KIEV EXPRESS: el recorrido por el este de Europa

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Experiencias únicas

  • Recorrer en coche, a tu aire, la región de Transilvania. Sentir su misterio, sus leyendas, visitar sus castillos
  • Explorar uno de los países más desconocidos del mundo: Moldavia.
  • Visitar el último reducto del comunismo soviético: Transnistria. Aquella zona que luego verás en documentales como algo anclado en el pasado, peligroso, hostil, y que funciona como un país más.
  • Bañarse en el Mar Negro y conocer de primera mano cómo es el verano de los ucranianos en Odesa
  • Sentir Kiev, ciudad cuna de la cultura rusa (Rus de Kiev), y pisar el Euromaidán, símbolo de la última guerra en Europa
  • Tomar un café en Lviv: quizá la ciudad centroeuropea más bonita y la menos conocida. Una ciudad que en el futuro, seguro que estará en todos los itinerarios.
  • Respirar en Bergen el aire más puro, tranquilo, moderno… y sentir que es una ciudad casi perfecta.
Castillo de Bran
Postureo en Mar Negro
T-34 y capilla de San Jorge en Tiraspol
Santa Sofía de Kiev
Lviv

 

Once días, seis países, seis monedas diferentes

La aventura del este europeo transcurrió durante once días, en los cuales visitamos cinco países (Rumanía, Moldavia, Ucrania, Polonia y Noruega) más un estado no reconocido pero independiente de facto (Transnistria).

Seis monedas diferentes utilizamos: leu rumano, leu moldavo, rublo transnistrio, grivna ucraniana, zloty polaco y corona noruega. El nivel de vida es muy barato en Rumanía, Moldavia y Ucrania. En Rumanía los panecillos valían al cambio 0,02€. La comida es muy barata. En Moldavia comimos en el mejor restaurante de la ciudad (según los locales) por 10€ cada uno. Las cosas para turistas ya valen lo mismo que en todos lados. Hemos dormido en hosteles y apartamentos a 30 € la noche (tocamos a 10€ por cabeza), y estaban, en general, bastante bien. Polonia es barata también, pero no tanto. Noruega es el país más caro de Europa. Nos costó 100€ tres literas en una habitación de 8 personas, en el hostel más barato.

Tuvimos la ocasión de oír cinco idiomas: rumano (Rumanía y Moldavia), ruso (Transnistria), ucraniano (Ucrania), polaco (Polonia) y noruego (Noruega). En Noruega todo el mundo habla inglés y lo hace bastante bien. En Polonia, Ucrania y Rumanía la gente suele hablarlo también. En Moldavia y Transnistria, casi nadie lo habla. Recuerda que el ruso y el ucraniano se escriben en cirílico. Recordad también que en Rumanía, Moldavia y Ucrania hay 1 hora más respecto de España. En Polonia y Noruega es la misma hora.

McDonalds en Bucarest
McDonalds en Bergen, Noruega

 

