Qué ver en TRAVNIK y ZENICA, el corazón bosníaco
Travnik y Zenica se encuentran en el centro de la montañosa Bosnia y en el corazón de la identidad bosníaca
Bosnia y Herzegovina es un país montañoso, pero el centro del país es realmente la región con una orografía más accidentada. Esto propició que fuera un ámbito más aislado, y con menor influencia occidental. La población bosníaca conservó sus costumbres otomanas en estas regiones montañosas, más volcadas a la ganadería que a una agricultura de bajo rendimiento. Sin embargo, es un área codiciada ya que representa el paso desde las zonas más bajas y fértiles (llanura del Sava), donde también están importantes ciudades como Banja Luka o Doboj; hacia la capital Sarajevo y el valle industrial del Bosna. En este artículo te cuento mi experiencia en dos ciudades clave de Bosnia y Herzegovina: Travnik, centro de decisión durante el mandato otomano; y Zenica, emplazamiento que durante el periodo yugoslavo tuvo gran trascendencia. Ambos están en el centro del país y son indiscutiblemente lugares bosníacos.
TRAVNIK
Travnik se encuentra en el centro geográfico de Bosnia y Herzegovina, en una región muy montañosa rodeada de las mayores altitudes del país, y que constituye el umbral entre los ríos Bosna y Vrbas. Desde la antigüedad ha sido un punto codiciado, pero su auge le vino durante la época medieval, cuando fue uno de los centros del Reino de Bosnia. Los otomanos ya mencionaron la conquista de su fortaleza cuando se dirigían a tomar Jajce, la capital del reino. Fue durante la dominación otomana cuando Travnik creció en importancia, pues los gobernantes apostaron por esta ciudad como núcleo de la región, con la construcción de cuantiosas mezquitas, y con el traslado de la capitalidad desde Sarajevo en 1699, cuando esta se encontraba bajo sitio austrohúngaro.
Con la llegada del dominio austrohúngaro, la más otomanizada Travnik no creció demasiado, al contrario que otras ciudades bosnias que recibieron más influencia occidental. La ciudad ha pervivido con un fuerte recuerdo de identidad otomana y bosníaca, y es que en toda la región central de Bosnia, mucho más montañosa, la población dominante fue la bosníaca. Fue bombardeada casi a diario desde la montaña Vlasic, y que constituía un territorio indiscutiblemente bosníaco, y acogió refugiados bosníacos de otras ciudades cercanas como Jajce. Sí que hubo algunos enfrentamientos entre bosníacos y croatas, algo más dispersos por estos lares.
Actualmente, Travnik tiene algo más de 50 000 habitantes y es una ciudad muy importante para los bosníacos, y también por el sentimiento identitario y nacionalista bosníaco. Aunque la mayoría de su economía se basa en la agricultura (de bajo rendimiento por las condiciones del terreno y el clima más continental), y un desarrollo de la riqueza menor que en otras áreas del país; la ciudad empieza a apostar por el turismo. Travnik es una de las más bonitas de Bosnia y Herzegovina, con mezquitas muy bonitas, y el legado otomano que se constata en las tumbas de los visires que gobernaban desde aquí. A continuación te cuento qué ver en Travnik, una ciudad imprescindible en Bosnia y Herzegovina.
Qué ver en Travnik
La ciudad de Travnik es pequeñita y puede verse realizando un pequeño y descansado paseo de unas horas. Yo aparqué mi coche frente al gobierno del Cantón de Bosnia Central, del que Travnik es la capital, y comencé a recorrer la Avenida Bosanska, que es la arteria principal de la ciudad. Lo primero que vi fue la Mezquita Hadzi Ali-Begova, que fuera tiene una torre de reloj de período otomano. Más adelante se encuentra uno de los puntos más atractivos de la ciudad: las tumbas de los visires (Viziers grobovi), en la Trg grada Leipziga. Estos eran los gobernantes de la provincia de Bosnia cuando se encontraba formando parte del Imperio otomano.
