte de Medvedova glava o The Bear’s Head (la cabeza del oso), que es una roca que se encuentra encajada entre las paredes del cañón Zadlascica, que recuerda a la Kjerag, la famosa roca que hay en los fiordos noruegos. En todo este paraje verás varios rápidos de agua, conocidos como Skakalce y varios puentes colgantes, los cuales se mueven mucho; o cuevas como la Zadlaska jama, la cueva de Dante. Por último, si subes hasta arriba del todo puedes cruzar el puente del diablo (Hudicev most), desde donde se tienen unas vistas de todas las gargantas y del Tolminka muy chulas.
Otro de los pueblos más bonitos de la zona es Most na Soči (Puente sobre el Soča), antes llamado Sveta Lucija na Mostu (Santa Lucía del puente). En el pueblo no viven más de 300 personas y está enfrente de Tolmin, pero es muy bonito su paisaje: su puente de piedra y su lago, formado por el agua embalsada del Soča. Aquí se ven a mucha gente en kayak de un lado a otro. Desde aquí partimos a la parte más alta del valle del Soča.
En dirección Trenta, a partir de esta localidad la carretera comienza a ascender y estamos ante el conocido como paso Vrsic, una sucesión de curvas muy cerradas que discurre por las alturas del Parque Nacional de Triglav. El Triglav es el símbolo de Eslovenia, con sus tres picos que aparecen en su escudo y en la bandera del país. Aquí hay varios miradores que dan certeza de la belleza de este paisaje alpino y abrupto, y reconozco que en parte me recordaron a Ordino, Andorra. Qué decir tiene que aunque era agosto, hacía bastante frío.
Desde el puerto de Vrsic la carretera comienza a descender, y por el camino me encontré con la Ruska Kapelica, o capilla rusa. Es una capilla de madera muy bonita (me recordó a las iglesias de madera de Bardejov en los Cárpatos) construida por los rusos durante la I Guerra Mundial. La historia es que el Imperio austrohúngaro mandó a prisioneros rusos a construir la carretera sobre estas montañas y una avalancha mató a muchos de ellos. Desde aquí entramos ya en el término de Kranjska Gora, una población que eminentemente vive de los deportes de invierno. El lago Jasna, algo antes de llegar al pueblo, es posiblemente uno de los más bonitos del país. Al tener restaurantes y aparcamiento cercano, es utilizado como zona de baño, solo que frente a un paisaje sublime: las cumbres de las montañas que acabamos de pasar. ¡Contemplar el Triglav desde aquí es una maravilla!