Por qué Kiev Express

Elegir esta ruta fue difícil. De Rumanía ya había visitado Timisoara, dentro de la Balkan Race, que era la ciudad que se quedaba más descolgada del resto de Rumanía. Así que realmente, Rumanía me quedaba por verla casi en su totalidad, y los principales atractivos los podía hacer en un mismo viaje. En Bulgaria también había estado, así que el punto más al sur por donde empezar la aventura era Bucarest, que ofrecía muy buenas combinaciones a bajo precio desde España. Desde Bucarest se puede recorrer hacia el norte la ruta de Transilvania, Maramures y Bucovina para conectar con Moldavia. Moldavia es el país menos visitado de Europa, uno de los menos visitados del mundo, y también el más pobre de Europa, incluso más que Kosovo. Venir a Moldavia era simplemente por la aventura de “descubrir” este país, por lo desconocido que es y por la adrenalina que me producía estar allí. La región de Transnistria fue algo que hasta el último momento no supimos si ir o no. Es una región rebelde de Moldavia, un Estado no reconocido por ningún país pero independiente de facto, y cualquier gobierno te advierte que si entras ahí es bajo tu responsabilidad, ya que no te pueden proporcionar ningún servicio consular. Es como meterse en la boca del lobo. Pero… ¿íbamos a dejar pasar una oportunidad única? Estar tan cerca de una zona tan singular, anclada en el tiempo, y que probablemente en el futuro no seguirá existiendo como tal. Había que ir. Ucrania es un país que me resultaba muy interesante, pero sabía que si iba a Ucrania había que aprovecharlo bien: en invierno, un fin de semana en Kiev puede ser muy atrayente, pero también quería ver Odesa (y para disfrutar esta, ha de hacerse en verano). Volar hasta Odesa es muy complicado, el aeropuerto no tiene grandes conexiones y tampoco hay aeropuertos que las ofrezcan que estén cerca. Así que si alguna vez iba a Odesa, tenía que ser en verano y desde una ruta que uniera Odesa con Kiev. Lviv era la ciudad que me quedaba más retirada. Puede ser una buena combinación estando en Cracovia, pero ya había estado en esa ciudad con anterioridad. Aún así, Lviv merece mucho la pena, así que fui a caso hecho a visitar esta ciudad que de otra manera, se me hubiera quedado como un vacío.

En un principio, la idea original era ir desde Lviv a Minsk y venir desde allí, para completar el mapa de países visitados en Europa. Bielorrusia no tiene demasiados atractivos más allá de Minsk, pero quería ir. Es necesario un visado, bastante costoso de obtener si cruzas por tierra. Al final desechamos esta idea porque salía mucho más caro el avión y el visado suponía un coste extra. Sí que es más barato obtener el visado entrando y saliendo en el aeropuerto de Minsk, así que he pensado que lo dejaré para alguna escala.

Como de Lviv no hay muchos vuelos, el aeropuerto más cercano es Cracovia, así que volví a pasar por esta ciudad. Y por último, encontramos un vuelo que hacía una escala de 24 horas en Bergen, así que pudimos visitar la considerada (y con razón) ciudad más bonita de Noruega.

Puesto de sandías en una parada de autobús rural en Moldavia

 

Seguridad en estos países [RO – MD – UA – PL – NO]

Son totalmente seguros. A pesar de los prejuicios que pueda haber en nuestro país, no hay ningún riesgo ni nada de qué preocuparse. Rumanía a menudo es vista como un país de gitanos: no es así. La mayoría de rumanos no son gitanos, y además, nunca está de mal recordar que por ser gitano no implica ser peligroso. Sin embargo, sí que encontramos cierta segregación: normalmente, los gitanos son la clase más pobre de Rumanía, y suelen habitar en la periferia de las ciudades. Esto lo notamos en Iasi, donde tuvimos que pasar por un par de calles en las cuales había casas muy deterioradas. Una de ellas era como un dúplex, y la parte superior tenía un balcón donde los niños estaban tirándose hasta un colchón que había en el suelo. Aquí sí que nos dio un poco de mala onda. Yendo por carretera también vimos la diferencia entre pueblos de rumanos blancos y pueblos que estaban habitados en su mayoría por gitanos. Estos últimos estaban llenos de gente en la calle y las casas se notaban que eran más coloridas, más arregladas, pero prefabricadas.

Por lo demás, Rumanía es como cualquier país europeo. Moldavia es mucho más pobre, pero la gente fue amabilísima con nosotros. Quizá porque no ven ningún turista, pero antes de bajarnos del autobús se acercó una chica joven (la única que hablaba inglés) para preguntarnos que si necesitábamos algo, que nos acompañaba donde fuera… Le dijimos que no hacía falta, que sabíamos dónde ir. Solo le pregunté que dónde podíamos dejar nuestras mochilas durante el día, y buscó a una mujer entre todo el autobús para que nos acompañara hasta la consigna. La mujer (más mayor) nos acompañó hasta la misma ventana, dándonos consejos, cruzando las calles… la gente muy servicial.