Siguiendo más adelante, verás la Mezquita Lukacka, con un colorido muy especial. Se encuentra al lado de un parque amplio, el Gradski park, donde hay un monumento a héroes partisanos bosnios que lucharon contra la ocupación fascista durante la II Guerra Mundial. Al otro lado del parque hay un centro comercial con tiendas y un antiguo ferrocarril como monumento. También aquí, perpendicular hacia el norte, se encuentra el mercado de Travnik. Cuando fui estaba cerrado, pero aquí me comí uno de los mejores ćevapi de todo el viaje, en la Ćevabdžinica Bosna.
Algo más adelante, en una calle paralela a la Avenida Bosanska que llevamos siguiendo todo el rato, en la calle Zenjak se encuentra la casa de nacimiento de Ivo Andric, ahora convertida en museo. Este es uno de los escritores más famosos de los Balcanes, que ganó el Premio Nobel de Literatura y escribió la famosa novela Un puente sobre el Drina.
Lo más bonito de Travnik es visitar la Sarena dzamija o Sulemainiye (Mezquita de los colores), que está justo en el centro de la ciudad. Data del siglo XVI y sus pinturas exteriores son muy bonitas, que la hacen muy colorida y llamativa. En los bajos de la mezquita hay lugar para tiendas y bazares, lo cual siempre ha constituido el foco principal de la ciudad. Aquí confluyen la avenida Bosanska con la peatonal Donja Carsija, que se adentra en el tradicional bazar de la ciudad, el puente que cruza al otro lado del río Lasva; o el pasadizo que cruza la carretera y te lleva hasta la parte oriental de la ciudad.
Desde la mezquita de colores verás también la torre del reloj o Sahat kula. Si cruzas por el pasadizo subterráneo llegarás hasta la Avenida Sumece, una parte más relajada de Travnik que al final alberga uno de los espacios más tranquilos y de ocio (y bonitos): Plava Voda. Este es un arroyo que está acondicionado con numerosas tiendas y terrazas, muy agradable para pasear, tomar algo y comprar. Desde aquí se tienen vistas hacia la fortaleza de Travnik, y también hacia la madrasa Elči Ibrahim-pašina.
Desde Plava Voda puedes comenzar a subir por las calles empinadas hacia el castillo de Travnik, el cual me recordó a otros como el de Jajce, Berat o Doboj. La fortaleza fue construida entre los siglos XIV y XV por los reyes de Bosnia, y después tomada por los otomanos, cuando sirvió como capital de la gobernación. Hay que pagar entrada pero vale la pena: las vistas son muy bonitas, y dentro hay una mezquita y salas de museo de vestimentas, etc.
El barrio que rodea al castillo de Travnik parece muy típico, con varias mezquitas como la de Varoska o la de Jeni, y sitios como la casa donde se reunió y adoptó el levantamiento partisano de Travnik. Por último, otro de los sitios interesantes que ver es el Katolički školski centar Petar Barbarić, un colegio católico que ha aparecido en diversos documentales, donde mostraban la realidad que se seguía viviendo en Bosnia: en él, estaban separados por una valla los alumnos croatas y los bosníacos, que recibían educación diferente.
ZENICA
Zenica tiene fama de ser una ciudad fea e industrial, y en gran parte es así. No es nada turística, pero es una de las principales del país por su población (más de 100 000 habitantes) y por su importancia económica (también la llaman la ciudad del hierro o del acero). Zenica se encuentra encajada en el angosto valle del Bosna, y desde antiguo ha sido un lugar donde romanos y otros pueblos se han asentado debido a su riqueza mineral. Con todo, la ciudad no se hizo demasiado grande hasta la conquista otomana, cuando se incrementó el comercio; y el dominio austrohúngaro, cuando comenzó a modernizarse la ciudad con la construcción del ferrocarril y el establecimiento de las primeras fábricas de carbón y papel.
Después de la II Guerra Mundial, la inversión yugoslava en Zenica se materializó en la apertura de grandes establecimientos industriales, en gran parte del hierro y del acero, y necesitaba albergar a una creciente población de mineros y obreros. Con ello, la ciudad creció de forma que los grandes bloques de edificios dominan en el paisaje urbano, al estilo de ciudades con aire socialista. La ciudad sí fue sitiada por los serbios durante la Guerra de Bosnia, debido a su importancia estratégica para la producción económica, y se produjeron masacres al estilo de Tuzla, como granadas lanzadas a lugares de reunión. Desde entonces, Zenica intenta recuperarse de las heridas, apoyándose en su carácter de centro productor, pero también es un punto bastante contaminado y que ha perdido población porque ha emigrado a otros lugares.
En realidad, la apariencia de Zenica es de una zona deprimida y más pobre que ciudades cercanas. Quizá sea por su orografía y su paisaje: grandes bloques encajados en un pequeño valle, que le da aspecto de un hormiguero. La mayoría de la población es bosníaca y tiene ese aire de ser uno de los centros bosníacos queridos y con cierta hermandad: por ejemplo, amplios murales en recuerdo a Srebrenica; o quizá fuera también porque bosníacos de otras partes de Bosnia me dijeron que Zenica les parecía muy bonita (y no me nombraban otras partes del país). Además, noté que aquí las mujeres iban más tapadas por lo que me dio la impresión de que la religión musulmana tenía cierto cariz más conservador aquí que en otras partes del país.
Qué ver en Zenica
Zenica no es una ciudad bonita, pero quería conocer esta ciudad importante para la economía y el sentir bosnio. Si te animas a venir aquí, encontrarás una ciudad relativamente reciente, de bloques de pisos del pasado comunista, y cierto aspecto de contaminación o empolvamiento. La parte central de la ciudad es el “Korzo”, como el paseo de la ciudad, también llamado Trg Alije Izetbegovića (en honor al presidente bosníaco que declaró la independencia de Bosnia y Herzegovina). Se trata de una especie de carretera (porque tampoco está acondicionada como un paseo peatonal), flanqueada por imponentes bloques de edificios. Sí, esto es el centro, no son las afueras. A los lados hay centros comerciales y cines.
El barrio de Stara Carsija parece ser el más antiguo de la ciudad, y aquí se encuentra la Mezquita del Sultan Ahmedov, del siglo XVIII. Frente a ella está la sede de la comunidad islámica; y también cerca el museo de la ciudad. Este barrio tiene una calle donde hay terrazas y cafeterías de coloridas fachadas, que lo hace la parte más bonita de la ciudad, aunque es eso, apenas una calle corta.
Volviendo al Korzo, y antes de cruzar el “río” (entrecomillo porque el arroyo Koceva tiene un aspecto terrible, peor que el de Tirana), está la sinagoga, construida a principios de siglo XX. El paseo, al cruzar el río se convierte en la Avenida Marsala Tita, repleta de tiendas y bastante larga. En ella está la mezquita Kocevska, que sí me pareció bastante bonita. Por último, no pude visitar la Fortaleza de Vranduk porque no me daba tiempo, pero quizá sea interesante si te decides venir hasta aquí. Se encuentra en el pueblo del mismo nombre, algo más al norte siguiendo el curso del Bosna.
¿Te vienes a Travnik o a Zenica?
Gran reportaje, solo una corrección. Creo que confundiste Zenica y Travnik cuando hablas de los bombardeos de los serbios. Travnik fue bombardeada a diario por parte de los serbios (desde la montaña Vlašić) durante buena parte de la guerra, con masacres incluidos, mientras Zenica fue de las pocas ciudades bosnias donde a penas cayeron 4 bombas.
Hola Kenan! Muchas gracias por tu comentario. Lo corrijo! Un saludo!