Chisinau

 

Transnistria era, a priori, el más peliagudo por las advertencias que te lanzan desde los gobiernos, y que son reales. Aunque en la frontera estaba algo tenso, más que nada porque en mi pasaporte llevaba un visado de EEUU para los próximos meses (y Transnistria es el comunismo de hace 30 años), y estuvieron mirándolo y riéndose un poco. Pero el resto del tiempo estuvimos en un país muy tranquilo, sin alborotos, sin todos esos miedos que he leído por internet. Echamos todas las fotografías que quisimos, nos movimos libremente, hablamos con la gente, visitamos el mercado… sin ningún tipo de problema.

Ucrania ha pasado (y sigue pasando) una etapa de inestabilidad muy fuerte, pero tampoco tuvimos ningún problema, más allá de una pelea con una cajera de supermercado que me dio el cambio mal. Por último, Polonia es un país mucho más integrado en la UE y nos sentimos como en casa. Noruega es otro nivel, es como el futuro.

Restos de la guerra en el Donbass en Kiev
Los viajes unen, Bergen

 

Medios de transporte

Para ir y volver cogimos estos vuelos:

  • Alicante – Bucarest. Vuelo con la compañía TAROM. Bien de precio, asientos algo finos, todos los billetes incluyen almuerzo.
  • Cracovia – Bergen – Alicante: vuelos con Norwegian. La compañía lowcost mejor valorada. Asientos cómodos, wifi a bordo.

Alquilamos un coche desde Brasov hasta Iasi, con la compañía Travis. No hay autovías, pero las carreteras suelen estar en buen estado. Hay que ir esquivando carretas pero condujimos sin ningún problema. El resto de trayectos los hicimos en transporte público (bus y tren). En Rumanía aconsejo utilizar los trenes si es posible (las rutas Bucarest – Sinaia – Brasov – Sibiu – Sighisoara – Cluj Napoca están bien conectadas), aunque hay otras zonas a las que llegar en tren es muy costoso ya que la combinación es muy mala, como Iasi, o las zonas rurales de Maramures y Bucovina. El tren es también muy útil en Ucrania, ya que las distancias Odesa – Kiev y Kiev – Lviv son muy largas, y se pueden pillar para dormir. El resto de rutas el bus puede ser la mejor opción.

Floyen, Bergen

 

Nuestro planning

Día 1: Vuelo nocturno Alicante – Bucarest. Salimos a las 00.45 y llegamos a las 5.05. Día en Bucarest. Noche en hotel.

Día 2: tren Bucarest – Sinaia. Visita de Sinaia y Castillo de Peles. Tren Sinaia – Brasov. Al llegar, vamos en furgoneta/minibús hasta Bran. Vuelta a Brasov y noche en hotel.

Día 3: desayunamos en Brasov. Cogemos el coche de alquiler y visitamos la Transfagarasan. Visita a Sibiu. Noche en Sighisoara.

Día 4: Ruta en coche Sighisoara – monasterio de Voronet – Iasi. Devolvemos el coche. Noche en Iasi.

Día 5: bus Iasi – Chisinau. Día en Chisinau. Por la tarde, bus Chisinau – Tiraspol. Noche en Tiraspol.

Día 6: Bus Tiraspol – Odesa. Tarde en Odesa. Noche en apartamento.

Día 7: Tren Odesa – Kiev. Tarde en Kiev. Noche en hotel.

Día 8: Día en Kiev. Por la noche, tren nocturno a Lviv.

Día 9: Llegada a Lviv. Por la tarde, autobús a Cracovia. Noche en hotel.

Día 10: Mañana en Cracovia. A mediodía, vuelo Cracovia – Bergen. Tarde en Bergen. Noche en hotel.

Día 11: Mañana en Bergen. Por la tarde, vuelo Bergen – Alicante.

 

 

 

 

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